Los menores son el colectivo con mayor riesgo de pobreza en España que afecta al 33% del total mientras que la media general de la población es del 27,6%, según detalla el informe de la Plataforma de Infancia recogido por la agencia de noticias EFE. 

Los datos presentados este martes revelan una situación verdaderamente alarmante. Casi la mitad de los niños y adolescentes en España vivieron en 2021 en hogares con dificultades de distintos tipos para llegar a fin de mes (49,1%) y uno de cada cuatro, en familias con muchas dificultades (25,8%).

Dichas cifras, extraídas de la última Encuesta de Condiciones de Vida 2021 con el análisis del Instituto Nacional de Estadística (INE), exponen un incremento del número de hogares con hijos que se enfrentan a importantes carencias materiales. Los resultados exponen un considerable aumento de los índices de pobreza en España tras el estallido de la pandemia en 2020.  

España es el segundo país de la Unión Europea con una mayor tasa de menores en riesgo de pobreza o exclusión social, sólo por debajo de Rumanía. "Hay más pobreza y ha crecido a un ritmo superior a la media de la UE en los últimos años", ha explicado el autor de la investigación, Joffre López.

El 28,9% del total de los niños vivía en hogares con ingresos inferiores al umbral de pobreza (menos de 20.023 euros anuales para toda la familia), 7,2 puntos porcentuales más que la media de la población (21,7%). El 14,9% provenía de familias con ingresos bajo el umbral de pobreza severa (menos de 281 euros al mes para el caso de una familia con dos adultos y dos niños dependientes).

Cuáles fueron las familias y los menores más afectados

Aunque los menores de siete años fueron los que más sufrieron situaciones de pobreza material severa en 2021, los adolescentes de edades comprendidas entre 11 y 17 años presentan un mayor porcentaje de riesgo de necesidad y exclusión social. 

Los adolescentes extranjeros son un grupo de la población muy vulnerable y que se ha visto directamente afectado por la pandemia. Por ejemplo, la tasa de riego de pobreza o exclusión social entre los jóvenes de más de 16 años de nacionalidad española era del 21,7%, entre el colectivo de personas de nacionalidad extranjera alcanza al 40,3% de los provenientes de la UE y al 66,1% del resto del mundo.

Por su parte, los hogares con menores dependientes y las familias monoparentales fueron los más expuestos a situaciones de vulnerabilidad económica, seguidos de las familias numerosas. 

La pobreza energética, la mayor carencia material

La carencia material es uno de los índices centrales del estudio. Según presenta el informe el 19,3% de los menores sufrieron escasez material en 2021, alcanzando un 8,9% de casos de situación carencia material severa. 

Las privaciones más recurrentes de las familias con menores son no poder hacer frente a imprevistos, no poder sufragar el ocio familiar, tener retrasos de pagos de hipoteca, renta o suministros y en casos más extremos con riesgo de desahucio, pobreza energética, brecha digital o alimentación precaria.

En 2021, el 17,7 % de los menores crecían en hogares con retrasos en los pagos relacionados con la vivienda (alquiler, recibos de gas..) 7,1 puntos porcentuales más que antes de la pandemia, y el 13,1 % en familias que no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada, 4,6 puntos porcentuales más que en 2019.

Pobreza por comunidades

Las comunidades autónomas que presentan mayores tasas de riesgo de pobreza y exclusión social en la infancia son Andalucía, Extremadura y Murcia. Las tres presentan tasas cercanas al 40%, muy por encima de la media de España, seguidas de Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. 

Además, el informe destaca las diferencias a nivel de acceso a recurso entre las ciudades y la España rural. Esta condición es claramente detectable en las dos Castillas, donde la baja densidad de población de los pueblos supone un riesgo para los escasos niños que los habitan. 

Por el contrario, las comunidades del norte presentan mejores datos en cuanto a la incidencia de la pobreza infantil, sobre todo Navarra, Euskadi, Cantabria y Aragón. No obstante cabe destacar que en Euskadi el crecimiento de la población infantil en riesgo de pobreza y con ingresos en el hogar por debajo del umbral de la pobreza ha aumentado por encima de la media de España en los últimos dos años.

Peor salud y mayor absentismo escolar

Por supuesto la pobreza no solo afecta al acceso a recursos materiales sino que también condiciona la vida académica de los menores. La mayoría de los niños y adolescentes que presentan absentismo y abandono escolar prematuro provienen de hogares con renta baja. 

A pesar de que la atención sanitaria es gratuita, la precariedad severa también condiciona el estado de salud de los menores de hogares con rentas cercanas a la pobreza. Esta condición sobre todo afecta a los servicios no plenamente cubiertos como es el caso del dentista. El director de la Plataforma la Infancia, Ricardo Ibarra, alerta de que el "70% de las familias en situación de pobreza no pudieron llevar a sus hijos a revisiones bucodentales". 

Qué se puede hacer ante esta situación

La Plataforma de Infancia propone una ayuda universal a la crianza, extendiéndola de los tres a los seis años, y reforzar el apoyo a las familias en situación de riesgo con hijos. Ibarra considera que una prestación de 100 euros al mes hasta los 18 años se reduciría la pobreza monetaria 8 puntos, sobre todo la severa.

La plataforma urge a incrementar la inversión actual del 1,3% del PIB en protección de la infancia y de las familias hacia el 2,4% de la media UE. Además, reclaman mejorar el acceso a las ayudas como el Complemento de Infancia y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y fomentar la cobertura de servicios básicos como el comedor escolar, plazas públicas de 0 a 3 años o cobertura de salud visual y bucodental para todos los niños.

"Las medidas protectoras del Estado han suavizado el golpe de la crisis por la pandemia, pero seguimos teniendo un problema estructural", ha concluido el responsable de la Plataforma.