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El feminismo exige, dividido, más voluntad política para poner fin a la violencia machista

Manifestaciones y concentraciones en toda España reclamaron el fin de las violencias, el mejor uso de los fondos para luchar contra ellas y más y mejores políticas públicas para erradicarla.

Un momento de la manifestación por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Madrid. EFE/FERNANDO VILLAR
La Cibeles luce una iluminación especial para conmemorar el Día Internacional contra la violencia machista.

El feminismo ha vuelto a salir a la calle este 25 de noviembre para recordar que la violencia hacia las mujeres continúa siendo una realidad cotidiana en cada casa, en cada calle de cada ciudad, en los juzgados y en todos los países. Una violencia que sufren millones de mujeres a lo largo y ancho del mundo y que ya fue definida por Naciones Unidas como una "pandemia". Sin embargo, se trata de una pandemia prevenible y que se puede parar con políticas públicas y más voluntad política. Y esto es precisamente lo que distintas movilizaciones y concentraciones en diversas comunidades, pueblos y barrios han reclamado esta jueves, Día Internacional de contra la Violencia hacia las Mujeres

Si bien el grueso de los reivindicaciones son comunes, las llamadas a la movilización no han sido unitarias, algo que se ha repetido en gran parte del territorio nacional. Madrid albergó una de las manifestaciones más multitudinarias que recorrió el espacio que separa las céntricas plazas de la Cibeles de la Puerta del Sol desde las 18 horas. Esta concentración estuvo convocada por el Foro de Madrid contra la violencia a la Mujeres, bajo el lema "Hartas de las violencias machistas contra las mujeres: ¡soluciones YA!". En su manifiesto abundan en los motivos de este hartazgo: "Hartas de que nos sigan matando. De que que la legislación no contemple la violencia institucional que vivimos las mujeres; que miles de mujeres no consten en las estadísticas; que el Estado siga consintiendo que las mujeres sigan siendo explotadas sexualmente". El manifiesto, leído al final de la marcha contiene, también, críticas hacia la ley por los derechos de las personas trans que ha puesto en marcha el Gobierno y hacia la autodeterminación de género "ser mujer no es un sentimiento".

Por otro lado, la Plataforma 8M ha llamado a realizar diversas concentraciones en las plazas y calles de los distintos barrios de ciudades y pueblos bajo el lema "Contra todas las violencias machistas: Recursos, educación y justicia feministas".  "Detrás de las mujeres asesinadas, agredidas y amenazadas está la mano y el cuerpo de los varones violentos, que siguen la tradición de considerar a las mujeres como objetos, como propiedades, como conquistas. Detrás de las mujeres asesinadas, agredidas y amenazadas hay un un sistema educativo conservador que no cuestiona, ni critica ni desafía el orden cisherteropatriarcal", arranca el documento que hace énfasis en la precariedas, la disparidad de los cuidados o el racismo y sus consecuencias sobre las mujeres.

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Manifestación contra la violencia machista del 25N en Madrid. Marisa Kohan / Público

No es la primera vez que las manifestaciones para reivindicar el Día Internacional contra las Violencias Machistas se realiza dividido, pero año a año se constata la existencia de la brecha.

Diversas participantes de las marchas han lamentado esta división en las reivindicaciones feministas contra esta violencia. Hace un un par de años esta brecha se centró en la diversa interpretación que diversos sectores del feminismo hacen sobre la regulación de la prostitución. Ahora se añade la distinta perspectiva sobre los derechos de las personas trans y  hacia la acción del Gobierno en esta materia.

Es una pena que no se haga una movilización unitaria, afirma la activista Begoña San José presente en la concentración de la madrileña plaza de Lavapiés, convocada por la Plataforma 8M. "Hay espacios de unidad, como la defensa de Juana Rivas, donde hemos estado todas, pero hay otros en los que no sumamos".

Nos sobran los motivos

Independientemente en qué convocatoria nos encontráramos, todas las asistentes a las concentraciones han afirmado que "nos sobren los motivos" para manifestarnos y la respuesta casi unitaria de por que aún es necesario seguir saliendo a la calle año tras año en esta fecha. "Hemos avanzado muy poco", han explicado la mayoría de las consultadas. Y aquellas que entendían que se habían producido avances, advertían paso seguido que también hemos retrocedido.

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Cartel en una concentración contra la violencia machista del 25N. Marisa Kohan / Público

El auge de la ultraderecha negacionista de la violencias machistas, el poco avance en la consecución del pacto de Estado firmado por todos los partidos políticos en 2017 o el mal uso de los fondos que hacen algunas comunidades autónomas y territorios para luchar contra estar violencias, han centrado muchas de las críticas. En Madrid, especialmente, ha habido una dura crítica a hacia el Gobierno regional, que no ha sido capaz de demostrar si ha gastado los fondos recibidos por el pacto de Estado en los últimos tres años, pero también hacia el Gobierno y el Ministerio de Igualdad que no ha sido capaz de fiscalizar el destino del dinero repartido.

Justamente este jueves el Gobierno anunció un acuerdo con todos los grupos parlamentarios, excepto Vox, para renovar el pacto de Estado contra la violencia machista y blindar su financiación. Un paso liderado por el ministerio del Igualdad durante las últimas semanas. 

"Todavía queda mucho por hacer por los derechos de las mujeres y contra la violencia machista, un tema que está muy presente en nuestro día a día. Todos conocemos a alguien de nuestro entorno que ha sufrido violencia", explican Clara y Adriana de 20 y 22 años que participaban en las movilizaciones. "Tenemos miedo al volver a casa, nos quitamos los cascos para estar más alertas, nos llamamos para saber si estamos bien. Somos novias, y eso lo hace aún más complicado, porque encima te sexualizan mucho más". 

"La violencia hacia las mujeres sigue existiendo", afirma Teresa, una mujer que ronda la cincuentena. "Por eso tenemos que seguir poniéndole voz a las que no están y también para erradicar la violencia. Hemos avanzado muy poco".

"Nos falta que los hombres se den cuenta y que actúen sobre todo. Ellos tienen información día a día por los medios de comunicación de lo que está pasando, pero aquí [en la concentración] vemos a pocos y muchos parece que vienen acompañando a mujeres", comenta otra participante.

Diego, afirma que ha venido a acompañar, pero también a reivindicar por él mismo. Considera que no se avanzado casi en la lucha contra las violencias y que los hombres deberían ser mucho más activos. "Somos cuatro gatos los pocos que estamos un poquito implicados. Nos reunimos hace un mes en Ópera [en Madrid] y no llegábamos a 100 personas", afirma. Participa en el grupo de Hombres contra la Violencia en Carabanchel (Madrid).

"No estamos todas, faltan las asesinadas"

"No estamos todas, faltan las asesinadas", "basta ya de justicia patriarcal", "no son muertas, son asesinadas", "vivas nos queremos, ni una menos", fueron algunos de los cánticos más repetidos durante la jornada en las diversas manifestaciones y concentraciones que se produjeron en distintos lugares del país. Entre las principales reivindicaciones está la de que las cifras oficiales de violencia y asesinatos machistas tengan en cuenta a todas las víctimas. 

Según los datos oficiales, en los últimos 18 años (desde que existen estadísticas) la violencia de género se ha cobrado en nuestro país un total de 1.162 víctimas mortales (1.118 mujeres y 44 menores asesinados por sus padres o las parejas de sus madres). En lo que va de año han sido asesinadas 37 mujeres y cinco menores de edad. Sin embargo, estas cifras oficiales sólo son la punta de un enorme iceberg. Se refieren a las consecuencias más dramáticas de la violencia ejercida en el ámbito de las relaciones íntimas y no a la totalidad de lo que le ocurre a las mujeres en la calle, con personas que nos son sus parejas o exparejas ni con desconocidos. En España, por ejemplo, una mujer es agredida sexualmente cada cuatro horas y estos delitos se han incrementado en el primer trimestre de 2021 en casi un 25%, según fuentes del Ministerio del Interior. 

Recientemente la delegada contra la violencia de género, Vicky Rosell, anunció que a partir de enero de próximo año el Gobierno ampliaría estas estadísticas a todas las violencias de género contempladas en el Convenio de Estambul. Es decir, a todas las que sufran las mujeres por el hecho de serlo. 





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