Un policía usa las relaciones sexoafectivas para infiltrarse durante tres años en los movimientos sociales
'La Directa' destapa el caso del agente Dani Hernández, quien accedió durante tres años a espacios políticos de Barcelona sirviéndose de sus relaciones con mujeres pertenecientes al activismo, lo que le permitió participar en asambleas y jornadas
Madrid-Actualizado a
No es fácil acceder a según qué sitios. Recabar información en el seno de los movimientos sociales supone un bien preciado para la Policía Nacional. En ese intento por acceder a lo que le es vedado, cualquier estrategia parece valer, y es ahí donde nos topamos con la figura del agente Dani Hernández Pons.
El medio de actualidad e investigación La Directa destapa a través de una serie de reportajes un caso de infiltración de dicho policía nacional en los movimientos sociales de Barcelona utilizando, sobre todo, las relaciones sexoafectivas con miras a poder obtener información privilegiada.
Durante tres años, este agente se infiltró en espacios políticos de Barcelona
sirviéndose de sus relaciones con mujeres que integraban dichos movimientos. Fue así como pudo participar en asambleas, jornadas y manifestaciones.
Tal y como detallan los reportajes, Hernández recaló en primer lugar en el centro social La Cinètika, en el año 2020, donde estableció relaciones sexoafectivas instrumentales con mujeres de diferentes proyectos políticos de la ciudad, lo que, a la postre, le permitirá "afirmarse en determinados espacios y dar credibilidad a su personaje".
En esta serie de reportajes que lleva por título Espionaje sin límites, la Directa ha logrado recoger el testimonio y la denuncia de ocho de estas mujeres.
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