La vergonzante situación en la que se encuentran los vecinos de la Cañada Real desde que, hace más de tres meses, se les interrumpiera el suministro de luz, ha llegado a oídos del Comité de Derechos del Niño de la ONU. Este reclama a las autoridades españolas que atiendan el caso de Lina, una niña de tres años, que precisa de soporte eléctrico para tratar la bronquiolitis obliterante crónica que padece. 

La enfermedad de la menor le acarrera un estrechamiento de las vías respiratorias grave e irreversible, por el que necesita oxigenoterapia domiciliaria y un aporte nutricional extra nocturno para evitar la desnutrición que podría sufrir por la energía que consume al respirar. Ambos tratamientos tienen que ser suministrados por medio de máquinas que necesitan suministro eléctrico. Por ello, la vida de la niña se encuentra en estos momentos gravemente comprometida.

La Asociación Coordinadora de Barrios también se ha hecho eco de la precaria situación en la que se encuentra la menor. En una nota de prensa ha explicado que durante este tiempo de falta de corte eléctrico (que las compañías excusan por la sobrecarga de la red que provocan las plantaciones de droga) solo los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid han ofrecido a la familia de la niña un recurso habitacional de emergencia temporal y compartido con otras personas.

Sin embargo, la familia "ha tenido que rechazarlo porque compartir el lugar de residencia no es compatible con la enfermedad de Lina, especialmente en medio de la pandemia. El riesgo de contagio del virus es inasumible para ella, y disponen de informes médicos que desaconsejan que se relacione con nadie ni comparta espacios más allá de sus familiares más cercanos", añade la coordinadora.

La salud de decenas de personas en "verdadero riesgo"

Lina no es, ni mucho menos, la única vecina que está sufriendo enormemente por el corte de luz impuesto por las compañías eléctricas. Ya a mediados de diciembre, el centro sanitario del Ensanche de Vallecas, elaboró un informe en donde se detallaba cómo la salud de las familias afectadas por los cortes estaba ya por aquel entonces en "verdadero riesgo". En esas fechas, una niña tuvo que ingresar en las urgencias del Hospital Infanta Leonor tras inhalar monóxido de carbono de una improvisada estufa de leña.