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'Una sola salud', la propuesta para que ciencia ambiental y veterinaria luchen contra la pandemia

Expertos reclaman que el comité científico que estudia cómo luchar contra la pandemia incorpore perspectivas ecológicas y veterinarias, ya que la salud de las personas guarda una gran dependencia con el estado de los ecosistemas y la biodiversidad.

Un veterinario visita a una gata en una casa de Nueva York durante el confinamiento por el coronavirus./ Reuters
Un veterinario visita a una gata en una casa de Nueva York durante el confinamiento por el coronavirus./ Reuters

Salvar vidas. Esa es la primera premisa de los gobiernos mundiales ante una situación de emergencia sanitaria como la del coronavirus. Medicamentos, respiradores, mascarillas y epis se han convertido en la mejor contención posible de la enfermedad. Al menos hasta que llegue una vacuna. Así, los comités científicos que asesoran al Ejecutivo, plantean líneas de actuación, formas de actuar y van dibujando, ante el decrecimiento de los contagios, un nuevo escenario para la desescalada. Sin embargo, hay una premisa que, desde algunos sectores de la ciencia, se está echando en falta a la hora de abordar la lucha contra la covid-19: la perspectiva de One Health (Una sola salud).

Durante los últimos días las asociaciones de veterinarios se han puesto en contacto con el Gobierno para pedir que su voz se incluya dentro de los comités científicos. ¿Qué puede aportar las ciencias veterinarias y ambientales a las actuaciones contra la pandemia sanitaria del coronavirus? Según la perspectiva de Una sola salud, mucho.

"No hay diferencias entre la salud de las personas, la de los animales y la del medio ambiente. Si una falla, las otras también"

"La premisa de One Health es ahora mismo una necesidad absoluta para abordar la crisis. Este concepto quiere decir que no hay diferencias entre la salud de las personas, la de los animales y la del medio ambiente, porque están relacionadas entre sí. Si una falla, las otras también", expone Luis Alberto Calvo, presidente de la Organización Veterinaria Española (Colvet).

Buena prueba de ello es el origen de este virus que ya se ha expandido por todo el planeta. Tanto es así, que la covid-19 tiene una relación directa con el deterioro de los ecosistemas y el contacto de los seres humanos con especies animales con las que antes no guardaba relación. Así demuestra un informe reciente de la revista Nature en el que se concluye que la pandemia tiene que ver con un proceso de zoonosis, es decir, la enfermedad saltó de un animal  –posiblemente un murciélago sea el paciente cero– a un humano.

Esta realidad, de hecho, sobrepasa al coronavirus y se presenta como una evidencia en la mayoría de las enfermedades víricas que hoy se conocen. Tanto es así, que en torno al 60% de las infecciones humanas aparecieron tras un proceso de zoonosis, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Además, el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano –ebola, VIH o la gripe– son de origen animal, según este organismo internacional especializado en salud veterinaria. 

La salud animal es fundamental para entender la aparición de este tipo de brotes víricos, pero esta, según las premisas de One Heatlh, se ve influenciada por el estado de la salud ambiental y la riqueza de los ecosistemas. "La biodiversidad sirve como barrera de protección. Por un lado es un mecanismo de control demográfico que hace permite que ninguna especie se vuelva dominante y haya un equilibrio. Es decir, si simplificas la natureleza y eliminas especies vegetales o animales, incrementas los riesgos de que determinadas especies aumenten sus cargas víricas", explica Fernando Valladares, ecólogo investigador del departamento de Biogeografía y Cambio Global del Museo Nacional de Ciencias Naturales

"Por otro lado —apunta el experto— la naturaleza sirve como mecanismo de dilución, ya que una riqueza en especies aumenta la diversidad genética y se permite que la velocidad y la carga vírica de los contagios entre especies descienda", manifiesta. "Cuando trabajas con animales de granja seleccionados, que son casi clones, reduces la variedad genética y facilitas que estos sean más vulnerables a los virus", ejemplifica. 

Pero, ¿qué puede aportar la ciencia veterinaria y ambiental en estos momentos de la pandemia? La idea de incorporar una pluralidad académica a los comités científicos tiene que ver con atajar el virus desde todas sus perspectivas, así como entender su origen para evitar la aparición de nuevos brotes.

Para Valladares la importancia de incluir otras miradas dentro del comité de científicos que estudian esta crisis tiene que ver con incorporar una perspectiva de actuación que vaya "más allá de la labor de contención" que realizan los sanitarios. "Veterinarios y ecólogos ayudan a tener una visión del problema a largo plazo que garantice que la frecuencia de las pandemias y su peligrosidad desciendan. Para eso es necesario entender el origen las razones de la enfermedad". 

El papel de los veterinarios tiene relación, tal y como opina Calvo, con la labor de control sanitario que realizan en las cadenas de producción agropecuarias. "Nos dedicamos a la inocuidad de los alimentos para garantizar que estos estén disponibles sin riesgo para la salud de las personas. El problema que nos podríamos encontrar ahora, en la siguiente fase de la pandemia, sería que fallasen las resistencias antimicrobianas de los animales de las granjas, es decir, que pierdan fortaleza ante enfermedades... Si esto pasa, ¿qué vamos a comer?", se pregunta el presidente de Colvet.

"La gracia de esto no es apagar el fuego, sino interceptar a la persona que tira cerillas"

"Los servicios veterinarios, incluidos sus componentes públicos y privados, tienen un papel esencial en la elaboración e implementación de políticas de gestión de los riesgos sanitarios. Protegiendo la sanidad y el bienestar animal,  contribuyen a mejorar la salud humana en sentido estricto, así como la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos", informan desde la OIE en un comunicado reciente a favor de adoptar el criterio de One Health en la gestión global de la pandemia.

"El origen de estas enfermedades está en los animales y por ello estamos condenados a convivir juntos, con una coordinación científica intersectorial", espeta Calvo, quien denuncia que la importante labor que están realizando los médicos puede quedar en nada si no se mira hacia origen del problema para evitar que vuelva a ocurrir. "La gracia de esto no es apagar el fuego, sino interceptar a la persona que tira cerillas", zanja de manera metafórica.

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