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Una red de 28 pueblos crea una comunidad energética pionera que reducirá 22.000 toneladas de CO2 al año

El proyecto, que cuenta con el apoyo de los Fondos de Recuperación Transformación y Resiliencia, dispondrá de 7.967 placas solares que ocuparán 23.900m² y con un potencial de 3.584kW.

Un operario instala placas solares en un tejado en una imagen de archivo.
Un operario instala placas solares en un tejado en una imagen de archivo. A. Caballero Reynolds / AFP

Las ayudas de Europeas concedidas por el Gobierno están dando un impulso fuerte a la transición energética. El autoconsumo es uno de los grandes beneficiados, con una potencia instalada que ya equivale a la potencia generada por dos centrales nucleares. En ese punto, las comunidades de energías renovables se han convertido en la mayor de las alternativas: redes locales que se conectan a tejados comunes que dan luz y vida a decenas de casas y comercios.

En Navarra lo saben bien. Allí, varias comarcas conformadas por un total de 28 municipios se han unido para crear una comunidad energética pionera, impulsada desde las propias administraciones, para dejar de lado los combustibles fósiles y poner las nuevas fuentes renovables al servicio de lo común. "Ponemos en valor el autoconsumo, pero también la soberanía. Con la guerra de Ucrania lo hemos visto, somos muy dependientes y vulnerables, estamos muy expuestos, y con esto lo que hacemos es generar independencia y unir a la comunidad", explica Gorka Azpiroz, alcalde de Lekunberri, uno de los primeros pueblos que dio el paso para crear el pasado mes de febrero este sistema de renovables.

El proyecto, una maya de tejados solares, cuenta con el impulso de los fondos europeos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha otorgado a estos alcaldes una ayuda de 2,5 millones de euros que permitirá instalar paneles solares, puntos de recarga de automóvil y desarrollar un software y aplicación móvil para que los socios puedan conocer y seguir con detalle su consumo. 

"Si no fuera por las ayudas esto habría sido inviable", añade María del Carmen Segura, alcaldesa de Villafraca, otro de los municipios involucrados en el proyecto que está empezando a andar y que, según cuenta, empieza a mover el interés de los vecinos. "La reforma estaba vinculada a tener o no los fondos europeos. Al principio sólo había buenas expectativas, y ahora, cuando ya nos han confirmado que es viable, la gente está empezando a llamar para apuntarse. El 15 de enero tenemos una reunión y ahí empezamos que se una mucha gente", comenta la alcaldesa.

Con este plan, se calcula que la comunidad energética podría ahorrar 22.405 toneladas de CO2 al año, lo que equivaldría a plantar 89.623 árboles. Para ello, cada municipio está poniendo al servicio de la transición sus tejados. Colegios, institutos, polideportivos, ayuntamientos... todas las cubiertas públicas son válidas para generar potencia limpia y repartirla entre los 5.377 hogares (y también empresas) que hasta el momento se han adherido a la red. En total, según cuentan los impulsores, se dispondrán 7.967 placas solares que ocuparán 23.900m² y con un potencial de 3.584kW.

Aunque los pueblos han desempeñado una labor importante, la creación de este tejido comunitario local ha partido de una iniciativa liderada por la Cámara de Comercio de Navarra. José Andrés Palacios, director de la entidad, ha sido uno de los impulsores de este proyecto que define como "pionero" y que está atrayendo la mirada de otros ayuntamientos, como los de Almería, Valladolid, Sevilla o Alicante. "Aunque son casi 30 pueblos los que se han unido, cada uno de ellos es autónomo dentro de la comunidad energética. Cada unidad delegada tiene sus competencias para implementar más tecnologías y para adaptarse a las necesidades de sus socios", dice.

Ese formato, junto al liderazgo de las propias entidades locales, es el que hace que esta comunidad energética sea única. La autonomía de cada núcleo converge, sin embargo, en una asociación provincial en la que se deciden los grandes elementos, como las negociaciones colectivas con las comercializadoras para obtener un kilowatio más barato o la tecnología disponible para conocer consumos y precios. "Lo que hemos hecho ha sido poner en común todas las frustraciones mucha gente de la zona que llevaba mucho tiempo con ganas de hacer cosas, pero que se enfrentaban a muchas trabas".

El proyecto, que de momento cuenta con esos 28 municipios, es sólo el primero. Desde la Cámara de Comercio de Navarra ya informan de que ha habido un aluvión de peticiones que ha llevado a iniciar un segundo proceso que se podría vincular al primero y superar la barrera de los 50 pueblos conectados con energía que, según dice Palacios, es "kilómetro cero y de proximidad". Y es que parte de la esencia de este plan energético es dejar los beneficios de la transición renovable en el terreno de producción, y descentralizar un modelo que, hasta la fecha, se basa en las grandes plantaciones del extrarradio con el objetivo de satisfacer la demanda de las grandes ciudades. 


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