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Los ocho sanitarios acusados por la muerte de Diego Maradona irán a juicio por homicidio

Están acusados por el delito de "homicidio simple con dolo eventual", tal como habían dispuesto el año pasado los fiscales y el juez de la causa. Se enfrentan a penas de entre ocho y 25 años de cárcel.

El entrenador de Argentina, Diego Maradona, antes del partido.
Diego Maradona, foto de Archivo. Carl Recine / reuters

La acusación contra el equipo médico que trató a Diego Armando Maradona superó una nueva instancia con la imputación de que el futbolista fue víctima de un homicidio simple por dolo eventual, delito que prevé una pena de ocho a 25 años de prisión. La Cámara de Apelaciones de San Isidro, Argentina, mantuvo la calificación respecto de los ocho profesionales que intervinieron, incluyendo al médico Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y los enfermeros.

El concepto general es que "tras haber asumido voluntariamente su rol, infringieron sus deberes, colocando al paciente en riesgo por fuera del margen permitido, ocasionando el fatal desenlace que, de lo contrario, hubiese podido evitarse". La resolución de los jueces Carlos Fabián Blanco, Gustavo Herbel y Ernesto García Maañón será probablemente apelada por las defensas e intervendrá la Sala II de la Cámara de Casación bonaerense.

Durante la instancia, lo más factible es que rechacen los recursos y ordenen la realización del juicio, algo que podría ocurrir en 2024 o durante el primer semestre de 2025. El equipo de fiscales que intervino, Patricio Ferrari, Laura Capra y Cosme Irribarren, coordinados por el fiscal general John Broyard, impuso su mirada, primero, porque el juez de Garantías, Orlando Díaz, les dio la razón y ahora porque lo también lo ha hecho la Sala III de la Cámara de Apelaciones.

En estos casos se suele acusar de homicidio culposo

Pocos pensaban que podrían superar esa instancia con una acusación tan dura: la apuesta mayoritaria es que los jueces cambiarían la calificación por una mucho menor, la de homicidio culposo, que consiste en producir una muerte, sin intención, pero por una actuación "imprudente o negligente".

El homicidio culposo tiene una pena muchísimo menor, de dos a cinco años, y suele ser el delito típico de la mala praxis médica. También se consideraba que la Cámara podría diferenciar entre los acusados: una cosa es la responsabilidad de quienes conducían el tratamiento y otra la de enfermeros, un médico clínico que estuvo una vez o una coordinadora.

En el fallo, de 248 páginas, los jueces le dieron la razón a los fiscales y mantuvieron la imputación contra los ocho profesionales. Uno de los puntos centrales del auto de Cámara es que respaldaron las conclusiones de la junta médica convocada por los fiscales, en la que intervinieron 16 especialistas. La junta hizo una enumeración "de las acciones y omisiones que consideró reprochables a cada una de las personas imputadas y que, a su criterio, habrían incidido en el fatal desenlace aquí endilgado", dice la resolución.

"Si bien resulta ilógico afirmar que Maradona no hubiese fallecido de haber contado con un internamiento adecuado, teniendo en cuenta el cuadro en los días previos a su muerte, concordamos en que hubiese tenido más oportunidades de sobrevivir en un centro asistencial polivalente y recibiendo atención acorde con las buenas prácticas médicas", aseguró la Junta Médica.

Los jueces, en el fallo: "Maradona hubiese tenido más oportunidades de sobrevivir si hubiera tenido una mejor atención"

El fallo liderado por el juez Blanco dedicó más de 150 páginas a detallar qué dijeron los especialistas de la Junta y qué hizo cada profesional en las dos semanas previas a la muerte, incluyendo una cantidad inusitada de mensajes que se intercambiaron y en los que ya se veía venir el final y las acusaciones penales que sobrevendrían.

La única buena noticia para dos de los imputados, Luque y Cosachov, es que los jueces revocaron la acusación por falsedad de documentos. En el allanamiento a la casa de Luque se encontró el papel en el que había un ensayo de falsificación de la firma de Maradona. Los jueces señalaron que efectivamente se falsificó la firma de Maradona para retirar una historia clínica, pero que eso no causó ningún perjuicio. Y en el caso de Cosachov, ella firmó una especie de certificado diciendo que Maradona estaba en buen estado psíquico, algo que no era cierto, pero que tampoco se constituyó en un documento que tuviera un usufructo significativo.

Los próximos pasos

El próximo paso es que las defensas presenten recursos para llegar a la Cámara de Casación de Buenos Aires, el tribunal de última instancia. Esas apelaciones se hacen ante la misma Cámara de Apelaciones que resolvió este lunes, por lo que probablemente los jueces rechazarán el recurso. No obstante, las defensas llegarán a Casación en formato de queja.

La Sala II de Casación, que es la que interviene, está integrada por María Fernanda Budiño y Fernando Mancini, quienes recibirán el expediente dentro de un par de meses. La lógica indica que también rechazarán el recurso porque no se trata de una sentencia firme. La Casación suele intervenir en esta instancia cuando hay una arbitrariedad manifiesta o para resolver la situación de personas detenidas. En este caso, no hay nadie preso y la calificación puede discutirse en el juicio oral.

Si todo avanza normalmente, antes de fin de año Casación le dará el visto bueno al juicio y la causa volverá a San Isidro para que se sortee uno de los siete tribunales orales que existen en esa jurisdicción. Luego, las defensas, la fiscalía y la familia de Maradona propondrán las pruebas y los testigos del juicio y el tribunal fijará una fecha para el inicio del juicio.

Un juicio sin antecedentes

En la actualidad, en San Isidro, los juicios tienen una tardanza mínima de ocho meses. Eso augura que las audiencias probablemente empezarán en el segundo semestre de 2024 o en el primer semestre de 2025. Eso sí, nada será sencillo. Habrá que encontrar una sala que acoja a ocho imputados con sus abogados, fiscales, querellantes y una cantidad inmensa de periodistas nacionales e internacionales. Es algo que no tiene antecedentes en San Isidro.

El equipo de fiscales, ahora respaldados por el juez y por la Cámara, insistirá en la acusación: "Los aquí imputados son Leopoldo Luque, Agustina Cosachov (psiquiatra), el licenciado Carlos Díaz, junto con la Dra Nancy Forlini –coordinadora de la prestadora médica–; Mariano Perroni –coordinador de la empresa de enfermería–; Ricardo Almirón y Dahian Madrid, en su calidad de enfermeros, y Pedro Di Spagna, médico clínico".

Los mensajes entre los profesionales demuestran que veían los riesgos y no hicieron nada

"Todos ellos, habiéndose representado el resultado fatal ante el grave cuadro de salud que evidenciaba la víctima y que era conocido al menos por todos los profesionales nombrados –enfermedad renal crónica, enfermedad hepática preexistente, cirrosis dual, insuficiencia cardíaca congestiva, deterioro neurológico, adicción al alcohol y psicofármacos, probables enfermedades psiquiátricas sumado al cuadro de abstinencia alcohólica–, ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud y omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar en torno a su función, agravando el cuadro de salud de Maradona, y colocándolo en una situación de desamparo y abandonándolo a su suerte. Esto provocó el deceso de Diego Armando Maradona el día 25 de noviembre a las 12.30 horas producto de una insuficiencia respiratoria y paro cardíaco".

Cómo es probable que se desarrolle el juicio

En el juicio, las polémicas serán de todo tipo. Los fiscales afirmarán que no sólo hubo mala praxis, sino que los mensajes entre los profesionales demuestran que veían los riesgos y no hicieron nada. Incluso que hubo varias advertencias de que Maradona estaba muy hinchado y no se levantaba de la cama, lo que debió encender las alarmas de riesgo cardíaco.

Por otro lado, los médicos asegurarán que no hubo un solo diagnóstico previo de problemas cardíacos. En el caso de Cosachov, por ejemplo, cuya función era prevenir el consumo de alcohol o drogas, la autopsia demostró que en la casa de la víctima no hubo tales consumos.

Hay otros temas que podrían estar en el centro de la escena. El principal, es que Maradona rechazaba los tratamientos e incluso los controles. No quiso recibir ni al médico clínico ni al acompañamiento terapéutico. De un lado se argumentará que es un derecho de un paciente y del otro lado dirán que Maradona no estaba en condiciones de decidir. Será un juicio muy controvertido, posiblemente con doscientos o trescientos testigos y una extensión de seis meses o más.

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