El Mundial de Catar despierta, más o menos, una polémica al día. La última ha tenido lugar este miércoles por la tarde en el sur de Tenerife, un oasis térmico repleto de turistas británicos que prefieren seguir el torneo de fútbol lejos del frío y de las nubes. El partido entre Inglaterra y Gales ha provocado la llegada masiva de aficionados de ambos países. La cifra supera las 2.500 personas y las fuerzas policiales han tenido que activar un dispositivo especial de seguridad. No obstante, el despliegue no ha impedido que dos hooligans borrachos hayan interrumpido una retransmisión de la Televisión Canaria para acosar e incomodar a la reportera Alba Grillo.

Los hinchas se acercaron repetidas veces a la cámara y al micrófono mientras la periodista intentaba contar cómo estaba el ambiente durante la celebración del encuentro. El bochornoso comportamiento de los seguidores, en claro estado de embriaguez, no ha impedido que Alba Grillo continuase con la conexión en directo sin perder la compostura. Aun así, las faltas de respeto que se vio obligada a soportar son absolutamente reprochables. 

No es el primer incidente que protagonizan los hooligans en lo que va de Mundial de fútbol. Hace pocos días, se había producido otra pelea masiva en la zona de ocio nocturno del municipio de Arona. El suceso está bajo investigación policial, pero todo apunta a un nuevo enfrentamiento entre aficionados galeses e ingleses. De hecho, los cuerpos de seguridad aconsejan evitar las aglomeraciones durante las horas en las que las selecciones británicas disputen un partido. Tampoco recomiendan aparcar en las inmediaciones de los locales afectados ni salir a la calle con demasiados objetos personales.