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Una persona se vacuna cada segundo en los países ricos pero la mayoría de los pobres no han puesto ninguna

La Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido bloquean propuestas en la Organización Mundial del Comercio que ayudarían a los países más pobres a conseguir vacunas con más rapidez. 

Viales de la vacuna contra la covid de AstraZeneca
Viales de la vacuna contra la covid de AstraZeneca. Sergio Pérez / REUTERS

Un año después de la declaración de la pandemia de la covid-19, la alianza People's Vaccine advierte de que los países en desarrollo se están enfrentando a una escasez crítica de oxígeno y suministros médicos y la mayoría no ha podido administrar ni una sola dosis de la vacuna para la covid-19. Mientras tanto, los países ricos han vacunado a sus ciudadanos a una media de una persona por segundo durante el último mes.

Muchas de estas naciones ricas, están bloqueando una propuesta de más de 100 países que se debate hoy en la Organización Mundial del Comercio (OMC). La propuesta anularía temporalmente los monopolios de las empresas farmacéuticas y permitiría responder a la necesidad urgente de aumentar la producción de la covid-19 seguras y eficaces para garantizar que los países más pobres tengan acceso a las dosis que necesitan. 

Aunque algunos países pobres recibirán dosis de las vacunas a través de la iniciativa COVAX de la Organización Mundial de la Salud, las cantidades disponibles solo cubren al 3% de las personas de estos países hasta mediados de año, y hasta una quinta parte a finales de 2021, en el mejor de los casos.

Casi un millón de personas ha firmado en todo el mundo un llamamiento de la alianza People's Vaccine —grupo de organizaciones que incluye a Oxfam, Frontline AIDS, ONUSIDA, Global Justice Now, Yunus Center y Salud por Derecho— para que las naciones ricas dejen de proteger a los grandes monopolios farmacéuticos y a sus beneficios por encima de la vida de las
personas.
El 11 de marzo se llevarán a cabo protestas frente a las sedes de grandes empresas farmacéuticas como parte de una acción global con activistas de todo el mundo.

Las encuestas de opinión pública realizadas recientemente por YouGov para la alianza en EEUU, Francia, Alemania y Reino Unido desvelaron que, en estos países, de media, un 69% de la población piensa que los gobiernos deberían garantizar que el conocimiento y la información técnica de las vacunas se comparta con fabricantes cualificados de todo el mundo en lugar de seguir siendo propiedad exclusiva de un puñado de gigantes farmacéuticos. A cambio, los desarrolladores de vacunas recibirían una compensación adecuada por ello.

La directora ejecutiva de Oxfam International, Gabriela Bucher, afirma: "En todo el mundo, ya se han perdido dos millones y medio de vidas debido a esta brutal enfermedad y muchos países luchan sin una atención médica adecuada y sin vacunas. Al permitir que un pequeño grupo de compañías farmacéuticas decida quién vive y quién muere, las naciones ricas están  prolongando esta emergencia sanitaria mundial sin precedentes y poniendo en peligro innumerables vidas. En este momento crucial, los países en desarrollo necesitan apoyo, no oposición". 

"Los países en desarrollo necesitan apoyo, no oposición"

People's Vaccine alerta de que, en Sudáfrica, Malawi y otras naciones africanas, la historia podría volver a repetirse. Malawi experimentó un aumento del 9500% de los casos, a medida que la cepa sudafricana se extendió por el país. 

A principios de la década de los 2000, en plena pandemia del VIH/SIDA, millones de personas murieron por no poder acceder a los tratamientos debido a que las empresas farmacéuticas, que tenían el monopolio, habían fijado precios inalcanzables para estas terapias, que llegaban a costar hasta 10.000 dólares al año

Lois Chingandu, activista y directora de Evidencia e Influencia de Frontline AIDS, asegura: "Aquí, en Zimbabwe, he perdido a muchos amigos queridos que luchaban por respirar en sus últimos momentos. Es una cruel ironía que los activistas que lucharon incansablemente por medicamentos gratuitos para el VIH/SIDA ahora mueran por la covid-19 porque, una vez más, los beneficios de las farmacéuticas se están anteponiendo a la vida de las personas".

En la crisis del VIH/SIDA, los monopolios farmacéuticos fueron finalmente eliminados y se permitió la producción a gran escala de tratamientos efectivos y a precios más bajos para quienes viven con el VIH/SIDA. Esto significa que hoy están vivas millones de personas que de otro modo habrían fallecido.

Eliminaría las barreras legales para que más países y fabricantes puedan producir las vacunas

Los días diez y 11 de marzo, más de 100 países, encabezados por Sudáfrica e India, vuelven a presentar ante la OMC una exención de los Aspectos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) que, en un caso similar al del VIH/SIDA, permitiría suspender las patentes de la COVID-19 de forma temporal y eliminaría las barreras legales para que más países y fabricantes puedan producir las vacunas, proteger a su gente y avanzar unidos hacia la recuperación económica.

El profesor ganador del Nobel Muhammad Yunus, uno de los líderes de la alianza People's Vaccine, afirma: "Para el mundo rico, este acto de solidaridad global propuesto para garantizar que los medicamentos y las vacunas lleguen a toda la familia humana simultáneamente no es solo un acto de caridad, sino que va en nuestro propio interés". Y advierte: "Debemos actuar ahora. No hay vuelta atrás. Es totalmente injusto que los países ricos, que tienen suficientes vacunas para proteger a sus ciudadanos, bloqueen la exención de los ADPIC, que podría ayudar a los países más pobres a obtener las vacunas que necesitan".

Vanessa López, directora de Salud por Derecho, recuerda: "En esta crisis sin precedentes los gobiernos tienen la obligación de poner en marcha medidas excepcionales. La pregunta es cómo quieren ser recordados nuestros líderes, como aquellos que protegieron el interés general o el de las farmacéuticas. La historia la escribirán sus actos". Y añade: "Esta escasez de vacunas es totalmente artificial e interesada. La producción se podría multiplicar
inmediatamente, es cuestión de voluntad política". 

Las corporaciones farmacéuticas han recibido los derechos de monopolio y lucrarse con ellas 

Todos los principales desarrolladores de vacunas se han beneficiado de miles de millones de dólares de subsidios públicos. Sin embargo, las corporaciones farmacéuticas han recibido los derechos de monopolio para producirlas y lucrarse con ellas. The Associated Press encontró la semana pasada fábricas en tres continentes cuyos propietarios declararon que podrían empezar a producir cientos de millones de dosis de vacunas contra la covid-19 en el caso de que tuvieran acceso a los proyectos completos y conocimiento técnicos para hacerlos. Se podrían poner en funcionamiento en unos meses. 

Suhaib Siddiqi, exdirector de Moderna, productor de una de las primeras vacunas aprobadas, aseguró que, hoy en día, con la tecnología y el asesoramiento técnico, una fábrica tendría la capacidad de producir vacunas en un plazo máximo de tres a cuatro meses. 

Francia ha pedido la expansión de la producción en los países en desarrollo y Estados Unidos busca lograrlo a nivel nacional. Pero, hasta ahora ambos, países continúan defendiendo los monopolios de las corporaciones farmacéuticas. 

Para controlar el virus es necesario poder producir suficientes dosis de vacunas en diferentes lugares, así como conseguir que tengan un precio asequible, que sean distribuidas a nivel mundial y que lleguen de forma gratuita a las comunidades locales. Hasta ahora, nada de eso se está consiguiendo. 

Para controlar el virus es necesario producir suficientes dosis de vacunas en diferentes lugares 

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, destaca: "En medio de tanto altruismo personal, sacrificio y heroísmo, la alianza People’s Vaccine denuncia la hipocresía, el vacío de la solidaridad humana y el miope interés propio que derrota los esfuerzos por controlar el virus en los países. Es imprescindible que se dé una verdadera movilización mundial de la
producción de vacunas para aumentar rápidamente el número de dosis disponibles abajo costo". 

Nick Dearden, director de Global Justice Now, aseguró: "Un año después de la pandemia, es indignante que haya fábricas de vacunas que estén inactivas y que no se les permita producir vacunas COVID-19 porque los países ricos estén priorizando proteger las patentes de las compañías farmacéuticas antes que las vidas de personas en todo el mundo. Se necesita una suspensión global de patentes para acelerar la producción de las vacunas en todas partes".

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