La mirada taladradora de Greta Thunberg a Trump en la ONU que ha dado la vuelta al mundo

Publicado el 24 de septiembre del 2019

El tópico de que una imagen vale más que mil palabras se hizo ayer más patente que nunca. La adolescente sueca Greta Thunberg estaba a punto de dar un discurso ante los líderes mundiales en la cumbre sobre el cambio climático que se está celebrando e la sede de la ONU. De repente la tensión en la sala se elevó. La activista comenzó a ser rodeada por hasta tres personas de seguridad que no sabían muy bien qué hacer con ella. Al final, decidieron situarla detrás de unos tornos electrónicos. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ese placaje? Pronto sabría la respuesta a tanto revuelo.

Resulta que de repente hacía acto de presencia el presidente de EEUU, Donald Trump. Precedido por un enorme séquito, Trump giró sin percatarse de que detrás suyo había una niña de 16 años taladrándole con la mirada. Una mirada llena de odio de una líder de la lucha contra la crisis climática hacia un líder que niega los nefastos efectos de la contaminación en nuestro planeta.

La presencia del mandatario norteamericano no se esperaba, ya que tenía programada una reunión sobre libertad religiosa a la misma hora y en el mismo edificio. Sin embargo, en el último momento decidió asistir a la cumbre para escuchar las intervenciones de la canciller alemana, Angela Merkel, y del primer ministro indio, Narendra Modi.

El vídeo del momentazo ha corrido como la pólvora por las redes sociales y han sido muchos internautas los que se han rendido a esa mirada:

Más tarde, Trump aprovechó su medio favorito para burlarse de Greta tras su enérgico dicurso. "Parece una niña muy feliz que espera un futuro brillante y maravilloso. ¡Tan agradable de ver!", dejó escrito el mandatario en Twitter.

Thunberg reprochó a los líderes mundiales su pasividad ante la crisis climática y los culpó de que el mundo está "al inicio de una extinción masiva". "Habéis robado mis sueños y mi infancia con vuestras palabras vacías, y eso que soy una de las afortunadas", llegó a asegurar Thunberg al borde del llanto en un discurso lleno de rabia y dolor que se suma ya a la lista de alocuciones que han traspasado fronteras.

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