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Galicia Sin radios, sin trajes ignífugos y a golpe de móvil: crónica de la extinción de un incendio

Los agentes forestales de la Xunta de Galicia aseguran que el fuego que calcinó esta semana cien hectáreas del Parque Natural de O Invernadeiro es el ejemplo perfecto de la descoordinación y la falta de medios con que trabajan.

Vista general del incendio forestal que ha afectado al parque natural de O Invernadoiro, en la provincia de Ourense. - EFE

JUAN OLIVER

El Parque Natural do Invernadeiro es una verdadera joya ecológica. Casi 6.000 hectáreas de montes y bosques que discurren entre ríos en el municipio ourensano de Vilariño de Conso y que dan hábitat a fragas de árboles que han sobrevivido a la invasión del eucalipto y a especies animales típicas de Galicia: lobos, corzos, jabalíes, rebecos, gatos monteses, nutrias... Las visitas están controladas, así que al parque, cuyos accesos están cerrados con cadenas, sólo se puede acceder previo permiso de la Xunta. Hay que cuidarlo, claro. Pero la naturaleza es como es, y esta semana la joya estuvo a punto de arder sin que mediase intervención humana. Un rayo prendió fuego en la maleza seca acumulada durante el verano y causó el primer fuego grave de la temporada.

Ni el brigada ni los capataces contaban con equipos de protección individual para combatir el fuego

Los servicios de extinción lo combatieron durante horas hasta que lograron controlarlo cuando ya habían ardido casi setenta hectáreas. Pero los agentes forestales y medioambientales de la Xunta aseguran que se cometieron graves errores de coordinación que incluso pusieron en peligro su seguridad. Los funcionarios, que convocaron hace más de tres semanas una huelga indefinida reclamando mejoras salariales y denunciando precisamente la escasez de medios con los que cuentan, aseguran que fue un ejemplo perfecto de las lamentables condiciones en las que trabajan en toda Galicia.

Según el relato del comité de huelga, firmado conjuntamente por la CIG y UGT, convocantes de los paros, cuando se produjo el incendio en el parque había dos capataces y un brigada, pero ningún agente forestal –adscritos a la Consellería de Medio Rural- ni medioambiental –a la de Medio Ambiente-. Es decir, nadie con categoría con agente de la autoridad y con capacidad legal para dirigir las tareas de extinción. Hace dos años , la Xunta amortizó una de los dos plazas de los funcionarios de Medio Ambiente adscritos al parque. El que queda estaba ese día de libranza.

Cuando vieron el fuego provocado por el rayo, los capataces y el brigada llamaron al 085, el teléfono público de emergencias de la Xunta para incendios forestales. Les contestaron que ya estaban informados, pero les dijeron que el incendio no era en O Invernadeiro, sino en Chandrexa da Queixa, un municipio pegado a Vilariño. En la central se confundieron. Otro rayo de la misma tormenta había provocado allí un segundo foco.

"La operación, que debería llevar segundos, se demoró casi media hora"

En O Invernadeiro prácticamente no hay cobertura para telefonía móvil, y los funcionarios que allí trabajan denuncian que no cuentan con emisoras de radio adecuadas para conectarse con la central. Así que los capataces y el brigada, que se habían dado cuenta del error de la central del 085, buscaron de nuevo una zona sin sombra y lograron contactar por teléfono con el agente adscrito al parque que estaba de descanso. Le informaron de la situación . “El agente llamó a la oficina del distrito y avisó de que el fuego estaba dentro del parque. Pero por esa falta de cobertura y porque las emisoras de la Consellería de Medio Ambiente no están configuradas con el sistema que usa la oficina del distrito, esa operación, que debería llevar segundos, se demoró casi media hora”, aseguran.

Ni el brigada ni los capataces contaban con equipos de protección individual (EPI) para combatir el fuego, así que poco pudieron hacer cuando advirtieron que O Invernadeiro ardía. De hecho, los agentes aseguran que ninguno de los trabajadores adscritos al parque cuenta con trajes ignífugos que les permitan combatir un incendio sin poner en riesgo sus vidas.

Bomberos forestales trabajan en las tareas de extinción de los dos incendios declarados en el parque natural de O Invernadoiro. - EFE

Bomberos forestales trabajan en las tareas de extinción de los dos incendios declarados en el parque natural de O Invernadoiro. - EFE

Advertidos de la situación, otros cuatro agentes de la Consellería de Medio Ambiente de otros distritos de Galicia –hay una veintena- deciden desplazarse al parque. Van sin EPI y con emisoras que no tienen grabadas en la memoria los canales de extinción del distrito en el que se encuentra O Invernadeiro, por lo que, aunque sí pueden comunicarse entre ellos, no pueden hacerlo con la central ni con el resto de compañeros forestales. “Además, tampoco fueron formados para usarlos”, avisan los sindicatos.

“Es una barbaridad. En una zona de difícil acceso, contar con información de primera mano de un compañero que te diga por dónde tienes que bajar, por qué cortafuegos puedes acceder y por dónde no, es vital”, narra Carlos Sanmiguel, agente y delegado sindical de UGT. “Estar incomunicados es un peligro, y no sólo cuando hay incendios. Hacemos jornadas de doce horas, solos en el monte, y si no hay cobertura y tienes un accidente, si te caes y te rompes una pierna en una zona sin cobertura para móviles y no tienes emisora, muchos no tienen forma de avisar. Hasta que alguien en su casa se preocupe por si no llegas a la hora, están vendidos”, narra.

"Si te caes y te rompes una pierna en una zona sin cobertura para móviles y no tienes emisora, muchos no tienen forma de avisar"

Finalmente el fuego fue apagado cuando ya se habían quemado más de cien hectáreas. Y los sindicatos alertan de podrían haber sido muchas menos si, además de contar con los medios necesarios, hubiera existido un protocolo de actuación contra incendios en el parque para coordinar a las consellerías de Medio Rural y de Medio Ambiente, lo que, además de retrasar la extinción, supuso “un peligro añadido para todas y todos los trabajadores y trabajadoras que participaron en ella”.

La Xunta mantiene una versión distinta. “Sí existe un protocolo de coordinación entre las consellerías para casos de incendios en parques naturales. Y en virtud del mismo se establece que por parte del personal de Medio Ambiente, la actuación se limita a dar aviso a los servicios de incendio en caso de detectar un fuego en el parque, mientras que Medio Rural se encarga de activar y coordinar el operativo”, sostienen fuentes de la Consellería de Medio Ambiente. “En el caso de O Invernadeiro, fue exactamente lo que ocurrió”, afirman. También niegan el supuesto retraso de media hora: “Los efectivos de Medio Rural se presentaron en la zona en cuestión de minutos, cuatro en el caso del personal de tierra y diez en el caso de los medios aéreos.

“La Consellería de Medio Ambiente, por lo tanto, cumplió con su obligación”, concluyen. Y, sobre la falta de medios, también niegan la versión de los agentes. “Nuestros agentes no están adscritos al operativo de incendios, por lo que tampoco tienen que tener la misma dotación en cuanto a trajes o radios. En todo caso, las radios de las que disponen fueron compradas precisamente para mejorar la comunicación y la cobertura en O Invernadeiro, y los trabajadores recibieron previamente la correspondiente formación para aprender a usarlas”.

El año pasado, la oleada de fuegos que arrasó en otoño más de 50.000 hectáreas en Galicia se inició en Vilariño, a pocos kilómetros de donde cayó el primer rayo del miércoles en O Invernadeiro. Chandrexa, donde cayó ese día el segundo rayo, fue el año pasado la zona cero de aquella catástrofe.

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