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La Policía frustra la creación de un centro social okupado autogestionado en Aluche

Un joven que afirmaba llevar viviendo una semana dentro del inmueble ha sido desalojado y los agentes han identificado a todos los activistas y vecinos del barrio que estaban en el lugar apoyando la creación del nuevo espacio autogestionado.

La Policía identifica a los activistas que estaban en la zona.
La Policía identifica a los activistas que estaban en la zona. GUILLERMO MARTÍNEZ

La tarde de este 16 de mayo era la elegida. Pasaban las cinco de la tarde cuando unas 30 personas se acercaban a un edificio abandonado en la calle Medina del Campo. Situado en el barrio madrileño de Aluche, el inmueble fue una antigua fábrica de muebles sin uso desde hace casi dos décadas. Un joven que se encontraba dentro y que, según ha afirmado, vivía en él desde hace una semana ha terminado siendo desalojado dado que los policías no han podido comprobar que se trataba de su vivienda habitual. Mientras esto sucedía y cuatro agentes de la Policía Nacional inspeccionaban el edificio, han aparecido dos hombres, uno diciendo que era el encargado de la seguridad del mismo y otro, ataviado con una camiseta del Ejército de Tierra y una gorra con el escudo de la Policía Nacional, que ha dicho ser el hijo del primero. El espacio, que pretendía convertirse en un centro social para el vecindario, sigue estando inutilizado.

Algunos jóvenes del Distrito 104, el colectivo antifascista de la zona, estaban en las inmediaciones intentando recuperar la antigua fábrica para, además de servir como vivienda para quien así lo necesite, crear un centro en el barrio: "Kronos, un fondo de inversión, ha comprado el inmueble a través de una de sus empresas filiales. No sabemos lo que quieren hacer con él, aunque seguramente lo dedicarán a la especulación inmobiliaria", ha afirmado a Público Andrea, una militante del colectivo juvenil.

El abogado, Andrea y un activista se dirigen al edificio.
El abogado, Andrea y un activista se dirigen al edificio. GUILLERMO MARTÍNEZ
"Kronos, un fondo de inversión, ha comprado el inmueble a través de una de sus empresas filiales. No sabemos lo que quieren hacer con él"

"Nuestro mayor motivo para okupar son los desalojos de centros sociales en los que el vecindario se podía organizar y que el Ayuntamiento de Madrid ha venido realizando últimamente en la ciudad, como La Dragona, el de Chamberí, el EVA de Arganzuela, y ahora la amenaza sobre La Traba. También queremos romper con la especulación inmobiliaria de los fondos de inversión a nivel estatal y que lo único que intentan es destruir a la clase obrera y subirle el precio del alquiler o la compra", ha continuado la antifascista.

El edificio, aunque no en ruinas, sí tenía aspecto de una nula conservación a lo largo de los años. Ahí es donde vivía el joven que ha terminado siendo desalojado. ¿El motivo? "Los agentes han determinado que nada acredita que lleve más de 48 horas en la vivienda, a pesar de que tenía comida y ropa. Dicen que no es la suficiente comida ni ropa, pero no entendemos según a criterios de qué o quién", ha confirmado Diego Redondo, el abogado que asiste al colectivo.

Agentes de la Policía Nacional esperan a que el joven abra la puerta delante de su abogado.
Agentes de la Policía Nacional esperan a que el joven abra la puerta delante de su abogado. GUILLERMO MARTÍNEZ

Unos minutos después de hacer acto de presencia la Policía se han acercado al lugar dos hombres. Uno de ellos, preguntado por este medio, ha afirmado ser el responsable de "guardar" el edificio y ser trabajador de Kronos, y también ha dicho que había visto cómo un joven que se encontraba apoyando la acción desde el exterior había roto la ventana de la puerta para meter la cadena que la cerraba. Preguntado por qué en ese momento no ha avisado a la Policía, el hombre ha contestado que no quería hacer más declaraciones.

"La ventisca", tal y como iba a ser denominado el nuevo centro social okupado autogestionado, acarrearía un gran trabajo por parte de los activistas

Según ha podido saber Público, el edificio consta de tres plantas, las dos primeras amplias aunque con bastante trabajo de acondicionamiento por delante para poder ser utilizadas. "La ventisca", tal y como iba a ser denominado el nuevo centro social okupado autogestionado, acarrearía un gran trabajo por parte de los activistas, pues las casi dos décadas de abandona eran palpables: ventanas desvencijadas, gran cantidad de polvo, muebles rotos y suciedad en las escaleras dejaban entrever que el espacio no había sido utilizado en mucho tiempo.

Centro social y alternativa habitacional

La estrategia por parte del colectivo era inaugurar el centro social, además de ayudar a que la persona que decía vivir dentro fuera identificada por los agentes como solución al problema que asola a la juventud, también presente en Aluche, tal y como remarcan desde Distrito 104: "Nos vemos abocados a no tener una vivienda digna, ni estabilidad laboral, con trabajos precarizados. Si los jóvenes no tenemos trabajo fijo y nuestro sueldo no supera el mínimo establecido no tenemos opción a nada, ni siquiera a hacer nuestra propia vida", agregan. Por ello, la idea que tenían para el nuevo centro social era abrirlo a todo el vecindario para posibilitar una alternativa de ocio diferente a la que oferta el Estado, siempre mediada en términos económicos que acaba relegando a la juventud a las casas de apuestas, tal y como denuncian.

El joven abandona el inmueble tras recoger sus pertenencias.
El joven abandona el inmueble tras recoger sus pertenencias. GUILLERMO MARTÍNEZ

De hecho, tan solo en el barrio de Aluche se ubican hasta 14 locales de apuestas, mientras que en su distrito al completo hay tres bibliotecas. "Queremos crear una alternativa a la juventud, donde puedan ir y relacionarse. Nuestro propósito —comentan— es hacer una biblioteca y sala de estudios en el nuevo edificio, crear un ocio alternativo y posibilitar el tejido social del barrio y la solidaridad entre los vecinos", comentaban antes de que la Policía frustrase sus planes.

"Nuestro propósito es hacer una biblioteca y sala de estudios en el nuevo edificio, crear un ocio alternativo y posibilitar el tejido social del barrio y la solidaridad entre los vecinos"

La okupación no es la primera idea ni acción que han tenido y llevado a cabo para conseguir sus objetivos. Tal y como afirman desde el colectivo antifascista, antes de recuperar el inmueble han pedido a la junta municipal la cesión de algún edificio en desuso, pero siempre se lo han negado. "Ante sus negaciones, esta es la única forma que tenemos de hacerlo", remarca Andrea. Las proyecciones para el nuevo espacio vecinal ya estaban algo marcadas: "Queríamos realizar algún acto de autofinanciación del espacio cuando las medidas sanitarias lo permitieran, pero también un huerto en la parte de atrás, que hay un pequeño jardín. En la parte de arriba hay algunas viviendas que íbamos a habilitar y así las podría utilizar cualquiera que las necesitase, y queríamos hacer un gimnasio para aquellos chavales que no puedan pagárselo", en palabras de la activista.

Todo ello se ha truncado por una actuación inesperada de la Policía Nacional que ha sorprendido a las 30 personas que se encontraban en el exterior del inmueble y que, finalmente, han terminado siendo identificadas por los agentes, al igual que los periodistas que nos encontrábamos cubriendo los hechos. "Le han echado por indicios absurdos, como que no tenía apenas comida y poca ropa, pero este joven se va a duchar a casa de sus padres y mucha comida no puede tener porque no hay nevera. Le habrán denunciado por daños y tentativa de usurpación, aunque al menos no se le han llevado detenido", ha concluido Redondo.

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