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Salud comunitaria Hacer barrio para estar más sanos

Médicos, enfermeros, redes vecinales y de cuidado trabajan desde hace casi cuatro décadas en la mejora de vida del barrio de Vallecas desde el empoderamiento y la participación de la comunidad. Ahora, esta experiencia se lleva al terreno audiovisual bajo el nombre de 'Los cuidados'.

Un grupo de profesionales de la salud y de vecinos del barrio de Vallecas trabajan desde hace casi cuatro décadas en un proyecto de salud comunitaria

En 1988 un grupo de profesionales de la salud comenzó a trabajar en el Centro de Vicente Soldevilla en el barrio de Vallecas. Cuando llegaron, se encontraron con una situación que no podían pasar por alto: la Asociación de Vecinos del Puente de Vallecas estaba luchando por cambiar las 'infraviviendas' de vecinos del barrio. A ellos no les interesaba aprender formas de prevención de una enfermedad o conocer cómo medir el nivel de tensión. Necesitaban ayuda para revertir sus condiciones de vida. Este hecho empujó al equipo de profesionales a realizar una investigación que acabaría demostrando cómo la 'infravivienda' afectaba negativamente a la salud, lo que ayudó a cambiar la situación de estos vecinos.

A partir de aquí comenzaron a relacionarse de forma diferente con el barrio. Médicos, enfermeros, redes vecinales y de cuidado trabajan con un enfoque comunitario en la mejora de la vida de Vallecas, demostrando cómo las condiciones sociales y culturales afectan a nuestra salud. De todo este equipo, un grupo de diez personas han comenzado a trabajar en torno a una historia audiovisual, Los cuidados, que cuenta la experiencia compartida de los profesionales de la salud del Centro Vicente Soldevilla y del movimiento vecinal del barrio del este de Madrid.

"La salud es más que la ausencia de la enfermedad"

Vallecas, un barrio popular, reivindicativo y vulnerable, con grandes necesidades y con mayor desigualdad: muchas problemáticas sociales, mucho paro, muchas drogas… pero también con un activo movimiento social y una amplia red vecinal. Mª José García Berral es enfermera familiar y comunitaria desde la apertura del centro. Cuenta a Público que desde que llegó a Soldevilla se dio cuenta de que eran necesarias otras formas de trabajar la salud, con una metodología como la que realizan ahora: "centros abiertos" en los que intervienen con el resto de organizaciones del barrio para crear una red vecinal. El objetivo es que "la comunidad se cuide, se empodere y cambie sus condicionantes" y que entiendan que "la salud es más que la ausencia de la enfermedad". 

Juan Luis Ruiz-Giménez, médico interno de familia y comunitario, también formó parte del equipo original de Soldevilla. Desde hace casi cuatro décadas trabaja junto con el resto del centro para "reformar la práctica de atención primaria". Ahora, que ya está jubilado, ha decidido contar de forma imaginativa la experiencia que han desarrollado todos estos años a través del documental publicado en una campaña de crowfunding. 

El objetivo de la salud comunitaria es que "la comunidad se cuide, se empodere y cambie sus condicionantes"

La salud comunitaria también se establece como una forma de enfrentar la deriva de la medicina en la actualidad, "la medicalización de la vida, la mercantilización de la asistencia sanitaria y la sanitarización del cuidado", explica el médico. Esto quiere decir, que los grandes problemas de la vida se medicalizan: problemas que tienen que ver con el ámbito social se llevan a la medicina, y en muchas ocasiones, se hace porque lo que hay detrás son intereses mercantiles. Esto, explica Ruíz, acaba provocando "la dependencia de los fármacos y la tecnología. Está relacionado con las empresas de la salud que tienen grandes beneficios y abusan de la enfermedad como ocurre con el precio de los fármacos".

Un ejemplo es el de los "cuidados", continúa el médico: "Los cuidados es la atención esmerada y delicada hacia los problemas. La forma de ayudar a resolverlos pasa por capacitar a la persona para que supere las adversidades". El médico alerta de que la sanitarización funciona en el sentido adverso. De este modo, la atención que puede realizarse desde la familia y la comunidad, pasa a atenderse, casi en su totalidad, desde los profesionales de la salud.

Desde la salud comunitaria se trabaja un enfoque biopsicosocial para abordar la enfermedad, frente a los enfoques asistenciales o sanitarios

Desde la salud comunitaria se trabaja un enfoque biopsicosocial para abordar la enfermedad, frente a los enfoques asistenciales o sanitarios

Las desigualdades en la salud

"En Soldevilla me formé en salud comunitaria y me puse unas gafas que permiten ver las desigualdades en salud", explica la médica Edith Pérez. "Son desigualdades que derivan de las condiciones socioeconómicas y son evitables e injustas porque derivan de situaciones como que una persona esté sin contrato y trabajando doce horas al día o que tiene condiciones socioeconómicas extremadamente bajas". 

"Las desigualdades en la salud derivan de las  socioeconómicas, por los que son situaciones evitables e injustas"

Por estas desigualdades, "es necesario abordar la salud desde un enfoque biopsicosocial porque los problemas de salud tienen un componente socioeconómico. Es necesario tratar también estos aspectos", explica Pérez. 

También aclara que las problemáticas no pueden atenderse solo desde la atención individual, "es necesaria la atención colectiva y la participación de la propia comunidad en la salud". El enfoque comunitario incide en esto: no solo trabaja la prevención de las enfermedades, también hace promoción de la salud y ofrece que ésta se vea como una potencialidad y oportunidad para mejorar las condiciones generales del barrio.

Para mejorar la salud una comunidad es necesario que las personas se empoderen

Para mejorar la salud una comunidad es necesario que las personas se empoderen

Trabajando desde lo positivo

Jara Cubillo es médica de familia comunitaria, y en su trabajo destaca la búsqueda de los 'activos', aquellos recursos que hay en la comunidad que favorecen o mejoran la salud y el bienestar de un barrio. "Son subjetivos: los que a algunas personas nos hace sentir bien a otras no, y lo que buscamos en cada barrio es ver qué consideran los vecinos como fuente de bienestar", explica Cubillo a Público.

Hay diferencias entre los barrios, aunque también hay comunes: un ejemplo general es que a las señoras les produce bienestar hacer ganchillo en grupo, pero igual una diferencia del barrio es que a algunas les produce bienestar hacerlo en un centro social autogestionado y a otras en una iglesia.

Los 'activos' son  los espacios de un barrio que hacen sentir alegría o bienestar

Entre los espacios que en general producen bienestar se encuentran las bibliotecas o los parques, aunque siempre dependerá de la persona y del barrio. Por el contrario, entre los espacios que producen miedo o tristeza predominan los lugares mal iluminados o degradados: sitios que no se cuidan, parques llenos de basura o espacios que esconden historias personales. A través de estos edificios, afirma Cubillo, puedes identificar incluso situaciones de bullying o maltrato: "Por ejemplo, cuando dicen que les da miedo ir al colegio puedes reconocer que hay bullying detrás de esa emoción".

Estos espacios sirven para la prescripción social: "En vez de recomendar a alguien que haga gimnasia, avisamos que hay un grupo que lo hace o explicamos las tarifas. Así les das más herramientas", prosigue Cubillo. Pero, sobre todo, sirven para centrarnos en lo bueno de las personas y de los barrios. "Normalmente nos fijamos en lo malo, en los déficits y en las quejas. El sistema consumista nos lleva a eso: nos faltan cosas, por lo que tenemos que consumir. De esta forma, vemos que todos tenemos potencialidades y que los barrios tienen cosas buenas. Y desde la medicina ayuda mucho: en vez de preguntar qué falta hay que preguntar qué se tiene o qué te gusta, para afrontar las necesidades y las faltas".

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