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Epidemia de desinformación: el miedo nos debilita frente a los bulos

Las cadenas de texto y audios con información falsa se propagan a través de los teléfonos móviles en la emergencia del coronavirus. Según los expertos, cualquiera puede caer en el error de confiar en ellos debido a sesgos cognitivos que todos sufrimos. Por eso apelan a la responsabilidad individual antes de reenviarlos.

Una persona mira su teléfono móvil, en una imagen de archivo. / PIXABAY
Una persona mira su teléfono móvil, en una imagen de archivo. / PIXABAY

María G. Dionis (agencia sinc)

"Hacer gárgaras con vinagre previene la infección", "van a desinfectar las calles y tienes que cerrar la ventana" o conspiraciones sobre que el SARS-COV-2 se hizo en un laboratorio chino son algunos de los bulos sobre el coronavirus que están circulando por medio de las redes sociales. Whatsapp es el canal por el que mayoritariamente se difunden, según confirma la plataforma Salud Sin Bulos.

"El problema de este canal es que nos llegan bulos de amigos y familiares, fuentes de las que, en principio, nos fiamos de manera natural e inconsciente", afirma a SINC Helena Matute, catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Deusto.

Por WhatsApp llegan bulos desde amigos y familiares, fuentes de las que nos fiamos de forma natural

Según Matute, este es uno de los sesgos cognitivos por los que nos creemos estas informaciones falsas que recibimos en el móvil. "También puede ocurrir en otras redes, como Twitter o Instagram, donde no conocemos personalmente a algunas personas pero las seguimos desde hace años y confiamos en lo que digan", añade.

Este es el caso de multitud de bulos difundidos por influencers, que afirmaban, por ejemplo, que las bebidas calientes como el té mataban el virus, algo que es totalmente falso. Ningún alimento previene o cura la Covid-19, sino que "viene del deseo de soluciones fáciles", cuenta la psicóloga.

"Otro sesgo que influye es que cuando la información que recibimos coincide con nuestra forma de pensar o con cómo percibimos la situación, no nos saltarán las alarmas", continúa. Esto, que ha sido observado en multitud de estudios con respecto a la ideología política, puede actuar también en otros aspectos como la salud.

Sin embargo, "estamos en una situación excepcional que no hemos podido estudiar con anterioridad", subraya Matute. "Ahora, a los sesgos que se tienen normalmente se le suman el miedo y la incertidumbre. El efecto se multiplica".

La responsabilidad es individual

Desde Maldita Ciencia, la plataforma que desmiente desinformaciones científicas, empezaron recibiendo unos 700 mensajes al día al principio de la crisis. "Ahora rozamos los 1.200 mensajes al día", dice Rocío Benavente, periodista al mando de esta sección del medio Maldita.

No se debe reenviar nada de lo que no estemos seguros de que sea verdad

Benavente advierte que a los ciudadanos ahora "nos llega muchísima información, estamos con mucha incertidumbre y dejas de diferenciar entre lo que es fiable y lo que no. Cualquiera puede ser difusor de noticias falsas".

Por eso, recalca la importancia de "confiar solo en las fuentes oficiales" y apela a la responsabilidad individual para frenar la difusión de los bulos. "Es muy importante asumir que parte de la responsabilidad es del usuario. No se debe reenviar nada de lo que no estemos seguros de que sea verdad", apunta.

Las consecuencias de la difusión de estos contenidos pueden ser solo un susto o arriesgar la salud de muchas personas.

Según la periodista, "en algunos casos puede asustar a la gente, como un bulo que dice que están fumigando los parques y que los perros se están intoxicando. Otros casos pueden ser más graves".

Por ejemplo, continúa, "hay uno que dice que hay que ir al hospital siempre que haya síntomas. Esto puede colapsar el sistema sanitario y poner en riesgo la salud de la gente", explica Benavente.

Nuevo proyecto para analizar el contenido de bulos

Maldita Ciencia, junto a Salud Sin Bulos, la Asociación para proteger al enfermo de Terapias Pseudocientíficas y la Agencia Sinc, colabora en un nuevo proyecto de la plataforma de investigación de la percepción de la ciencia ScienceFlows donde se analizarán el contenido de los bulos que están surgiendo durante la crisis del Covid-19.

Un grupo de investigación liderado por Moreno estudiará el lenguaje de los bulos

"No solo se recopilarán bulos, sino que estudiaremos su contenido: cómo es su lenguaje verbal y no verbal, los patrones discursivos de los audios y de las cadenas de texto e incluso si apelan a la emoción, a la racionalidad o a la ideología política", explica Carolina Moreno, catedrática de Periodismo en la Universidad de Valencia e investigadora principal de ScienceFlows.

Para ello, han habilitado una cuenta de correo electrónico (coronavirus.scienceflows@gmail.com) y un número de WhatsApp (623037376) a los que se pueden enviar cadenas de texto, los vídeos y los audios sobre el COVID-19 que se hayan recibido por este canal de mensajería. No se estudiarán memes, fotos, vídeos, ni montajes humorísticos.

Maldita también cuenta con un número de WhatsApp habilitado para la recopilación de bulos (655198538), además de una aplicación móvil para seguir las verificaciones y una extensión para los navegadores Chrome y FireFox.

Seis pautas para prevenir las infecciones por coronavirus

1. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

2. No realizar viajes innecesarios.

3. Al toser o estornudar, taparse la boca con el codo.

4. Evitar tocarse los ojos y la boca.

5. Usar pañuelos desechables y tirarlos después.

6. Las personas con síntomas deben quedarse en su casa.

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