La columnista de 'El Mundo' Carmen Rigalt califica de "gueto" Madrid Central y sale escaldada

Publicado el 28 de noviembre del 2018

"¿Se puede comparar Madrid Central con el gueto de Varsovia en una columna periodística de un periódico de tirada nacional? Parece que sí". Es la pregunta que se hace un tuitero tras leer el artículo escrito por la periodista Carmen Rigalt y publicado por El Mundo este miércoles en el que se tilda de "gueto" al cierre del tráfico en el centro de Madrid tras hablar del gueto de Varsovia.

Y es que, más allá de sus luces y sombras, se han escrito y dicho muchas burradas sobre el proyecto de Madrid Central y sus implicaciones pero esta puede ser la que se lleve la palma. El texto, titulado "El gueto" asegura que "Madrid Central, también conocido como el cogollo o la almendra, puede pasar a la posteridad convertido en el gueto". Rigalt asegura que "no se puede comparar con la ratonera de Varsovia" pero, a renglón seguido, pasa a describir el terrible lugar en el que la Alemania nazi confinó a casi medio millón de judíos, hablando incluso de la película La lista de Schindler.

Tras describir el gueto de Varsovia, la autora del artículo pasa a hablar del "gueto de Carmena -salvando las distancias por supuesto-". En un texto que incluye diez veces la palabra "gueto" (once si contamos la del título), se centra en criticar el cierre al tráfico de los no residentes en el centro de la capital.

"Me veo haciendo amigos que me puedan garantizar la permanencia en el barrio, pues cada residente censado tendrá derecho a 20 invitaciones al mes", asegura, tras hablar de sus calles preferidas y sus restaurantes, como si la única forma de acceder a ellos fuera llegar hasta la misma puerta en coche privado.

En las redes sociales, la respuesta no se ha hecho esperar y "Carmen Rigalt" se ha convertido en Trending Topic. Mientras algunos han considerado una "frivolidad" y un "insulto" el artículo otros han utilizado la ironía para criticarlo.

Otros, además, recuerdan que el gueto que aparece en La lista de Schindler no es el de Varsovia, sino el de Cracovia, y que uno de los locales descritos por la autora ni siquiera está en Madrid Central (para llegar al otro tendría que andar 300 metros).