Público
Público

Indonesia Turistas españoles denuncian el desamparo que han sufrido en Indonesia tras el terremoto: "Hemos sobrevivido solos"

Exteriores está asistiendo a los españoles atrapados en Lombok mediante un grupo de WhatsApp. "La chica que nos atendió me dijo que le enviemos por WhatsApp los nombres de las personas que somos, el DNI y que hará un grupo (que nunca hizo) para irnos comunicando las cosas", afirma Sonia Corvi Mérida, quien está a la espera, junto a su pareja, para volver a Barcelona.

Turistas extranjeros a la espera de salir de Bali (Indonesia). / SONIA CORVI MÉRIDA

Más de 150 turistas españoles siguen atrapados en el Lombok a la espera de una ayuda, que de momento, no llega tras el terremoto de magnitud 6.9 en la isla indonesia el pasado domingo. Los primeros que han podido pisar suelo español han expresado al diario Público que la situación ha sido caótica y que han tenido que valerse de sus propios medios para volver a casa. "Hemos sobrevivido solos", asegura Sonia Corvi Mérida, una de las turistas españolas afectadas.

"Estoy seguro que fuimos los primeros españoles en volver porque nosotros tuvimos que pagar a un bote para poder salir de la isla Gili Air hasta Bali, donde está el único aeropuerto abierto", cuenta Javier Gómez Palacios, un turista que había ido de viaje con su pareja.

Esa misma afirmación la hace Teresa Bargues Cuñat, que se encontraba visitando la isla de Gili Trawangan junto a sus amigas: "La embajada no está haciendo nada, nos dijeron que hiciésemos caso a las autoridades locales cuando allí no hay". Relata que se encontraban en una tienda cuando sintieron el primer temblor, "al principio no sabíamos lo que pasaba pero con el segundo temblor la gente empezó a gritar: 'todos fuera, todos fuera'". 

El caos y el miedo se incrementaron cuando supieron que había alerta de tsunami. "Todos empezaron a correr hacia el interior de la isla, a una pequeña colina. Entonces empezó una estampida. No se veía nada, todo estaba oscuro porque se había ido la luz", recuerda Bargues Cuñat, quien asegura que en esos momentos "tenía miedo de morir". 

Para Corvi Mérida la experiencia está siendo traumática. Tres días después de la tragedia ha conseguido llegar hasta Bali junto a su pareja para volver a Barcelona. "En el aeropuerto de Lombok nos dijeron que no habían vuelos hasta el día 9, y yo necesitaba salir como fuese de allí", expresa  a este medio.  "Nos encontrábamos en Gili Air y pensábamos que habíamos encontrado el paraíso porque las playas eran estupendas. Estábamos en un restaurante, era imposible pensar que en ese momento llegaría el infierno", relata Corvi Mérida, quien también denuncia el desamparo tras el terremoto: "No nos ayudaron nada. Repitiendo que siguiéramos instrucciones de las autoridades, cuando "allí no hay ni policía ni bomberos ni nada".

Sonia Corvi en Gili Air. / SONIA CORVI

Sonia Corvi en Gili Air. / SONIA CORVI

Hasta el momento, Exteriores está asistiendo a los españoles atrapados en Lombok mediante un grupo de WhatsApp. "La chica que nos atendió me dijo que le enviemos por WhatsApp los nombres de las personas que somos, el DNI y que hará un grupo (que nunca hizo) para irnos comunicando las cosas", afirma Corvi Mérida. 

Una vía de comunicación en donde se ha llegado a admitir la falta de recursos. "Tengo que informaros de que yo he llevado sola este teléfono, cogiendo llamadas a la vez que contestando whatsapps, creando esta lista, publicando todo y pidiendo explicaciones a las autoridades locales e informando a Madrid",  se puede leer en un mensaje trasladado por una de las afectadas. "Solo podemos informaros de lo que las ellos (las autoridades) nos dicen, coordinar, apoyar... etc. Nosotros hubiéramos deseado poder ir con nuestros helicópteros y barcos pero no están aquí ni tenemos competencia", se admite. 

Lo más importante es que se ayude a las personas que aún siguen atrapadas

Para Bargues Cuñat, lo más importante es que se ayude a las personas que aún siguen atrapadas ya que ellas "han tenido mucha suerte porque encontraron un bote que había ido a recoger solo a personas que tuvieran una pulsera roja". Este grupo tuvo que suplicar y pagar el doble del billete para salir de la isla. Allí se encontraron con Javier Gómez Palacios y su esposa, quienes también tuvieron que pagar para ir a Bali a pesar de que "el bote iba casi vacío". 

"Me parece indignante no recibir ayuda en una situación como esta. Se supone que la embajada debe trabajar para que cuando haya situaciones de este tipo, pueda ofrecer la máxima ayuda, a todos los afectados", denuncia Corvi Mérida que en estos momentos se encuentra en el aeropuerto de Bali para volver a casa este miércoles. 

Javier Gómez admite que después de esta experiencia no volvería a Indonesia porque "no ha habido ningún tipo de organización". Teresa Bargues, ha querido añadir que las personas locales han actuado de forma ejemplar, algo en lo que está de acuerdo Sonia Corvi: "La gente local son de admirar. Pese a tener todo destrozado te ayudan".

Este periódico se ha intentado poner en contacto con la Oficina de Información Diplomática sin obtener ninguna respuesta.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias