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"El Gobierno vasco aún subvenciona al colegio del Opus que llamó loco a mi hijo por denunciar abusos de un profesor"

Juan Cuatrecasas, padre del menor de 12 años víctima de pederastia por un profesor de religión en el Colegio Gaztelueta -del Opus- en Bizkaia, consigue que el Papa abra una investigación sobre lo sucedido hace 13 años. 

Juan Cuatrecasas, diputado socialista y padre de la víctima del Caso Gaztelueta
Juan Cuatrecasas, diputado socialista y padre de la víctima del 'caso Gaztelueta'.- CEDIDA

Juan Cuatrecasas no se rinde. El hoy diputado del PSOE por La Rioja centra todas sus esperanzas en que se haga justicia con su hijo gracias a la mediación del papa Francisco, quien ha ordenado abrir el caso del hoy joven que con solo doce años sufrió abusos sexuales y acoso escolar por parte de un profesor de religión en un colegio de Bizkaia, el de Gaztelueta, del Opus. La familia, y la propia víctima, sufrieron la incomprensión del centro que tachaba "a mi hijo de loco", pero también de toda una sociedad y del propio Gobierno vasco que jamás retiró la subvención al colegio que es concertado.

La familia Cuatrecasas tuvo que abandonar Bilbao y reubicarse en La Rioja. Según explica el padre a Público, "mi hijo progresa adecuadamente. A pesar de todo lo que ha sufrido, está estudiando. Pero ahí están aún secuelas como la falta de confianza y sociabilidad y haberse visto apartado, a pesar de ser la víctima, de una vida normalizada".

Para este padre es vital dar visibilidad a estos casos y agradece que "cuando todo el mundo nos dio la espalda, varios medios de comunicación ayudaron a que el caso Gaztelueta no se olvidara".  Insiste Juan Cuatrecasas en que, solo quien lo sufre, "es consciente de las secuelas que esto deja a las víctimas, sobre todo cuando ni el colegio ni la sociedad ni las instituciones están a la altura, como fue nuestro caso".

Juan Cuatrecasas: "Ni el colegio ni la sociedad ni las instituciones estuvieron a la altura"

Insiste en que "estos niños y niñas sufren muchísimo, y además quedan excluidos como si hubieran hecho algo malo. El sentimiento de culpabilidad, afortunadamente, mi hijo ya lo ha superado". Su propio caso fue terrible: "Mi mujer y mi hijo no salían de casa y yo sufrí amenazas en plena calle", afirma.

Pasos al frente con la Ley de Infancia

Pero este diputado socialista no deja de ver luz al final del túnel. Así, además de confiar en que se haga justicia eclesiástica gracias a la implicación del papa Francisco, quien fue informado por la propia víctima y por su padre, asegura que "en este país hemos dado pasos al frente. No todo es malo. Venimos de la nada. Con la ley de protección la infancia y la investigación del Defensor del Pueblo las cosas van mejorando". Aún así, reconoce que "queda mucho por hacer. A su juicio, "hay que seguir empujando para que las víctimas tengan acceso a sus derechos y que se desarrollen políticas de educación para prevenir y dar visibilidad al problema", explica.

En 2015, los padres del menor que sufría abusos sexuales enviaron una carta al papa. El pontífice respondió enseguida, según explica Cuatrecasas, con estas palabras: "La cruz es muy grande y voy a poner el tema en el Tribunal de la Doctrina de la Fe, sin molestar al chico".

Después Cuatrecasas recibió una llamada de la Conferencia Episcopal. Según explica, "querían quedar conmigo para mostrarnos el afecto personal del papa". Pero la realidad nada tuvo que ver con esto. El matrimonio y su hijo se reunieron con Silverio Nieto, el sacerdote que envió el Vaticano a investigar el caso Gaztelueta y que, después, se vio salpicado por el espionaje a Bárcenas. En el encuentro con esta familia ignoró a la mujer, ordenó al niño hacer un croquis de la sala donde ocurrían los abusos e interrogó como si fuera una autoridad al padre del menor afectado.

Silverio Nieto

Cuatrecasas explica que "yo no sabía quién era entonces Silverio Nieto, y de buena fe accedimos. Vinieron un viernes. La reunión empezó bien, en tono jocoso, y de repente cambió, se convirtió en un interrogatorio, solo faltaba el flexo, dándome con la luz en los ojos". Ha sido hace unos meses cuando el propio afectado ha vuelto a escribir al Papa Francisco y cuando por fin el Vaticano ha decidido abrir una investigación con el caso Gaztelueta.

Cuatrecasas explica que, en realidad, el caso no se reabre en la Iglesia, "porque aquel momento no hubo procedimiento y se archivó la investigación por falta de pruebas". Es ahora cuando la Iglesia abre el caso". A su juicio, "el papa ha cumplido con su palabra".

El padre del hoy joven de 25 años espera que se haga justicia también con "un colegio que ha incitado al odio contra una víctima de pederastia y que sigue siendo un centro concertado y subvencionado por el Gobierno vasco"

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