Santa Coloma de Gramenet nunca ha destacado como destino turístico. El municipio del área metropolitana de Barcelona, con una fuerte densidad de población y encajado entre Barcelona, Montcada i Reixac, Sant Adrià de Besòs y Badalona, siempre ha sido considerada una ciudad dormitorio. Pero, como todas, tiene rincones que merece la pena descubrir y volver a visitar, sobre todo si te permiten huir del asfalto y respirar en un entorno natural.

Santa Coloma no tiene la suerte de tener el mar a la vuelta de la esquina pero sí dos espacios que cumplen con la función de desconexión de la urbe: el río Besòs y la Serralada de Marina (una pequeña cordillera próxima a la ciudad). A través de la guía Espacios naturales, fuentes y miradores, el Ayuntamiento de Santa Coloma pretende reivindicar su potencial, no sólo para sus 120.000 habitantes, sino también para aquellos que vienen de fuera.

Entre los miradores que ofrece esta ruta, podemos encontrar el de la Serralada de Marina, junto al Centre Cívic Can Franquesa, un punto de entrada para realizar diversos itinerarios por el entorno natural donde se puede ver el Vallès y la cordillera prelitoral. Por su parte, el mirador de la Bastida es un espacio de ocio anexo a la zona urbana de más de 85.000 metros cuadrados y está considerado el pulmón verde de Santa Coloma.

A vista de pájaro

El punto más alto de la Serralada de Marina en Santa Coloma de Gramenet está situado en el poblado ibérico del Puig Castellar. Se trata de un yacimiento arqueológico con una superficie de unos 4.000 metros cuadrados, ocupado por los layetanos desde el siglo VI a. C. hasta el siglo II a. C. Fue un poblado importante ya que permitía la visión y la comunicación con los asentamientos cercanos, controlando la cuenca del Besòs y el llano de Barcelona. Con 303 metros de altura, el Puig Castellar ofrece una panorámica de las actuales comarcas del Vallès, el Barcelonès y el Maresme.

"Es un lugar con vistas privilegiadas", asegura Álvaro Rodilla, concejal de medio ambiente del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet. "Tenemos una ciudad masificada y es muy importante para el vecindario tener un espacio de ocio y natural que sirve para huir del asfalto", añade.

Y es que, cada vez más, los vecinos de Santa Coloma utilizan estos espacios para hacer deporte y para pasar el tiempo en familia. Lo permite, por ejemplo, el mirador El bosquet de les escoles donde también se puede encontrar una mesa de picnic, así como el mirador de Can Calvet o el de la calle Córdoba.

Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Santa Coloma pide el cuidado del espacio. "Debemos ser respetuosos con un espacio donde conviven multitud de especies, algunas en riesgo de extinción", reclama Tomás Carrión, técnico de medio ambiente.

Fuentes con historia

La ruta de los miradores y los espacios naturales de Santa Coloma también permite toparte con algunas fuentes con historia. Una de ellas, la Font de la Bota, una fuente natural que recuperó el Centre Excursionista del Puig Castellar en 1987. Es una de las captaciones de agua más antiguas de la Serralada de Marina.

La Font de l'Alzina se encuentra en un entorno natural al inicio del Camí dels Minerals y que lleva hasta el polígono industrial del Bosc Llarg atravesando toda la umbría del término municipal. También se pueden encontrar la Font d'en Bertomeu o la Font de Sant Roc, elementos que brotan en medio de un entorno privilegiado.

Con el objetivo de consolidar Santa Coloma de Gramenet como destino turístico, esta guía se enmarca en las iniciativas del Plan de Acción Municipal. "Son espacios de promoción de la ciudad que pueden ayudar a que vengan ciudadanos de toda Catalunya a hacer turismo", dice el Concejal de Medio Ambiente.