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Condenado a 45 años y seis meses
de cárcel el parricida de Ubrique

La sentencia considera probado que "el acusado mató a sus dos hijos de forma fría". En el juicio sostuvo que se habían matado entre ellos. Unos meses antes había dejado de cubrir los gastos de manutención de su hijo.  

El parricida de Ubrique, durante el juicio.

EUROPA PRESS

JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ).- La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz, con sede en Jerez de la Frontera, ha condenado a 45 años y seis meses de prisión al hombre considerado culpable por un jurado popular de asesinar a sus dos hijos en el domicilio familiar de Ubrique (Cádiz), por dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco y otro de abandono de menor.

El acusado ha sido condenado a la pena de 25 años por el asesinato de la hija y a 20 años por el asesinato del hijo, tras un auto de aclaración al haberse producido un "error de transcripción" en la primera sentencia emitida, que elevaba la pena a 50.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que "el acusado mató a sus dos hijos de forma fría", habiéndose acreditado que "se levantó de la cama en la madrugada, se quitó el pijama, se vistió y cogió el cuchillo que tenía guardado en su dormitorio, que usaba para las matanzas, y que con él, se dirigió al dormitorio donde estaba durmiendo la hija y comenzó a apuñalarla, atacando a su hijo con el arma cuando éste se despertó".

Además, considera como hecho motivador de esos actos "que el acusado estaba enfadado con sus hijos porque no aceptaban su nueva relación sentimental y porque no querían aceptar el reparto de la herencia materna que les proponía".

Una relación sentimental no consentida por sus hijos

En este sentido, la sentencia recoge en los hechos probados que el acusado, tras quedar viudo en noviembre de 2013, vivía en el domicilio familiar con su hijo, mientras que la hija lo hacía en Sevilla cursando sus estudios. Asimismo, considera probado que a los meses de la muerte de su mujer, el acusado inició una relación sentimental con otra mujer, la cual se instaló en el domicilio familiar, conviviendo con el acusado y con su hijo.

No obstante, según recoge la sentencia, esta mujer tuvo que abandonar en marzo de 2014 dicho domicilio tras el regreso de la hija a Ubrique, que al enterarse de la situación que se estaba produciendo no lo aceptó.

Esta nueva circunstancia hizo que la pareja sentimental del acusado pasara a residir en una nueva vivienda en régimen de alquiler, a la que el acusado, que se había hecho cargo de los gastos, se trasladaba para dormir los fines de semana. Además, la sentencia recoge que el acusado "llegó a solicitar un préstamo para pagar a su pareja una operación de cirugía estética, entregándole para ello 4.500 euros".

Dejó de atender a los gastos de su hijo

En abril de 2014, según relatan los hechos probados de la sentencia, el acusado dejó de atender los gastos de manutención de su hijo menor y los gastos de la vivienda familiar donde residía, así como los que generaba su hija en Sevilla, "pese a que el acusado tenía posibilidad de hacerlo por contar con capacidad económica para ello".

En el punto octavo de los hechos probados, la sentencia señala que la hija, ante esta situación, tuvo que abandonar sus estudios en Sevilla y regresar a Ubrique, en septiembre de 2014, para cuidar a su hermano en el domicilio familiar.

Además, añade, tuvo que acudir, incluso, a los Servicios Sociales Comunitarios del Ayuntamiento de Ubrique, que le concedieron una ayuda de 480 euros para afrontar deudas y poder comprar alimentos y productos de primera necesidad, teniendo que buscar también un trabajo para "procurarse su sustento y el de su hermano". Finalmente, el 6 de octubre de ese mismo año, el acusado apuñaló a sus hijos hasta causarles la muerte.

En el juicio acusó a sus hijos de matarse entre ellos

El acusado durante su declaración en el juicio aseguró que sus hijos "se mataron entre ellos" y a él se le "cayó el mundo", motivo por el que tras los hechos fue al campo a "ahorcarse".

En la segunda sesión del juicio, sostuvo que la noche de los hechos se acostó y de madrugada, sobre las 4,30 horas, escuchó a sus hijos discutiendo a gritos, por lo que se vistió y se acercó para saber qué estaba pasando, momento en el que su hijo le dijo que su hermana había "vendido todo el oro". Así, aseguró ante el jurado que fue a comprobarlo y cuando regresó al dormitorio de sus hijos éstos "estaban matándose".

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