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El reparto de tareas en la pandemia: un 32,5% de los hombres no hace nada en casa

Una investigación de la Universidad de Zaragoza revela cómo las inercias de desigualdad y falta de implicación de los hombres en las tareas domésticas se mantuvieron incluso en una situación de convivencia forzada como la del confinamiento en buena parte de los hogares, en los que la mujer siguió asumiendo de manera mayoritaria labores de crianza como la formación de los niños

Más del 70% de las madres ha acompañado a sus hijos en las tareas de enseñanza durante la pandemia, algo que ha hecho menos del 70% de los padres. Julia M Cameron, Pexels (CCO), 28-03-2020.
Más del 70% de las madres ha acompañado a sus hijos en las tareas de enseñanza durante la pandemia, algo que ha hecho menos del 70% de los padres. Julia M Cameron, Pexels (CCO), 28-03-2020.

EDUARDO BAYONA

La menor participación del hombre en las tareas domésticas se ha mantenido incluso en una situación de convivencia y encierro forzados como la derivada del confinamiento por la pandemia: la mujer siguió asumiéndolas en exclusiva en el 32,5% de las familias, algo que solo se dio en sentido contrario en el 6,5% de los casos.

Es una proporción de cinco a uno en los hogares, casi dos de cada cinco, en los que tareas como cocinar, fregar, lavar o hacer la colada (ir a la compra es otra cosa ) no se comparten ni se reparten. En el otro 61% se dan dos modelos: en un 36,7% se las reparten los dos progenitores y en un 24,3% las asumen todos los miembros de la familia.

Esa es una de las conclusiones más llamativas que ha arrojado la investigación sobre los efectos psicosociales del confinamiento que han realizado Alberto Quílez, Raquel Lozano, Tatiana Íñiguez y Alejandra Cortés, profesores de las facultades de Educación de Zaragoza y de Huesca y miembros del grupo Educaviva. El trabajo, el primero de carácter académico que aborda esta faceta del confinamiento y en el que han valorado la evolución de 522 personas (145 familias biparentales con hijos), ha revelado una intensificación de la brecha de género. 

Las mujeres, que presentan mayores índices de formación, y también de desempleo y precariedad laboral, que los hombres, han visto crecer su carga de estrés y de ansiedad al asumir en mayor medida tanto el cuidado de personas mayores y familiares como el control de tareas escolares de sus hijos, apartado que cubren un 71% de ellas mientras solo un 29,6% de ellos lo realiza de manera habitual. Ha habido, en el caso femenino, más dedicación exclusiva que conciliación.

"Las mujeres han tenido más carga y ansiedad"

El análisis del control parental de las tareas escolares incluye algunos datos inquietantes: no existe en el 24,3% de los hogares, ni lo realiza el 41,7% de los hombres en ningún caso, mientras que solo en un 25,5% de las casas se le dedica más de cuatro horas.

Esa desigual participación en el acompañamiento a los hijos en las tareas escolares genera un aumento de la ansiedad también distinto para cada género y que, en el caso de la mujer, se ve agravado al combinarse con la mayor participación en las labores domésticas. Presentaron síntomas de sufrirla un 19,2% de las madres y un 10% de los padres.

"La mujer ha sentido más carga y ansiedad", explica Cortés, que destaca que "el confinamiento ha puesto de manifiesto situaciones como estas, o nos ha hecho más conscientes de ellas, como ha ocurrido con la brecha digital entre el alumnado".

"No es que las familias hayan comenzado a manifestar desigualdades, sino que ya existían y ahora se han hecho más evidentes, más conscientes", anota. "Hay quien dice que la covid-19 va a marcar un antes y un después. Puede, pero no en aspectos como la desigualdad, que ya existía en las familias", añade.

"También las jóvenes han sentido esas desigualdades"

La investigación, por la que han comenzado a interesarse otras universidades españolas como la Complutense o la de Almería y que próximamente va a ser publicada por revistas académicas como Frontiers in Psicology, se basó en una encuesta con la población mayoritariamente aragonesa y vinculada a su campus, aunque "su resultado es transferible al conjunto del país", indica Cortés.

El trabajo ha puesto de manifiesto otras conclusiones relevantes, como el refuerzo de la figura materna como eje de la familia, el aumento de la empatía cognitiva por parte de las mujeres mientras ese fenómeno no se da en el hombre de manera relevante y, también, tendencias como una menor propensión a la ansiedad en los hogares en los que las tareas se reparten de manera equitativa y un incremento del estrés en función del mayor consumo de contenidos en internet.

La investigación "ha sido muy interesante, porque nadie estaba preparado para un confinamiento y llegó de un día para otro", explica Cortés, que apunta cómo "el dato más negativo es que esas desigualdades también las han sentido las mujeres de menos de 25 años". "Se replican muchos roles -añade-. Las chicas universitarias han sentido que han tenido que estar más atentos a sus familiares y a las tareas que los chicos".

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