La magistrada del juzgado número tres de Ribeira (A Coruña) —en funciones de guardia— ha decretado prisión provisional, incomunicada y sin fianza para José Enrique Abuín, El Chicle, autor confeso del asesinato de Diana Quer que esta mañana se ha acogido a su derecho a no declarar. Fuentes judiciales han indicado asimismo que el juzgado número uno, encargado del caso, tiene previsto reabrir mañana la investigación —que fue archivada de forma provisional hace casi nueve meses— tras la puesta a disposición judicial ahora del único arrestado por el crimen de la madrileña.

También han comunicado que con posterioridad darán cumplida información de la situación procesal en la que queda Abuín, cuando la magistrada a lo largo de esta jornada emita el auto en el que figuren las medidas que se tomen con respecto a él. El detenido había sido citado para este primero de enero en el juzgado número tres de Ribeira, que se ocupa de las diligencias urgentes y en cuyo interior sigue, para declarar por el intento de secuestro de una mujer el pasado día 25 en Boiro y por la desaparición de Diana Quer.

Abuín ha llegado a los juzgados de Ribeira (A Coruña) poco antes de las nueve de la mañana, donde prestará declaración ante el juez del caso.

Abuín entró en el juzgado en un furgón policial a las 08:52 horas en medio de los gritos e insultos de un grupo de jóvenes concentrados a la entrada de la sede judicial.

El presunto asesino declarará ante el juez a las 72 horas de su detención por la Guardia Civil y tras hallarse ayer el cadáver de la joven madrileña Diana Quer en un pozo dentro de una nave industrial en Asados, en Rianxo (A Coruña), tras la confesión del presunto homicida.

La detención de Abuín, conocido por el alias El Chicle, fue posible gracias a las investigaciones de la Guardia Civil a raíz de un intento de secuestro de una persona el pasado 25 de diciembre en Boiro (A Coruña), y dado que figuraba en la lista de sospechosos por la desaparición de Diana Quer.

En la resolución del caso ha sido determinante el testimonio de la mujer del presunto asesino, que relató a los agentes que su marido no estuvo con ella la noche de la desaparición de la joven madrileña, en contra de lo que había dicho hace meses y que sirvió de coartada al autor confeso del crimen.