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Mujeres migrantes, las más desprotegidas ante la violencia de género durante el confinamiento por el coronavirus

La falta de acceso a la información, el miedo a denunciar, la brecha digital y la falta de abordajes multiculturales, entre los principales obstáculos que sufrieron estas mujeres durante el confinamiento, advierte un estudio publicado este martes.

Violencia machista
Marcha contra la violencia de género (archivo). EFE

La violencia de género creció de forma importante durante el confinamiento por la covid-19. Sin embargo un colectivo, el de las mujeres migrantes, ha sido uno de los más afectados por esta violencia durante los meses de marzo a junio, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma y de restricción de movimientos con el fin de controlar la expansión de la pandemia. La falta de acceso a la información, el miedo a denunciar, la brecha digital y la falta de abordajes multiculturales, que potencian un tratamiento paternalista y racista, "han supuesto graves barreras a las que han tenido que enfrentar estas mujeres durante los confinamientos del pasado año".

Así lo desvela un informe presentado este martes elaborado por las organizaciones Alianza por la Solidaridad-ActionAid y la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), en colaboración con un equipo de la Universidad de Salamanca. Bajo el título La violencia de género contra las mujeres en contextos de emergencia: la respuesta a la crisis del COVID-19 en España, el documento resalta las "graves carencias en la atención" a las que se enfrentaron estas mujeres. 

Durante este periodo, aumentó la exposición a situaciones de tensión, violencia y abuso en el ámbito del hogar, obligando a las mujeres y niñas a convivir encerradas con sus maltratadores durante un largo periodo de tiempo. Sólo en las primeras dos semanas de confinamiento, las llamadas al 016 aumentaron 12,43% y las consultas online un 269,57% con relación al mismo período del año anterior; "siendo las mujeres migrantes las que están más representadas en ambos casos, en proporción al porcentaje de la población que suponen", explican las responsables del estudio.

El documento resalta que si bien durante este período de confinamiento obligatorio se mantuvieron activos los servicios públicos de atención, la brecha digital fue un obstáculo para muchas de ellas, lo que les impidió mantener redes de apoyo exterior, incluso buscar ayuda en los servicios sociales en caso de necesitarlo. Tampoco estaban accesibles servicios básicos como el acceso a los servicios de empleo o la matriculación de menores en colegios, entre otros. Y "esta situación fue mucho peor en el caso de las migrantes irregulares y aún más dramática en el caso de las recién llegadas, por su desconocimiento del idioma".

El informe, que ha tenido como objeto analizar cómo han funcionado los recursos existentes y las estrategias disponibles para luchar contra la violencia de género en el período de confinamiento,  está basado en un trabajo trabajo cuantitativo como cualitativo con seis grupos focales en diferentes provincias (Madrid, Sevilla y Valencia), en los que participaron mujeres residentes en España provenientes de países de América Latina, Bangladesh, China, Marruecos y otros países de África. El informe incluye, además, entrevistas a 11 profesionales expertas en la atención en violencia de género.

Las mujeres migrantes han enfrentado más barreras de acceso a los recursos contra la violencia de género

Entre los principales hallazgos caben destacar que como consecuencia de la pandemia del coronavirus la violencia de género se ha incrementado y ha incidido de forma más completa, en aquellas mujeres afectadas por situaciones de mayor vulnerabilidad o discriminación múltiples, como en el caso específico de las mujeres migrantes. Las mujeres en situación de migración han estado no sólo más expuestas a múltiples formas de violencia, sino que además se han encontrado más desprotegidas y han enfrentado mayores barreras de acceso a recursos y servicios de atención a la violencia de género.

Entre los factores que han dificultado el acceso, explica el documento, se encuentran "el desconocimiento del idioma, la falta de información disponible sobre recursos y sus formas de acceder a ellos, la falta de red de apoyo y acompañamiento y una fuerte desconfianza en las instituciones por el contexto de racismo y discriminación social e institucional".

Tal como afirma el informe, no se trata de situaciones nuevas, pero resalta que las barreras y las dificultades con las que ya contaban la mujeres de este colectivo se vieron incrementadas de forma exponencial durante el período de confinamiento del estado de alarma. Las mujeres migrantes en condiciones normales ya están sobre representadas en las estadísticas de la violencia de género, afirma el estudio, y añade que la fuerte persistencia y constante reproducción de la violencia de género en las mujeres de este colectivo "no solo se debe al modelo patriarcal bajo el cual nos encontramos, sino también a una estructura normativa, económica y política que las coloca en una situación de extrema fragilidad para tomar decisiones que les permita romper con los círculos de violencia a su alrededor".

Entre los tipos de violencia más habituales durente el confinamiento, las expertas consultadas para el informe resaltan que la violencia psicológica ha sido la más extendida (un 97,9%), seguida e la sexual (76,4%), la física (67%), la social (35,1%), la negación de dinero por parte del cónyuge o pareja (29,8%) y la negación de alimentos (20,4%).

A la vista de los resultados, el informe realiza una serie de recomendaciones para mejorar el abordaje y la atención integral a las víctimas de la violencia de género. Entre ellas, sensibilizar a toda la población, incluyendo a los hombres, niñas y niños sobre la magnitud, gravedad y los patrones de esta violencia; Divulgar la información sobre recursos y servicios de atención, los pasos a seguir y fundamentalmente el reconocimiento del propio derecho de las mujeres a solicitar ayuda, incluida las migrantes, independientemente de su estado administrativo, generando confianza. El estudio pide, además, fortalecer la coordinación entre diferentes recursos y entre diferentes instancias
de la atención a la violencia de género para brindar una atención integral y capacitar a las profesionales de todas las instancias de la atención a la violencia
de género sobre los diferentes tipos de violencia que existen y sobre las diversas realidades y contextos que afectan a las mujeres en general y a las mujeres
migrantes en particular.

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