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El maquinista del Alvia denuncia que le dejasen "en el suelo" del calabozo con "tres costillas rotas"

Francisco Garzón ha declarado que no estaba en condiciones de prestar declaración por las lesiones sufridas en el accidente que se cobró la vida de 80 personas y dejó 144 heridos.

El maquinista del tren Francisco Garzón a su llegada a la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela, a 6 de octubre de 2022.
El maquinista del tren Francisco Garzón a su llegada a la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela, a 6 de octubre de 2022. Álvaro Ballesteros / Europa Press

En el marco de la segunda sesión del juicio por el accidente de un Alvia el 24 de julio de 2013 en Santiago, el maquinista Francisco José Garzón Amo se ha desmoronado al recordar el día del descarrilamiento. En el accidente murieron 80 personas y cerca de 150 resultaron heridas. 

El maquinista ha denunciado que le sacaron del hospital para llevarle al calabozo sin estar en condiciones para poder prestar declaración. "Es criminal que me saquen del hospital con tres costillas rotas. Y me habían puesto un tubo para quitarme la sangre en la pleura", afirmaba.

"Solicité una silla y me la negaron", ha denunciado Garzón

Debido a estas lesiones, Garzón no podía "tumbarse", por lo que tuvo que sentarse "en el suelo" porque solo tenía "un catre". "Solicité una silla y me la negaron", ha denunciado.

El letrado y el maquinista también han dejado caer que su alta hospitalaria y detención estaba relacionada con la presencia del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para ofrecer una rueda de prensa. La jueza ha matizado que "el ministro no detiene a nadie" y que si había sido llevado a calabozo era "por órdenes del juez instructor".

Al maquinista se le han saltado las lágrimas cuando su abogado, Manuel Prieto, le preguntó sobre el siniestro y su situación en la cabina, ya que ha recordado que se quedó encajonado, lesionado, imposibilitado para salir y sin opción a romper la ventanilla. "Lo primero era atender a los viajeros y socorrerlos", ha dicho.

"Perdón, perdón, perdón", se disculpaba emocionado el conductor del tren siniestrado. Apenas habían transcurrido unos diez minutos desde el comienzo de la sesión y la jueza presidenta de la sala, María Elena Fernández Currás, le pidió que se tranquilizase.

Sobre el accidente, el maquinista ha asegurado que "no había ningún tipo de señal hasta la curva". "Nada de nada de nada", ha enfatizado.

El letrado Prieto preguntó a su defendido sobre su preparación. Garzón Amo ha reconocido que estaba formado en la vía dos de la línea que une Santiago y Ourense, pero no en la uno, donde se produjo el accidente.

"Me reitero en que las víctimas me perdonen. Pero fue un accidente, no pude evitarlo", ha concluido Garzón

"Me reitero en que las víctimas me perdonen. Pero fue un accidente, no pude evitarlo", concluía en su declaración el maquinista del Alvia.

El foco de este juicio, que se prevé largo, está centrado en la responsabilidad de Garzón Amo en el accidente, cuando encaró la curva de A Grandeira a más del doble de la velocidad permitida (191 km/h frente a 80) y la del exresponsable de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte. En su caso, por los eventuales problemas que pudieran afectar a la seguridad de la instalación, que no contemplaba un frenado técnico.

A Garzón y Cortabitarte se les imputan, respectivamente, 80 fallecimientos y 145 de lesiones por imprudencia grave profesional. Además de un delito de daños, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. 

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