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Sector transporte Los sueldos bajos y el precio elevado de los permisos "entierran" el relevo generacional en el transporte

El Gremio de Transportes y Logística de Catalunya contracta mano de obra de origen en Perú y Chile para paliar la falta de choferes en el mercado interior. El sector denuncia el empobrecimiento de las empresas, que cobran por los servicios igual que hace 15 años, y el exceso de requisitos para renovar las flotas.

Imatge d'arxiu de camions circulant.

DAVID RODRÍGUEZ

“No hay gente joven que quiera trabajar en el sector porque socialmente no está reconocido y requiere una fuerte inversión para obtener los permisos”. Es la descripción que hace del ámbito del transporte en Catalunya Joaquim Gil, portavoz del Gremio de Transportes y Logística.

Con la crisis, coger el camión y hacer horas a la carretera se convirtió en una profesión refugio por trabajadores procedentes de la construcción, el textil y otros sectores. Pero ahora, la realidad se impone: la carencia de relevo generacional ha hecho que la demanda de transporte en Catalunya, Valencia o Madrid haya disminuido. Los sueldos bajos, la necesidad de abonar una media de 3.000 euros para tener el carné y la perspectiva de realizar muchas horas de trabajo han desmotivado a los jóvenes.

Los requerimientos de permisos y formación provocan que las compañías del sector del transporte estén dispuestas a financiar los cursos y carnés

Gil admite que para afrontar esta situación, las empresas se han visto obligadas a la contratación en origen. “Hemos ido a buscar trabajadores en Chile y Perú porque son dos países donde los convalidan y mantienen la antigüedad del carné de conducir en los vehículos de menos de 7.500 kilos”. El portavoz del Gremio recuerda que hace una década para transportar este tipo de vehículo solo era necesario disponer de un curso de formación, mientras que ahora se requiere el Certificado de Aptitud Profesional (JEFA).

Los requerimientos de permisos y formación provocan que las compañías del sector del transporte estén dispuestas a financiar y subvencionar los cursos y carnés. Es tal el déficit de demanda de chóferes y conductores profesionales que “las autoescuelas nos avisan cuando tienen personas que se acaban de sacarse el carné”.

Un 70% de autónomos

La tendencia a la carencia de mano de obra de conductores profesionales está perjudicando la actividad de algunas zonas, como el caso de la comarca del Vallès Occidental, una de las más industrializadas de Catalunya. “Tenemos oferta de servicios, pero no conductores”. Gil añade que la crisis económica camufló las necesidades de chóferes, puesto que derivó en que “los parados se convirtieran en autónomos y cubrieran trabajos demandados”.

A estas alturas, un 70% de los transportistas son trabajadores por cuenta propia. Su sueldo mediano es de 1.500 euros si el reparto se efectúa en Catalunya. Si el envío se hace en el Estado español, el salario se sitúa entre los 1.800 y los 2.000 euros mensuales. En pedidos internacionales, puede llegar a los 2.300. Joaquim Gil precisa que el convenio del transporte de la provincia de Barcelona es lo más alto en el ámbito estatal.

Paralelamente, los profesionales que salen a la carretera acumulan una media deedad de 55 años, lo que hace que un 75% se jubilará en la próxima década. Este hecho agrava todavía más la salud precaria del sector. Uno de los empresarios del Gremio comenta que “haríamos lo que fuera ya no para encontrar jóvenes, sino un perfil de trabajadores de entre 30 y 40 años”. Los transportistas recuerdan que representan un sector estratégico, puesto que forman parte de lo que se conoce como ‘la última milla’, es decir el último agente que entrega la mercancía al cliente. Solo un 8% de los envíos se hace por ferrocarril. El resto se entrega por vía terrestre, donde los camiones son los protagonistas.

Las nuevas empresas, perjudicadas

En una reciente reunión con el director general de Transportes y Logística de Catalunya, Pere Padrosa, el Gremio de Transporte ha reclamado un periodo de retraso en la aplicación del nuevo Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre (ROTT). La normativa suprime el requisito de seis años para aumentar la flota de vehículos. Desde el Gremio valoran que “el reglamento beneficia las empresas que tienen un parque de camiones más antiguo y que pueden seguir adquiriendo vehículos viejos, lo que puede provocar problemas en temas de seguridad o medio ambiente”.

La aplicación retroactiva de la normativa, según comentan desde el Gremio, provoca una situación de indefensión jurídica porque algunas de las empresas que han adquirido vehículos antes de la entrada en vigor del reglamento no han podido recibir la autorización para renovar la flota. “Se han visto obligadas a asumir los costes de adquisición sin poder poner los camiones a circular por la carretera”.

A todos estos inconvenientes se suma la congelación de los precios del transporte. Joaquim Gil asegura que “estamos cobrando por los servicios igual que en 2005 o 2006, mientras que el gasóleo no ha dejado de encarecerse. Nos encontramos sin recursos y el sector se está empobreciendo”.

A partir del año que viene un conductor de camiones tendrá que disponer del título de Bachillerato o de Formación Profesional (FP)

A partir del 1 de julio del año próximo, un conductor de camiones tendrá que disponer del título de Bachillerato o de Formación Profesional (FP) para llevar un vehículo. Este endurecimiento de las competencias todavía dificultará más el acceso al trabajo de los trabajadores y complicará el relevo generacional. La barrera perjudicará sobre todo los conductores de vehículos de más de 7.500 kilos.

Ante el representante de la Generalitat de Catalunya, el Gremio ha reivindicado el rol del chófer en la cadena de valor de la logística. La escasez de conductores se visualiza en un dato revelador: Europa no consigue cubrir el 21% de las vacantes que necesita en el transporte refrigerado, que representa el 75% del total de pedidos. Además, el sector se encuentra en un momento en que los cambios tecnológicos están consiguiendo automatizar procesos como el del control de los materiales o el envío de mercancías. Además, el incremento de los vehículos de transporte autónomo está modificando las dinámicas de trabajo a los almacenes y centros de distribución logístico. El reto es resituar el papel de los conductores en este nuevo panorama, puesto que todo el mundo coincide que su figura ni desaparecerá ni se puede sustituir.

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