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El Gordo: ¿por qué nada puede fallar a nivel técnico?

El sorteo cuenta con dos bombos: el grande, que mide 2,80 metros y pesa 800 kilos, será el encargado de sacar los números premiados, y el pequeño, que contendrá los premios, mide 70 centímetros y pesa unos 400 kilos.

Los bombos de la Lorería de Navidad, en el Teatro Real de Madrid. EFE/Chema Moya

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Los bombos del Sorteo Extraordinario de Navidad ya se encuentran en el Teatro Real, donde este sábado 22 de diciembre se celebrará el sorteo de la lotería de Navidad.  Unos bombos que serán los protagonistas principales el día y que, junto a las bolas, permitirán saber cual es el reparto azaroso de los 2.380 millones de euros.

Como si de un equipo de fútbol se tratase hay cuatro bombos, los dos titulares y los dos suplentes que en caso de que ocurriera algún problema técnico serían los encargados de salir al campo, aunque en toda la historia de este sorteo los suplentes no han abandonado el banquillo.

"Toco madera porque de momento no han tenido que ser utilizados, y ya van más de 200 años", ha bromeado el subdirector de recursos materiales de Apuestas y Loterías del Estado, Eduardo Ovies, encargado de supervisar la llegada de los bombos.

Los bombos de latón rojo que son fabricados en Chiclana de la Frontera (Cádiz) están hechos de una aleación de cobre, plomo y estaño) y posan ante la atenta mirada de periodistas y cámaras de televisión como verdaderas estrellas de cine. El sorteo cuenta con dos bombos, el grande que mide 2,80 metros y pesa 800 kilos, será el encargado de sacar los números premiados, y el pequeño, que contendrá los premios, mide 70 centímetros y pesa unos 400 kilos.

El Teatro Real ha sido el hogar navideño de los bombos durante seis años consecutivos a escasos días de la celebración del sorteo, pero esto no ha impedido que continúe con su trajín habitual, en tanto que obras como la de Turandot se han seguido representando mientras el material para el sorteo descansaba bajo el escenario, esperando que llegara el día 22 de diciembre.

Las bolas encargadas de repartir los millones, hechas de madera de boj de Galicia, pesan exactamente tres gramos y miden 18 milímetros y siempre son las mismas, aunque como cada año se han sustituido algunas bolas que han sufrido rozamientos.

"Estamos hablando de un porcentaje muy pequeño, tan solo hemos tenido que sustituir 200 bolas de las 100.000", ha comentado el subdirector.

En cuanto a las ventas, la sensación es positiva y muy parecida a la del año pasado, aunque aun no se tienen todos los datos para determinar con rotundidad las cifras, ha explicado Ovies.

Este año la lotería cuenta con una gran novedad para los bolsillos de los españoles ya que los afortunados que obtengan las cuantías más pequeñas no se verán obligados a pagar a impuestos.

"Hemos pasado de 2.500 euros a 10.000 euros la cantidad exenta de pagar impuestos", ha señalado Ovies.

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