La increíble labor de Fernando Simón como médico en Burundi en los años 90: "Es incontable la cantidad de vidas que ha salvado"

Publicado el 06 de mayo del 2020

Desde que comenzase la emergencia de la covid-19 en España hemos asimilado como habituales muchos cuestiones que antes desconocíamos. Ahora sabemos lo que es el número reproductivo básico, los vectores de transmisión y la importancia de aplanar la curva. Y también sabemos que todas las mañanas hay que escuchar al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias Fernando Simón para conocer los últimos datos sobre la evolución de la pandemia. Así, hemos ido incorporando a la figura de Simón en nuestro día a día.

Poco a poco se han ido conociendo más sobre la historia de este médico convertido ahora en figura clave en España. Entre ellas, la que ha desvelado hoy Huffington Post sobre su labor como médico en Burundi. Y lo hace por medio de una historia que cuenta el aventurero Marco Pascual, que se topó con Simón de forma accidental en el país africano y comprendió la dimensión de su trabajo allí.

Concretamente, en la ciudad de Ntita, donde debía cubrir un área de 40 kilómetros, atendiendo a más de 100 pacientes diarios y pasando revista a los ingresados de un hospital local. Aunque ahí no terminaban las tareas del actual director del Centro de Coordinación Burundi, ya que también se encargaba de impulsar la campaña de vacunación en la región. De hecho, tenía que levantarse a las 5:00 de la mañana para llevar a las enfermeras encargadas de las vacunas a las diferentes poblaciones.

Tampoco estuvo exento de situaciones críticas durante su periodo en Burundi, en las que Simón sacó a relucir sus conocimientos para salvar vidas en los peores escenarios. Así lo cuenta Pascual, que recuerda como el sanitario atendió un parto en el que se quedaron sin luz. "Cuando ella estaba abierta se fue la luz porque funcionaba con un generador de corriente de gasolina que alguien había robado. Se quedaron a oscuras, la mujer con la tripa abierta, sangrando y sin ver", cuenta el aventurero. Simón mantuvo la calma y pudo salir airoso gracias a la luz de un candil. "Él lo atribuía a que había tenido suerte, pero demuestra los conocimientos que tiene para afrontar una situación extrema", asegura al Huffington Marco Pascual.

Por eso, para este aventurero es "incontable la cantidad de vidas" que Simón ha salvado. "He encontrado muy buena gente, pero gente que sea muy buena y que entregue su vida tan intensamente a ayudar a los demás, no he conocido a nadie más", sentencia.