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Ciencia María Blasco: llegar a lo más alto

La ambición de María Blasco por la ciencia comenzó en una clase de orientación universitaria del antiguo COU y ahora es la directora de uno de los centros de investigación sobre cáncer más reconocidos del mundo

María Blasco junto a la periodista Patricia Fernández y la investigadora sueca Katarina Nordqvist en las jornadas Mujeres, Ciencia e Innovación. /ALEJANDRO GONZÁLEZ

María Blasco, actual directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) es un referente a nivel internacional y nacional y también una de las científicas más premiadas con galardones como el Rey Jaime I de Investigación Básica y el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal. Además, es de las pocas mujeres que ocupan el cargo más alto de una institución científica.

La ambición de María Blasco por la ciencia comenzó en una clase de orientación universitaria del antiguo COU. “Me hablaron de Biología Molecular y vi cómo se podían alertar los genes y ver cómo funciona la vida”. Desde entonces es una enamorada de su trabajo. Margarita Salas la define como trabajadora e inteligente y como una persona entusiasmada por la investigación.

A pesar de que los estudios de Biología Molecular que practicaba Salas no estaban relacionados con el cáncer y el envejecimiento, los dos temas que más interesan a Blasco, esta no quiso perder la oportunidad de trabajar en uno de los mejores grupos de investigación de España. “Margarita para mí ha sido y es un referente de la investigación en Biología Molecular. Algunos de sus trabajos son la base de esta disciplina. Con ella aprendí a hacer ciencia como se hacía en EEUU”, cuenta la directora del CNIO. El mismo año que finalizó su doctorado, se incorporó como investigadora en el laboratorio de Carol W. Greider (Nobel de Medicina en 2009) en el Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York.

Medidas para la igualdad

Defensora a ultranza de las cuotas, afirma que “no fue difícil ser directora”, pero sí encontró que las altas esferas de la investigación estaban ocupadas por hombres. “En el CNIO el 60% de los investigadores son mujeres, pero los directores de investigación son hombres”, ejemplifica Blasco.

Como directora, intenta que los sesgos de género sean mínimos y procura no poner reuniones de trabajo por las tardes, "pues sé que muchas mujeres no podrían asistir por tener que recoger a los niños del colegio”, afirma. Ella ha tenido y tiene problemas para compatibilizar la vida laboral y personal y asegura que “esto me afecta tanto a mi como a cualquier persona que quiera ser un padre o madre co-responsable en la educación y crianza de los hijos y con el cuidado de familiares”.

“El camino se abre a las mujeres, pero muy lentamente, hay que acelerar esto de algún modo porque estamos perdiendo talento y oportunidades dejando a las mujeres fuera del poder”, argumenta Blasco.

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