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Pornografía, dinero y fama, un atractivo cóctel para jóvenes impulsivas

El documental 'Hot Girls Wanted' que se estrena en Netflix arroja una cruda luz al mundo de la pornografía 'amateur' con epicentro en Miami mediante las experiencias de un grupo de chicas que rondan los 18 años y dejan atrás su pueblo natal en busca de aventuras sin tener muy claro dónde se meten.

El documental 'Hot Girls Wanted' que estrena Netflix arroja una cruda luz al mundo del porno 'amateur', con epicentro en Miami, donde el dinero fácil y la fama lleva a muchas jóvenes a recurrir al sexo como vía para cumplir sus sueños.

Fernando Mexía (EFE)

El nuevo documental Hot Girls Wanted arroja una cruda luz al mundo de la pornografía amateur con epicentro en Miami (EEUU), donde el dinero fácil y la fama lleva a muchas jóvenes a recurrir al sexo como vía para cumplir sus sueños. El filme se estrenó el viernes en Netflix después de su debut en el Festival de Cine de Sundance en enero, y relata las experiencias de un grupo de chicas que rondan los 18 años y dejan atrás su pueblo natal en busca de aventuras sin tener muy claro dónde se meten.

"No son unas putas, son unas románticas incurables", aseguró Ronna Gradus, que dirigió la cinta junto con Jill Bauer, en un encuentro que mantuvieron ambas con la prensa en Los Ángeles. Las cineastas describen a estas novatas del porno como chicas dulces queridas por sus padres y criadas en el seno de una familia de clase trabajadora en una pequeña ciudad estadounidense.

"Tienen fuego en el estómago, son inteligentes, muchas solo han tenido un par de parejas y no entran en el porno porque quieren tener sexo con cualquiera, es una forma de escape", explicó Bauer, que insistió en que todas ansían vivir una aventura. Hot Girls Wanted abre las puertas al espectador de una casa de Miami gestionada por un "reclutador" de jóvenes promesas de la industria del porno aficionado, quien encuentra a sus nuevos talentos a través de anuncios que publica en la web Craigslist.

El documental enseña lo fácil que resulta fichar a estas chicas, a las que les pagan el billete y les dan alojamiento para empezar su carrera que, en la mayor parte de los casos, apenas dura unos meses. En ese un negocio el consumidor se cansa pronto de las caras nuevas. Las imágenes retratan la afectuosa convivencia de las jóvenes, que se apoyan y hablan de sus ilusiones y se alegran de los éxitos de sus vídeos distribuidos en páginas web que tienen una media de 41 millones de visitas al mes.

Las novatas se inventan un nombre artístico y se lanzan a por seguidores en Twitter, que es "su herramienta de márketing"

Las novatas se inventan un nombre artístico y se lanzan a por seguidores en Twitter, que es "su herramienta de márketing", apuntó Gradus, que destacó la "muchísima pornografía" que hay en esa plataforma. "Si tu hijo tiene acceso a Twitter puede seguir a estrellas del porno y ver contenidos explícitos todo el día", añadió Bauer.

Para las realizadoras existe una influencia indirecta de los contenidos generados por la industria del entretenimiento actual en las decisiones de esas chicas. "Hollywood no les hizo hacerlo, pero lo usan como justificación. Cuando ves a Miley Cyrus metiéndose dinero en su entrepierna, no es tan difícil hacer esa conexión y en las casas de estas chicas los programas de telerrealidad están todo el tiempo puestos, es con lo que crecen", comentó Gradus.

El documental viaja con una de las chicas hasta su pueblo y recoge el momento en el que ella cuenta a sus padres que había empezado a hacer pornografía en internet, una situación que se produjo "de forma orgánica" ante la sorpresa de las directoras que estuvieron a punto de involucrarse en la historia de otra joven.

"Había descubierto que no se usaban condones" y para entonces ya quería regresar con su familia, pero no tenía dinero

Fue el caso de una nueva recluta que se acababa de instalar en la casa de Miami. Tras una charla con ella para conocer sus motivaciones, descubrieron que la joven estaba un poco despistada. "No había procesado lo que estaba haciendo", indicó Bauer. Volvieron a encontrarla al día siguiente y estaba "triste".

"Había descubierto que no se usaban condones" y para entonces ya quería regresar con su familia, pero no tenía dinero, contó Bauer, quien junto con Gradus tomó la decisión de que iban a pagarle el billete de avión. "Como mujeres no podíamos quedarnos sin hacer nada", dijo Bauer, si bien como documentalistas aquello les suponía un "dilema moral", afirmó Gradus.

Cuando volvieron a la casa vieron que la joven ya había hecho buena relación con el resto de aspirantes a estrellas del porno y sus prioridades habían cambiado. "Descubrimos que la fantasía, las posibilidades de vivir esa vida y tener mucho dinero, era mucho más atractivo para ella que regresar. Las otras chicas le dijeron que acaban de conocer a un rapero", relató Gradus.

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