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Condenado un agente de la Guardia Urbana de Barcelona por agredir en comisaría a un hombre de origen colombiano

La Audiencia provincial le impone seis meses de prisión, dos de inhabilitación y 3.000 euros de indemnización. Los hechos fueron probados gracias a que el agredido lo grabó en audio con su móvil.

Guardia Urbana barcelona
Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona durante su jornada, el pasado 4 de abril. Blanca Blay / ACN

La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a un agente de la Guardia Urbana de la ciudad a seis meses de prisión, dos años de inhabilitación y una indemnización de 3.000 euros por agredir en comisaría a un hombre de origen colombiano con el que tuvo un encontronazo cuando estaba fuera de servicio.

Los hechos se remontan a junio de 2016, cuando el agredido y el condenado tuvieron un "incidente de tráfico" mientras el agente se dirigía en su coche particular su puesto de trabajo y el agredido iba a en bicicleta. Según los hechos probados de la sentencia, el agredido fue conducido a la comisaría de La Rambla en calidad de detenido tras el episodio de tensión y, mientras aguardaba en la sala de espera, el agente irrumpió "con el claro ánimo de menoscabar su integridad física", dice la sentencia, y comenzó a propinarle golpes.

La organización de Derechos Humanos Iridia, que ejerció la acusación, destaca que la condena ha sido posible gracias una grabación de audio que realizó el propio detenido, "intuyendo una situación de peligro". En este audio, se puede escuchar al agente, una ve que llega comisaría, gritando al agredido: "Esto lo vas a pagar. Tócame otra vez y te reviento. Soy policía. Esto lo pagas tú y te reviento", mientras pueden oírse los golpes que le propina.

El audio fue validado por la Unidad de Deontología y Asuntos Internos de la Guardia Urbana, y la declaración de otros agentes presentes, que han contradicho la versión del condenado, han resultado "muy importante" para la sentencia, apunta Iridia

Sin vídeo de las cámaras de comisaría

Sin embargo, explica la sentencia, no se ha podido probar qué tipo de golpes sufrió el agredido. Precisamente, la acusación considera "intolerable" que no aparecieran las imágenes de grabación de la comisaría en este procedimiento. De la misma forma, lamenta que ninguno de los agentes declarantes y presentes en la escena "haya denunciado los hechos ni explicado la verdad". En su opinión, esto "demuestra que tenemos mucho que avanzar para modificar la cultura policial del silencio corporativo" ante malas prácticas o incluso actos delictivos por parte de los agentes.

El agente ha sido condenado por un delito contra la integridad moral menos grave, aunque ha resultado absuelto del delito de lesiones que pedía la acusación, que había solicitado entre dos y cuatro años de prisión al apreciar también un delito contra la integridad moral grave.

"Es necesario llevar a cabo una revisión profunda de los mecanismos tanto internos como externos de control, evaluación, investigación y sanción de los cuerpos de policía", insiste Iridia, que recuerda que el 43% de los casos de litigio por violencia institucional que ellos llevan han sido cometidos contra personas migrantes y/o racializadas. "Esto demuestra que hay un problema de racismo en el seno de los cuerpos policiales", concluye.

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