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Entrevista a Ana Belén Pintado, bebé robada "Me he encontrado que tengo madre y padre y dos hermanos. Hemos perdido 45 años"

Más de cuatro décadas después de ser arrancada de su los brazos de su madre pocos minutos después de nacer, esta vecina de Campo de Criptana ha conseguido unir todas las piezas de un puzzle que siempre tuvo delante. La mujer que la parió siempre creyó que su bebé había muerto, pero una llamada anónima les ayudó a descubrir la verdad. "Quiero contar mi historia por si sirve para arrojar luz en medio de tanto silencio y oscuridad”, afirma Ana Belén Pintado

Ana Belén Pintado, junto a uno de los molinos de viento de su pueblo, Campo de Criptana (Ciudad Real).- LAURA FIGUEIREDO

Laura Figueiredo

Hace unos días se encontraba con su madre de verdad y en breve podrá conocer a sus dos hermanos mayores y a su padre. Todos quieren recuperar el tiempo perdido después de que madre e hija fueran separadas nada más nacer en medio de una historia llena de mentiras y que se suma a los muchos casos de bebés robados que en España se produjeron desde la década de los 50 hasta por lo menos los 80.

La hija es Ana Belén Pintado, de Campo de Criptana (Ciudad Real), ahora está feliz y entre atender a un medio de comunicación y otro busca el momento de poder serenarse y disfrutar con su marido e hijos de tanta alegría. Mientras, le van llegando los papeles y certificados que ha solicitado a diferentes organismos y una vez que cuente con los resultados del ADN pondrá junto a su abogada, Aurelia Fuentes Bermejo, en marcha un proceso legal.

La madre es Pilar V.G. de Lanzahita (Ávila) aunque vive en Madrid y tiene 69 años. Una madre que nunca buscó a su hija porque, como le dijeron, su niña había muerto y ella lo creyó sin ninguna duda.

Ana Belén Pintado quiere contar su caso y los pormenores de su búsqueda en la que la suerte se ha unido a su perseverancia, a la ayuda de algunos medios de comunicación y a los datos ofrecidos por el Instituto del Menor de Madrid. A ello, se suma la llamada de un anónimo que acelera y facilita el encuentro. Esta vecina criptanense no supo hasta hace unos años que era hija adoptada y ahora, hace menos de un año, a la hora de arreglar unos papeles tras la muerte de sus dos padres, descubre que es una bebé robada en la clínica Santa Cristina de Madrid.

Ana Belén se siente una mujer afortunada, dichosa y dispuesta, igual que su madre, a recuperar el tiempo perdido. Por ahora, solo han sido dos horas juntas y sabe que son muchas más las que quedan por delante. También sabe que necesita tiempo para colocar tantas emociones en su sitio.

¿ Cómo ha sido el después, una vez que se da a conocer la noticia del encuentro con tu madre?

Ha sido un no parar con muchos y muy diferentes medios de comunicación. Me han llamado de muchos sitios y he querido atender a todos. Una locura pero es que yo, estoy muy agradecida a aquellos que se hicieron eco de mi historia cuando les pedí ayuda. Ahora creo que mi caso puede poner luz en medio de tanto silencio y oscuridad. Es cuando te das cuenta del poder de difusión en las redes y la verdad es que los periodistas podéis ayudar mucho y hacer un buen trabajo en todo este tema.

¿Cuántas veces al día hablas con tu madre, Pilar?

“Necesito tiempo y tranquilidad para disfrutar de tanta alegría con mi marido y mis tres hijos”

Todos los días hablamos varias veces. Ya estamos viendo cuando puedo conocer a mi padre y a mis hermanos que ya saben que tienen una hermana menor que ellos. Lo que no he tenido es tiempo para mi familia. Necesito tiempo y tranquilidad para disfrutar de tanta alegría con mi marido y mis tres hijos.

Primero te encontraste, hace una semana, con tu madre, ¿cómo fue ese encuentro?

Fue un encuentro casi natural, sin escenas y aspavientos. Ten en cuenta que ya habíamos hablado antes por teléfono y ese primer shock ya lo habíamos pasado. Ella fue sola con una amiga y yo con mi marido y mis tres hijos. Ella sí conocía fotos mías pero yo era la primera vez que la veía. Besos y abrazos, empezamos a hablar y a hablar y así dos horas. De los hijos, de los parecidos, de los nervios, de las noches anteriores al encuentro sin dormir…

¿Qué te dijo?

Que tenía un padre y que estaba vivo y que me encontraría con él en breve y que no me preocupe que también me acepta. Que tenía dos hermanos mayores que yo. Que no tenía ninguna duda de que soy su hija. De hecho, en principio dijo que no quería hacerse la prueba de ADN, como le propuse, porque no lo vía necesario. No le cabía la menor duda pero ya la hemos solicitado porque entre otras cosas es necesario para temas administrativos.

"Hemos perdido 45 años de nuestra vida"

Lo tenemos claro, hemos perdido 45 años de nuestras vidas y ahora hay que recuperarlos. Insistió en que la verdad es que yo soy bebé robado, que me arrancaron de sus brazos, me dieron por muerta y que si ella hubiera tenido la más mínima duda de que yo vivía me habría buscado y querido como quiere a sus hijos.

Es que esto ha sido un doble encuentro...

“Mi madre verdadera nunca dudó de que su hija había muerto, como le dijeron en el hospital”

Claro, ella me daba por muerta. Cuando da a luz, en Santa Cristina, me tiene en sus brazos, me ve unos segundos y nos separan. Le ponen una máscara en la cara, la sedan y no se entera de nada hasta que le dicen después que su hija ha fallecido. Pregunta dónde está y le dicen que ellos ya se han hecho cargo, que está todo arreglado y no le dan papeles ni nada.

¿Ella nunca dudó de lo que le dijeron en Santa Cristina?

No dudó ni lo más mínimo. Se lo tragó total hasta que yo la llamo a través de los datos que me da el anónimo.

¿El anónimo fue la pieza que dio un giro a la búsqueda este verano?

Bueno, el proceso ha tenido más de un momento determinante pero es verdad que a raíz de la llamada de este anónimo todo va más rápido y facilita el encuentro. A principios de julio logro que el Instituto del Menor me dé unos datos que andaba esperando hacía un tiempo. Me dice que mi madre se llama Pilar, que es de un pueblo de Ávila y que tenía, cuando yo nací en 1973, 23 años. Enseguida mi abogada, Aurelia Fuentes, me dice que filtre esos datos a los medios de comunicación y eso hago. Antes ya había salido en algunos medios mi historia, con mi fecha de nacimiento, clínica, peso y hasta el número de habitación. Unos datos que yo ya tenía por los documentos con los que contaba. Desde este medio salta a agencias y redes y lo ve una persona que se pone en contacto conmigo el mismo día de la publicación. Me pide que mantenga el anonimato y me dice que estos datos le encajan perfectamente con una persona que conoce y piensa que podemos ser madre e hija. Él añade que Pilar es de Lanzahita en Ávila y me da su número de móvil y me insiste en que los datos parecen encajar.

Te pondrías a temblar...

Me pilló justo en el despacho Aurelia y me temblaba la mano y todo y pienso que Dios lo había puesto en el camino. Pues cogí y ahí mismo llamé y le digo bien claro: "soy Ana Belén, soy una bebé robada y la llamo porque me han dado su número de móvil a través de un anónimo y me han dicho que usted puede ser mi madre y puede encajar con los datos que tengo y estoy buscando a mi madre y…". Imagino que en principio le daría un turruteque nada más oírme así que me dijo que en un rato me llamaba de nuevo. Y así lo hizo y en esa primera llamada confirma fechas pero hay una cifra que no cuadra. El día de mi cumple, 10 de julio, me llamó otra vez y me preguntó por el anónimo, yo no puedo decir nada, y me propuso que fuera a la clínica Santa Cristina y pidiera los apellidos. Se nota que ya le había dado tiempo a ir digiriendo las cosas, le daría vueltas y pensaría que podía ser. Yo le había dado hasta nombres de médicos que estuvieron en el parto pero ella insistía, "pregunta, pregunta". me repetía. Y ahí queda la cosa.

Hasta que en poco más de una semana el Instituto del Menor de Madrid te da más datos

“Cuando le aporto lo apellidos y los datos que cuadran me dice: 'yo soy tu madre'”

Mira, las dos teníamos pocas dudas pero… Entonces volví a llamar al Instituto del Menor donde trabajan con mucha cautela. El caso es que finalmente me dan sus apellidos y me dicen que si quiero hacerlo por mis medios que lo haga. Ya con los nuevos datos, las cifras coinciden y con los nervios llamo a mi marido, que otra vez pone prudencia, y al día siguiente, ya delante de Aurelia, llamé y le dije los apellidos (que ella prefiere por ahora que no salgan completos en la entrevista). Le repetí además todos los datos: fecha de ingreso y del parto, hora del nacimiento, peso, nombre del médico... Todo coincidía. Y ya me dijo "yo soy tu madre". A esta llamada siguieron otras muchas y con muchos nervios y finalmente quedamos el mismo sábado (8 de septiembre) para vernos y me pidió que fuera con mi familia. Ella fue con una amiga.

¿Eres consciente de que has batido un récord? En menos de un año has pasado de descubrir que eras un bebé robado a encontrarte con tu verdadera madre.

"Estoy muy orgullosa porque estos casos son casi imposibles de resolver”

Soy consciente de ello, y con lo difícil que son estos casos yo me siento afortunada y muy orgullosa. Lo digo por mi empeño, mi familia y yo llevamos desde hace meses sin parar de buscar y venga por aquí y por ahí. Iba a por todas y sin apenas documentación. No he perdido oportunidad.

Pero antes de esa llamada anónima hay una historia que te lleva a descubrir que eres una hija adoptada y después un bebé robado.

Trato de resumir. Muere mi padre en 2010 y a la hora de hacer papeles me encuentro una escritura de adopción. Yo no sabía que mis padres me habían adoptado por muy increíble que parezca pero el tema se queda ahí y no lo hablo con mi madre. Pensé que era una adopción legal. En 2014 muere mi madre y cuando vendemos su casa dos años después nos traemos todos los papeles y ahí se quedan en cajas hasta que poco a poco me pongo a verlos y ordenarlos. Y es cuando me encuentro, en noviembre del año pasado, unos papeles claves. La ficha de parto del hospital que está cortada en la que veo que mi madre adoptiva, Petra Lucas-Torres, aparece como madre biológica y se han cortado los datos donde se supone que vienen los padres verdaderos. En otra carpeta, veo un certificado que dice que mi madre es estéril. Nada cuadra, todo era un chanchullo. Y además, se contradice con las escrituras de adopción que ya teníamos desde que tuve que pedirla por la muerte de mi padre.

-Es entonces cuando tú dices: "Soy una niña robada".

Enseguida lo pensé y me vienen a la cabeza otros recuerdos como las tarjetas de Navidad de sor María, la religiosa implicada en muchos de estos casos, que también encontré entre los papeles, o el recuerdo de cuando era pequeña de ir con mi madre a ver a esta monja a la que le daba un sobre. El médico, Santa Cristina… Es todo. Incluso en 2010 me llamaron de un programa de la TV en el que se buscaba a bebés robados y me pidieron que me fijara en las personas que aparecían en la pantalla por si alguno pudiera tener relación o parecido conmigo. Yo me quedo sorprendidísima pues no sabía entonces nada de nada. Lo dejo pasar pensando que es una equivocación.

¿Entonces empiezas a indagar?

No sé qué hacer y se me ocurre llamar a una amiga que está muy relacionada con medios y en general tiene muchos contactos. La llamo, le cuento y pone mucho interés y enseguida me facilita el contacto con la presidenta de la asociación SOS Bebés Robados en Madrid. Aporté los datos y el ADN. Me facilita ir a una cadena nacional privada y veo una oportunidad en medio de un tema donde todo era oscuro y nadie sabía nada.

"En qué cabeza y corazón cabe arrebatar a una madre un hijo recién nacido y con dinero por medio"

No me fue fácil ponerme delante de una cámara y contar temas tan personales e íntimos y más con una familia y tres hijos. Era una luz, una salida y había que probar. La asociación me dio algunos datos y unos apellidos con los que trabajamos como locos en un principio, buscando por todas partes y todos los resultados eran negativos. Eran los apellidos que aparecían en la escritura de adopción, Pardo López, no sacábamos nada en claro. Imagino que igual fueron inventados, ¡yo qué sé!.

Necesitabas un abogado.

Sí, llega un momento en el que me recomiendan ponerme en manos de un abogado y es cuando entra en la historia Aurelia Fuentes. Ya la conocía, sabía que era buena abogada y además vive aquí, en el pueblo, en cualquier momento era accesible y eso para mí era muy importante. Es entonces, con Aurelia, cuando empezamos a poner orden en las vías de búsqueda y trabajo.

Tres vías

Sí, la de los medios de comunicación que Aurelia me dijo que parecía lo más rápido con máxima difusión; vía judicial, con una demanda de jurisdicción voluntaria e insistir en la vía del Instituto del Menor donde yo ya había llamado en febrero solicitando mis datos de adopción a través de la asociación SOS. Y así ya llegamos a julio que es cuando salta la liebre y llega el encuentro con mi madre verdadera.

¿Por qué siempre hablas de buscar a tu madre biológica y no de padre o familia biológica?

Yo me posicionaba como madre y, a lo mejor, era por eso, por el sentimiento de ser madre y que te quiten un hijo. Pero ya últimamente decía: "busco madre y familia biológica". El caso es que ahora a Pilar igual la llamo por su nombre que le digo madre y cuando se la presento a mis hijos lo hago como abuela.

¿En el camino has encontrado a mucha gente dispuesta a colaborar?

Sí y son muchos los agradecimientos. Desde a mi abogada a los medios de comunicación que quisieron oír mi historia y difundirla pasando por muchas personas que me han apoyado creyendo en mí o aportando conocimientos y datos. ¡Puf! tengo que dar muchas gracias y estoy muy agradecida porque todos han aportado su granito de arena para llegar a este final.

¿Qué te decía la gente cuando te llamaba?

Recibí llamadas de muchas madres que me daban ánimos para seguir adelante y que me insistían en que no lo dejara. Llamadas también de algunas personas que me daban datos que he tenido que descartar por no cuadrar para nada.

¿Ha habido algún sinsabor?

Sinsabores y decepciones. Además, te encuentras con sorpresas a la hora de investigar con nombres y apellidos de personas del pueblo bien conocidas en ese tiempo y que en su momento supieron y estuvieron relacionadas con mi adopción. En el presente hay mucha gente que no lo ha entendido pero deben comprender que yo tengo derecho a buscar y encontrar a mi verdadera madre y saber la verdad.

"Hay personas del pueblo relacionadas con mi adopción que han puesto en duda siempre que yo fuera robada"

Han puesto en duda siempre que yo fuera robada pero es que ahora no hay duda. Hemos sido prudentes, todos los pasos que hemos dado no han sido gratuitos, teníamos los datos que lo confirmaban. Aquí es verdad que siempre he contado con la cabeza fría de mi marido frente a mi lógica impulsividad. Nunca nos hemos inventado nada y cuando he hablado es porque sabía lo que decía. En qué cabeza y corazón cabe arrebatar a una madre un hijo recién nacido y con dinero por medio.

¿Se te ha hecho larga la búsqueda?

Sí, se me ha hecho larga y en momentos me he sentido sola. Siempre he tenido mucha fe y he creído desde el principio en mi corazón y pensamiento que iba a encontrarlo.

¿Qué piensas ahora de tus padres adoptivos?

"A mis padres adoptivos no le guardo rencor pero no sé cómo han podido vivir con esto en silencio"

Rencor no les guardo, no soy persona rencorosa. Si ahora mismo vivieran y los tuviera delante les pediría explicaciones. Por qué han hecho esto conmigo y una madre. Cómo tenían tanta necesidad de un hijo habiendo medios legales. Ellos, me han dado todo lo que necesitaba, no me ha faltado nada, pero esto… En mi cabeza y corazón no cabe como una persona puede llegar a arrebatar a una madre su hija recién nacida. Ellos sabían lo que hacían. Cómo mis padres han podido vivir con este silencio. En fin, yo he logrado lo que quería, encontrar a mi madre y mi familia verdadera. El tiempo colocará las cosa y a las personas en su sitio.

¿Qué le dices a la gente que está en tu situación?

Que busquen y que no se queden parados. Que no paren de buscar y que en el momento menos esperado salta la liebre.

¿Y a la Administración de Justicia?

"Estas cosas no pueden esperar y no pueden prescribir"

Que den salida a todos estos casos con rapidez, que le den la importancia que tienen, porque el tiempo pasa. Estas cosas no pueden esperar y no pueden prescribir. Esto lo tienen apartado, esto es un delito.

¿Y, ahora, qué?

Me he encontrado que tengo madre y padre y dos hermanos y ahora, a recuperar el tiempo perdido al máximo. También necesito tiempo para colocar los sentimientos en su sitio porque tengo mucho dolor metido dentro.

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