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El último viaje de Wegihu, el cuerpo rescatado por Open Arms y conservado por sus compañeros de patera

La ONG ha recuperado el cadáver de un joven eritreo de 20 años a quien los traficantes libios golpearon en el momento de embarcar, causándole la muerte. Sus compañeros llevaron el cuerpo en la lancha hasta dar con una planta petrolífera.

Voluntarios de la ONG española Open Arms rescatan el cadáver de Wegihu, un joven eritreo que murió tras los golpes de los traficantes libios antes de zarpar hacia Europa.
Voluntarios de la ONG española Open Arms rescatan el cadáver de Wegihu, un joven eritreo que murió tras los golpes de los traficantes libios antes de zarpar hacia Europa. Open Arms

Se llamaba Wegihu, tenía 20 años y era de Eritrea. Su cadáver espera ahora en la pequeña morgue a bordo del Open Arms 1, el nuevo barco de rescate humanitario de la ONG española, que ha concluido una misión en el Mediterráneo central. El cuerpo de Wegihu espera la asignación de puerto al sur de Sicilia (Italia) para desembarcar a las 402 personas rescatadas por este buque de varias embarcaciones a la deriva, entre ellos 83 menores.

Será el último viaje del joven eritreo, que embarcó en la costa libia junto a otras 59 personas de la forma más violenta, según apunta la ONG. "No sabemos por qué, pero los traficantes le golpearon en una discusión antes de embarcar. Lo dejaron inconsciente o quizás ya estaba muerto cuando lo lanzaron a bordo, con los demás", explica a Público Óscar Camps, director de Open Arms.

Pero a pesar de todo, los compañeros no arrojaron el cuerpo de Wegihu por la borda, "lo envolvieron en una manta y siguieron navegando rumbo norte", añade Camps. Solo dejaron el cadáver a la deriva cuando toparon con una plataforma petrolífera en aguas internacionales, donde se refugiaron. Cuando los voluntarios de la ONG llegaron al lugar, los migrantes les explicaron la situación. "Como estaban a  salvo, primero buscamos la embarcación para recuperar el cuerpo. No creemos que haya que dejarlos en el mar. Siempre que podemos los recogemos. Hemos llevado hasta 14 cadáveres a bordo", incide el fundador de Open Arms.

Tras localizar la lancha de madera y rescatar el cuerpo, la ONG embarcó a los supervivientes y siguió localizando pateras a la deriva. "Lo normal cuando llegan a este tipo de instalaciones petrolíferas es que sean entregados a los guardacostas libios y devueltos a ese país no seguro. Y nadie se entera, porque no hay testigos. Son decisiones que se toman en ese mismo momento", advierte Camps, que precisa que el personal que trabaja en estas plataformas es sobre todo italiano, pero la seguridad suele ser libia.

En este caso, había un barco militar preparado para llevarlos a Túnez, "pero eso tampoco garantiza su seguridad. Túnez no aplica correctamente la convención internacional de los refugiados de 1951 y es habitual que envíen a muchas personas a las fronteras con países vecinos como Argelia o Libia", abunda.

Según Camps, no es nada raro que las lanchas con migrantes que salen de Libia se topen con estas torres petrolíferas en medio del mar. "Al anochecer se pueden ver sus luces a pocas millas de la costa libia. Les dicen que eso es Europa y cuando llegan descubren que no, que aún les falta la mitad del camino", especifica.

Ahora, los 402 rescatados y el cuerpo de Wegihu esperan poder desembrar en Italia, aunque no saben cuánto se retrasará la asignación de puerto. Hace tres días, el buque Sea Watch pudo atracar con 428 rescatados, pero hacía días que casi un millar de personas aguardaban el permiso italiano. Junto al Open Arms 1 sigue esperando puerto el barco SOS Humanity, con 415 migrantes, casi 200 de ellos, niños, la mayoría sin acompañantes adultos.

Según el Ministerio del Interior italiano, en estos nueve meses de 2022 han llegado a las costas del país más de 66.000 personas, frente a las 43.000 del mismo periodo de 2021. "Hay un repunte general la migración a Europa salvo a la Península, pero no es un aumento desmedido ni gigantesco y se justifica en la situación internacional, los conflictos y la falta de cereales provocada por la guerra en Ucrania", argumenta Camps.

Sobre todo han aumentado las llegadas procedentes de Túnez, que llevan al alza desde la crisis económica derivada de la pandemia y las reformas constitucionales del presidente Kaïs Saied para acumular el poder político. En lo que va de año, cerca de 13.500 personas alcanzaron Italia desde Túnez, 2.000 de ellos menores, lo que equivale al total de llegadas durante 2021. Mientras que siguen aumentando las pateras interceptadas por la guardia costera libia, financiada y adiestrada por Italia y la Unión Europea. Van más de 16.500 personas bloqueadas en el mar y retornadas al lugar donde los traficantes golpearon hasta la muerte al joven Wegihu.

Será enterrado en Italia, apunta Open Arms, que ya se ha puesto en contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja, que se encarga de intentar identificar a los muertos y desaparecidos en la ruta migratoria del Mediterráneo, que ya suman 1.034 en lo que va de años, según la Organización Internacional para las Migraciones.

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