Este artículo se publicó hace 3 años.
El Supremo confirma casi 3 años de cárcel para un coronel por abuso sexual y de autoridad a una teniente
El condenado, que era el responsable de la farmacia del hospital militar 'Gomez Ulla' de Madrid, ha sido condenado además a una condena accesoria de inhabilitación de suspensión militar de empleo y al pago de una indemnización de 5.000 euros a la víctima.
Madrid-Actualizado a
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado una condena de dos años y nueve meses de cárcel para un coronel del Hospital Militar Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid por un delito de abuso sexual y de abuso de la autoridad a una teniente que trabajaba en el servicio de urgencias del centro.
El condenado, según la sentencia hecha pública este miércoles, era jefe de la Farmacia Depósito de la Inspección General de Sanidad de la Defensa del citado hospital en 2019, año en el que sucedieron los hechos.
Tras ser condenado por el tribunal militar central por un delito consumado de abuso de autoridad, en su modalidad de realizar sobre un subordinado actos de abuso sexual, en concurso con otro de abuso sexual sin acceso carnal, el coronel recurrió al alto tribunal, que ha desestimado su recurso.
Además de la pena de prisión, el coronel fue condenado a una condena accesoria de inhabilitación de suspensión militar de empleo y de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo por el tiempo de duración de la prisión, además del pago de una indemnización de 5.000 euros por el daño moral causado a la víctima.
El coronel la besó en varias ocasiones realizando también tocamientos pese a las reiteradas negativas de ella
Según el relato de hechos probados de la sentencia que ahora ha hecho firme el Supremo, el 24 de julio de 2019 el coronel, "repentina e inesperadamente", besó en los labios a la teniente cuando se encontraban en el sótano almacén de la farmacia, a donde él le dijo que le acompañara para darle unos tubos de protección solar. La teniente, "que en ningún momento había consentido, se desasió y le dijo que no quería nada con él", recordándole que él tenía familia.
Pese a su negativa, el coronel volvió a besarla y después, en el despacho, la besó otra vez en la boca. Además de besarla dos veces en el sótano y una en el despacho, realizó tocamientos primero en las nalgas, después en el pecho y por último en los genitales de la mujer.
El coronel envió a la teniente un mensaje de WhatsApp donde le decía que habían sido unos "besos maravillosos". La víctima le contestó: "Sus besos y manoseos forzados me dan asco. Lo peor que ha utilizado su graduación sabiendo que siempre voy a ser la perjudicada".
El condenado le pidió perdón a través de mensajes enviados desde la misma aplicación en distintas ocasiones. La teniente no respondió a ninguno de ellos, según los hechos probados.
La Sala señala en su sentencia que comparte el hilo argumental y la exposición de la sentencia recurrida, que consideró que la versión de la teniente sobre lo ocurrido, corroborado por los testimonios, periciales y mensajes, era creíble y constituía prueba de cargo suficiente para sustentar el relato de hechos probados frente a la versión del coronel.
El Supremo no tiene duda de que "se ha producido un acto de abuso sexual del superior (un coronel) sobre una oficial inferior en empleo (una teniente), vulnerándose dos bienes jurídicos, la disciplina y la libertad o indemnidad sexual de la víctima".
"Y no está de más recordar", han querido añadir los magistrados, "que el delito de abuso de autoridad abarca cualquier agresión o violencia física de un superior a un inferior susceptible de causar una perturbación anímica o corporal, con o sin menoscabo de la integridad o salud física o moral de la víctima, bastando para que el hecho sea antijurídico la concurrencia del dolo genérico de acometer a un inferior".
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