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La Guardia Civil continuará tras la pista de María Piedad levantando una baldosa en el Mercadona donde trabajaba

La vecina de Boadilla del Monte desapareció en diciembre de 2010 tras acudir a una cena navideña. Su exnovio se ofreció a llevarla a casa y tres después apareció ahorcado. 

El Juzgado Número 5 de Móstoles ha emitido un auto que ha enviado ya al Instituto Armado en el que se ordena la búsqueda de pruebas en este establecimiento que ayuden a localizar a María Piedad, desaparecida en 2010.

AGENCIAS

La Guardia Civil continuará trabajando en la búsqueda de María Piedad García, que desapareció hace más de siete años en Boadilla del Monte, y lo hará inspeccionando en el supermercado donde trabajaba, un Mercadona en este mismo municipio.

El Juzgado Número 5 de Móstoles ha emitido un auto que ha enviado ya al Instituto Armado en el que se ordena la búsqueda de pruebas en este establecimiento que ayuden a localizar a María Piedad, desaparecida en 2010. 

El auto ha sido recibido por la Guardia Civil y la Unidad investigadora se encargará de coordinar la recogida de pruebas, que consistiría en levantar una pequeña parte del suelo del almacén. De momento, no hay fecha cerrada para empezar los trabajos.

La compañía valenciana se ha puesto a disposición de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para facilitar la investigación. No obstante, la empresa ha concretado a Efe que sólo se levantará "una baldosa", que es sobre la que pesa la orden judicial.

María Piedad García Revuelta, que contaba con 32 años en diciembre de 2010, desapareció esa noche tras acudir a una cena navideña del supermercado en el que trabajaba, que se celebró en un restaurante de Boadilla.

Su exnovio, Javier Sánchez-Toledo, que entonces tenía 38 años y con el que había roto su relación hacía un tiempo, se ofreció a llevarla a casa, donde ella vivía con un hijo de ambos, de ocho meses, y con otro de nueve años de una relación anterior.

No obstante, nunca llegó a su domicilio y su expareja apareció ahorcado tres días después en una torre de alta tensión en un paraje del término municipal de San Lorenzo de El Escorial sin dejar ninguna pista sobre el paradero de la mujer. 

Desde su desaparición, la labor de los agentes de la Guardia Civil es periódica, siguiendo las líneas de investigación abiertas. Entre otras tareas, rastrearon los márgenes del río Guadarrama, aprovechando la bajada del cauce del mismo, en busca de pistas.

Así, efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) rastrearon el margen del río mientras la unidad canina hacía lo propio por tierra en un paraje ubicado aproximadamente a kilómetro y medio donde encontraron los restos de sangre de la víctima.

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