"Somos más fuertes que el odio", estas son las palabras que Magdalena Augusto dedicó en el acto homenaje a su hermano pequeño Ndombele Augusto Domingos, menor angoleño que fue asesinado en 2002 a las afueras de una discoteca del polígono industrial de Alcorcón. Ndombele tenía tan solo 16 años cuando fue apuñalado por José David Fuertes, El Tocho, portero de dicho establecimiento.

20 años después de este crimen racista, el Ayuntamiento de Alcorcón y la asociación Espacio Afro han conseguido renombrar el parque, cerca de ese polígono, con el nombre de Ndombele Augusto Domingos. Al acto, que se celebró el pasado 20 de julio, acudieron vecinos, amigos y familiares de la víctima. Magdalena, en su intervención, celebró que su familia pueda volver a pisar ese parque. Este homenaje, explicó la hermana, es "una forma de hacer un poquito de justicia" para que hechos de esta gravedad "no se olviden nunca".

"Ha sido un proceso intenso, lleno de sentimientos encontrados", relata Magdalena a Público. La familia de Ndombele, durante todos estos años, ha tenido que lidiar con la  "soledad" y el "olvido". Magdalena, además, ha recordado con tristeza las consecuencias a nivel de salud mental que padecieron sus padres.

En relación al acto, Magdalena siente que "se lo debía" a su hermano, ya que hubiese sido importante para él y, por tanto, para todos sus seres queridos.
Así, Magdalena, por fin, puede regresar a Alcorcón para ponerle "un recuerdo distinto" en comparación al de ese hecho terrible. Aunque un parque no vaya a devolver a Ndombele, explica su hermana, "es importante que se lo recuerde". 

Un lugar para la memoria y la reparación

En el homenaje también estuvo presente Jesús Santos Gimeno, teniente alcalde del Consistorio por Ganar Alcorcón, quien en declaraciones para este diario, ha señalado que "este acto sirve como reparación no solo a los familiares de la víctima" sino también a "todos los vecinos de la localidad".

El diputado autonómico de Madrid, además, ha explicado que le gustaría que sus hijos creciesen en un barrio antirracista y con memoria, donde se luchase cada día por la igualdad de los derechos sociales. 

"Lo más bonito del proceso", explica Espacio Afro a Público, "es que ha sido súper consensuado". La asociación ha colaborado de manera activa con los familiares de Ndombele. Además, celebran que el Ayuntamiento "haya reaccionado tan bien" a su propuesta. Así, el rebautizado parque pasará a convertirse en un lugar para la memoria y la reparación.  

El presidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial, Antumi Toasijé, reivindicó que el acto celebrado también "es memoria". El activista, de manera crítica, remarcó que "ojalá asistamos a inauguraciones que no solo sean de los muertos por el racismo", sino también a "las heroínas y héroes" que han contribuido a construir nuestra sociedad. 

Un proceso judicial para el olvido

Jesús, amigo de la víctima y testigo de aquella fatídica noche, declaró, en el primer de los juicios que se celebraron, que Fuertes "sujetó con una mano a Ndombele" para que no huyera "y con la otra le apuñaló en el corazón". La agresión tuvo lugar, después de que los dos jóvenes iniciasen una discusión verbal con Pablo Gómez, amigo del agresor. Esta persona cumplía condena por homicidio frustrado y aquel día disfrutaba de permiso penitenciario. Días después, apareció muerto en circunstancias extrañas.

"¿Tú quieres movida, negro?", dijo Pablo, quien entró al bar para buscar a Fuertes. Ambos eran conocidos nazis de la localidad de Parla. Sin embargo, en el primer juicio celebrado en 2004, el jurado popular no vio indicios suficientes para declarar a El Tocho como culpable de delitos de odio. 

El acusado se volvió a sentar en el banquillo después de que el Tribunal Supremo y Constitucional ordenaran repetir dicho juicio. En esta ocasión, la Audiencia Provincial de Madrid condenó a 18 años de prisión a Fuertes.