¿Cómo es posible sacar adelante programas y programas de radio, horas y horas de emisión, durante más de 80 años?
¿Cuáles son los entresijos de uno de los medios de comunicación que más se resiste a desaparecer, que cuenta con los seguidores más fieles y constantes, los que están siempre ahí?
Al escuchar la radio, todo oyente tiene clara la figura del locutor, aquel que se pone en contacto directo con sus oídos y le apela casi con presencia tangible.
Sin embargo, la voz del locutor o locutora de radio no va casi nunca sola: la acompañan músicas, recuerdos de programas pasados, de antiguas –o no tanto— entrevistas, canciones, datos… .
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Todo ese contenido constituye un tesoro a guardar y custodiar sin igual para las emisoras y, en el caso de RNE (Radio Nacional de España), esta cuenta con una de las bases de documentación más extensas que hay.
Y sus gestores, guardianes y quienes mejor saben moverse entre sus caminos laberínticos de información son ellos y ellas: los documentalistas.
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Así, un hilo de Twitter cuenta los datos más curiosos y cómo funciona realmente esta profesión, tan desconocida a veces y que tan imprescindible resulta para sacar adelante las radiofórmulas.
Ahí va…
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