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Enfermeiras Eventuais en Loita Cuando ser madre y enfermera eventual en Galicia penaliza: el eterno pulso por la conciliación

Las enfermeras del Servicio Gallego de Salud (Sergas) llevan años protestando contra un sistema de contratos eventuales que las obliga a darse de baja de las listas de contratación para evitar ser penalizadas, sin trabajar, sin cotizar y perdiendo puntos para las oposiciones. Sus quejas han llegado al Parlamento Europeo.

Protesta de Enfermeiras Eventuais en Loita. - Plataforma
Protesta de enfermeras. Plataforma de Enfermeiras Eventuais en Loita

No es un síntoma de la crisis sanitaria por el coronavirus. La elevada eventualidad y la concatenación de contratos de las enfermeras del Servicio Gallego de Salud (Sergas) es una tónica habitual que acentúa la precariedad laboral cuando son madres y tienen que conciliar la vida laboral y profesional. Debido al sistema de penalizaciones no pueden rechazar los contratos que les ofrecen, por ello se ven obligadas a darse de baja en las listas o a suspender los llamamientos con todo lo que ello implica: prescindir del sueldo, no cotizar y perder los méritos por tiempo acumulado.

Las protestas de las profesionales de enfermería en Galicia suman años de vida y ya han llegado al Parlamento Europeo con denuncia en mano de Enfermeiras Eventuais en Loita, un colectivo que nació para protestar por las políticas de privatización y las condiciones laborales dirigidas por el Partido Popular y los departamentos de sanidad del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. La Comisión Europea ya está investigando los abusos por parte del Sergas de contratos temporales, una situación difícil de sostener cuando son madres o tienen personas dependientes a su cargo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2019, un 46,7% de mujeres alegó trabajar a tiempo parcial como consecuencia del cuidado de personas dependientes. Los últimos datos reflejan que a medida que se incrementa el número de hijos menores de 12 años disminuye la tasa de empleo en las mujeres. El porcentaje de mujeres que interrumpieron su empleo por más de dos años para el trabajo de cuidados fue del 17,7% frente al 2,8% de los hombres.

Según Catuxa Lagarón, el problema no es trabajar un día suelto, sino hacer de eso "una forma de contratar"

El coronavirus ha acentuado la temporalidad de los contratos. Debido a la falta de transparencia de la Xunta en estos términos, se desconoce el número exacto de enfermeras fijas y eventuales   –el colectivo Enfermeiras en Loita lo cifra en un 40% del personal–, así como los contratos que realiza el Sergas a diario y las substituciones. Los datos han sido solicitados por este medio, pero tampoco han sido revelados, mas el departamento sí ha especificado que en las propias listas de selección temporal se mezclan las personas contratadas y las demandantes de empleo: 24.507 en 2020, un 3,52% más que el año anterior.

La problemática se extiende también para Atención Primaria: los puestos vacantes no se cubren, y por ende, el personal tiene que doblar turnos y trabajar por el que falta. La contratación urgente es un hecho y las enfermeras aceptan que las supervisoras han de contar con personal disponible para reponer. Lo que no justifican son los múltiples contratos por días y por pocas horas cuando lo que en realidad están cubriendo es una baja o unas vacaciones. "El problema no es trabajar el día suelto, ni la urgencia ausente. El problema es que pretenden hacer de esto una forma de contratar", subraya Catuxa Lagarón, miembro de Enfermeiras Eventuais en Loita.

Las excepcionalidades han devenido la norma general en el Sergas y por ello constan enfermeras que encadenan nueve contratos seguidos en un mes. Es habitual que con tres horas de antelación y de un día para otro llamen a una enfermera para acudir a trabajar, de manera que cuando necesitan conciliar pueden ser penalizadas hasta un año si rechazan el contrato. Así lo estipula el Diario Oficial de Galicia (DOG) tanto para las listas generales como para las listas de corta duración. Se penalizará a la persona que renuncie por primera vez a una oferta trasladándola al final de la lista, y a la segunda, será penalizada excluyéndola de la misma. "La penalización acordada por uno u otro motivo, que se extenderá a todas las listas en las que figure admitida la persona (...), tendrá una duración de un año". Este es el motivo por el que las enfermeras eventuales tienen que decidir entre la suspensión de llamamientos o directamente, darse de baja en las categorías para poder conciliar.

Respuesta del Sergas a Karla Yáñez a la petición del cambio de lista. - Cedida
Respuesta del Sergas a Karla Yáñez a la petición del cambio de lista. Cedida

Karla Yáñez es técnica en cuidados auxiliares de enfermería. En los últimos días ha hecho público un vídeo en donde denuncia un cambio de lista por parte del Sergas que ella no puede aceptar al constituir una familia monoparental. Esto ocurrió el 23 de marzo de 2020, al comienzo de la primera ola. Su último contrato fue por un día en el Hospital Universitario Lucus Augusti, en Lugo. Una llamada la citó para trabajar en función de las listas del pool, es decir, las de nombramiento de corta duración, cuando ella formaba parte de las generales. Explicó que no podía responder a esa demanda porque no tenía con quién dejar a su hijo y se puso en contacto con Recursos Humanos (RRHH) a través de una carta, ya que le especificaron desde el hospital que era el departamento que debía gestionar ese cambio de lista. RRHH tardó dos meses en responderle rechazando los motivos que exponía y comunicándole que "solamente se contempla la suspensión de llamamientos en las listas de corta duración (...) en los supuestos de maternidad, paternidad o adopción legal". Volvió a recurrir, pero no ha obtenido ninguna respuesta, por lo que tuvo que darse de baja.

Karla Yáñez: "Optaron por gente sin titulación y a personas como yo, queriendo trabajar, no se lo permitieron"

Karla no es consciente de haberse apuntado a esas listas, ya que formaba parte de las generales hasta el momento y conseguía a través de ella los contratos. Las enfermeras pueden elegir las categorías de las que formar parte, pero entre que se apuntan hasta que dejan de ser efectivas puede pasar un año y medio. "Tu vida en ese tiempo puede pegar un cambio radical", cuenta el colectivo de enfermeras. Karla compaginaba el trabajo en el Sergas con otro en una clínica dental y la empresa fue a ERTE por la pandemia. Desde aquella, no ha vuelto a firmar un contrato con el Sergas y cobra el paro gracias a este segundo trabajo, algo que suele ocurrir entre el personal sanitario de Galicia si antes no decide abandonar la comunidad autónoma en busca de mejores condiciones. Karla tendrá que esperar hasta la renovación de las listas para constar activa para el Sergas, lo cual se prevé que ocurra en abril o mayo. "Cuando dejé de trabajar el Sergas necesitaba gente porque muchas se dieron de baja, optaron por gente sin titulación y a personas como yo, queriendo trabajar, no se lo permitieron", cuenta a Público.

Al sur de Galicia, en el Hospital do Salnés (Pontevedra), una enfermera fue penalizada por acudir al pediatra con su hijo aún habiéndole remitido al Sergas un justificante médico al momento de la llamada. Por temor a las represalias que pueden sufrir estas profesionales al hablar con la prensa (como reparto de los peores turnos, horas extra...), la enfermera ha preferido contar su caso de manera anónima. Ella lleva más de 11 años trabajando para el servicio gallego de salud. En 2018 era enfermera eventual en las listas de corta duración y el hospital la llamó para acudir a trabajar en el momento en el que estaba en la consulta del pediatra con su hijo menor de edad. Le comentaron que mandase un justificante médico para paliar el problema y justificar la renuncia al contrato, y en ese mismo instante la propia doctora de su hijo envió el documento por fax al personal del centro.

Al día siguiente esta enfermera acudió con normalidad a su puesto de trabajo y a lo largo de la mañana le informaron por teléfono que estaba penalizada un mes en empleo y sueldo por rechazar el contrato del día anterior. Recurrió, pero no consiguió nada. "Hay que estar pendientes del teléfono día y noche. Si hay una baja, mueven a una enfermera en lugar de contratar. Somos mano de obra barata: te necesito, te agarro, y mañana si no te quiero te vas a la calle", cuenta. "Es un sistema público que está agonizando y todo lo paga el paciente".

Desde Enfermeiras Eventuais en Loita creen que las alternativas que ofrece el Sergas para conciliar son "inexistentes". "Hay compañeras que recurrieron en las mesas de supervisión del pacto y los sindicalistas dijeron que eran las normas del juego", trasladan. Además, el número de eventuales según contabiliza el colectivo ascendió por las jubilaciones y la falta de nuevas vacantes, sumado a que en las oposiciones convocan cientos de plazas cuando calculan que hacen falta sobre 8.000. "Ocurre que una sola enfermera está a cargo de 17 pacientes", sostiene una trabajadora de Pontevedra. La ratio de enfermeras en Europa es de 8,8 profesionales cada mil habitantes, en España de 6,5 y en Galicia se sitúa en 5,3.

Presentarse a las oposiciones para conseguir plaza fija es saco rato para muchas, principalmente por el escaso número de plazas que convocan, por ello consideran que estar en una buena posición en las listas de poco les sirve si no ofrecen buenos contratos. Además, muchas han sufrido la crisis económica del 2009 al 2014 y durante ese periodo no han conseguido tiempo acumulado, después de la modificación del pacto del Sergas por la que empiezan a sumar puntos toda vez que sumen 12 años trabajados, cuando en el anterior eran 8.

Ana Aspres: "Estoy mal. Me arrepiento de haber elegido esto, el sistema nos saca las ganas"

Ana Aspres lleva 15 años trabajando como enfermera en el Sergas y está de número 12 en las listas de contratación sin haber conseguido plaza presentándose a las oposiciones y encadenando contratos, en el último mes, nueve. "Tengo la misma sensación que cuando empecé. Es prácticamente imposible conseguir plaza fija. Sacan 230 y hacen falta miles, hay vacantes en centros sin cubrir", cuenta. "Estoy mal. Me arrepiento de haber elegido esto, el sistema nos saca las ganas. La conciliación es imposible, tengo dos hijos y a mi padre a mi cargo y a la vez tengo que estar todo el día pegada al teléfono".

A pesar de las denuncias y reclamaciones por escrito, las dimisiones en Atención Primaria, los colectivos que nacen a raíz de la falta de medios y recursos en la sanidad gallega y las manifestaciones multitudinarias, la Xunta mira para otro lado, laurea su gestión y achaca estas movilizaciones a campañas de desprestigio por parte de la oposición y sindicatos afines. De hecho, el grupo popular de A Coruña compartió un tuit el 15 de febrero apoyando una protesta estatal de los empleados públicos temporales, según publicaron, "para denunciar lo que consideran un uso abusivo de las contrataciones eventuales por parte de las Administraciones". 

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