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Establecimientos históricos de Barcelona bajan la persiana por la falta de relevo y el precio del alquiler

Bares, panaderías, librerías, droguerías o tiendas de música son sólo algunos de los ejemplos de comercios tradicionales que han cerrado sus puertas en la ciudad en los últimos meses

La Librería Cómplices, especialitzada en temàtica LGTBQI, va abaixar la persiana a finals de 2022
La Librería Cómplices, especializada en temática LGTBQI, ha bajado la persiana a finales de 2022. Librería Cómplices

El comercio de proximidad forma parte de la idiosincrasia de muchos barrios de Barcelona. La concejalía de Comercio del Ayuntamiento de la ciudad defiende que su modelo es un motor económico y un instrumento imprescindible para mejorar la cohesión social, la convivencia y la calidad del espacio público de la ciudad. Parece que se pretende volver a apostar por los valores de la proximidad, la responsabilidad y la sostenibilidad, pero la realidad es algo más cruda.

Son varios los comercios y establecimientos de la ciudad que han bajado la persiana en los últimos meses, muchos aprovechando el cambio de año. El tejido comercial y de servicios no se ha recuperado de la pandemia del coronavirus y sus consecuencias, ya que los efectos de la guerra de Ucrania y la escalada de precios han seguido poniendo dificultades.

Pero más allá de esto, la falta de relevo generacional es uno de los hándicaps para muchos de los comercios de Barcelona. Oficios de siempre que se pierden, nuevas generaciones con otras preferencias y más opciones laborales son algunos de los motivos que llevan a que los negocios cada vez menos pasen de padres a hijos.

Es evidente que la problemática de los alquileres no sólo afecta a los particulares, sino también a los comercios de la ciudad, especialmente en determinados barrios gentrificados y con el precio del metro cuadrado al alza. Los establecimientos más pequeños, que siempre han tenido el margen de beneficio ajustado, pugnan por seguir abiertos, también debido al aumento de costes y al precio de suministros.

Muchos no lo han conseguido, por lo que repasamos algunos de los establecimientos que han cerrado en los últimos meses en la ciudad de Barcelona.

Drogueria Gomara

Considerada como la droguería más antigua de Barcelona, Gomarra cerró en mayo de 2022. El motivo fue el precio del alquiler que no podían asumir después de una nueva subida.

Este local del barrio del Raval, ubicado junto a la Rambla, estaba regentado por los hijos del anterior propietario del negocio. Se trata de un establecimiento de interés del Catálogo de establecimientos emblemáticos del Ayuntamiento de Barcelona, que cerró bajo el nombre de Elías Decoració.

Music World

La mítica tienda de discos Music World cerró a mediados de 2022 después de más de 30 años de actividad. En este caso, el motivo fue que el propietario del local decidió no renovar el contrato de alquiler.

Ambos responsables aprovecharon la ocasión para jubilarse, pero quisieron mantener el recuerdo de la tienda con una lista en Spotify llamada Rock Legends, que cuenta con cerca de 500 temas. La tienda se encontraba en la calle Rosselló, y era la última de las cinco que Music World había tenido en Barcelona.

Bar El Tropezón

El bar El Tropezón también bajó la persiana del local de la calle Regomir número 26, el pasado octubre de 2022. Se trata de un bar muy tradicional del barrio, apreciado por muchos por sus tapas, especialmente por las patatas bravas.

En este caso, los responsables han abierto otro negocio cerca del local, también en el barrio del Gòtic, llamado El Trope. Allí encontraremos las mismas bravas, o al menos una versión similar: según algunos clientes dijeron en TotBarcelona, el precio de la ración ha subido mientras la cantidad de patatas ha disminuido.

Bopan

La emblemática panadería Bopan de Rambla Catalunya 119 también decidió cerrar en octubre de 2022, después de "más de 30 años haciendo barrio". De hecho, han sido cerca de 40. El negocio abierto inicialmente en 1984 anunció en Twitter que no había llegado a un acuerdo con el propietario y se veían obligados a cerrar "en contra" de su voluntad.

"Han pasado casi 40 años dando vida a este rincón del Eixample, haciendo barrio y aportando valor a la ciudad de Barcelona", detallaron en Twitter. El establecimiento aprovechó para agradecer la fidelidad de sus clientes y recordar que tenía otras tres tiendas en la ciudad.

Forn Giraut

Seguimos hablando de panaderías de Barcelona que han cerrado la persiana, porque también lo hizo a finales de año el Forn Giraut. Pero lo hizo por un motivo diferente. En esta ocasión, la tercera generación de este establecimiento de 140 años no halló relevo generacional.

La responsable del horno, Maria Rosa, lamentó en TotBarcelona la tendencia de muchos locales obligados a cerrar por varios motivos. En este caso, señaló la subida de precios de los alquileres, así como de los suministros.

Bar Jofama

El bar Jofama cerró para siempre a principios de diciembre de 2022. Ubicado en la Dreta de l'Eixample, en la esquina Diagonal-Girona, estaba regentado por la misma familia desde 1958.

Según detalló Eugeni Madueño en Twitter, el propietario Carlos había resistido durante años a las presiones de un fondo buitre. Por último, el fondo compró todo el edificio para convertirlo en apartamentos turísticos, según el usuario. La carta de la propietaria del bar, escrita a rotulador en la fachada del establecimiento, emocionó a los clientes y también al público general cuando se compartió en las redes sociales.

Librería Cómplices

Aprovechando el cambio de año también bajó la persiana la Librería Cómplices, que fue la primera especializada en temática LGTBI de Barcelona. Después de cerca de 29 años, Connie Dagas y Helle Bruun cerraron después de recibir el Premio 17 de Mayo por parte del Observatorio Contra la Homofobia de Barcelona.

"Ha llegado el momento de dejar paso a las demás librerías LGTBQI+. Estamos muy orgullosas de haber compartido este proyecto con vosotros", anunciaron en sus redes. En ese caso, la jubilación de una de las dos propietarias podría ser el motivo del cierre.

Calçats Palou

En los últimos días también ha anunciado que cierra otro comercio histórico de Barcelona. Se trata de Calçats Palou, un negocio de la calle Hospital del Raval y con más de 80 años de historia, que anunció la semana pasada que bajaba la persiana. Después de tres generaciones, cerrará definitivamente finales de mes, no por falta de relevo generacional o la problemática de los contratos.

Según ha indicado a TotBarcelona el propietario del negocio, Lluís Nicolau Palou, el motivo se debe a la pérdida de clientes, ya que las personas mayores y las familias de siempre del barrio se han ido. En declaraciones al mismo medio, critica que "el Raval se ha convertido en la cloaca de Barcelona" y señala al Ayuntamiento de la ciudad, citando atracos y asesinatos. El propietario defiende que el consistorio les ha hecho la vida imposible.

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