Dos noticias juntas se entienden mejor: Casado, el Ministerio de Trabajo y la explotación laboral en el campo

Publicado el 01 de julio del 2020

Muchas veces, dos noticias se entienden mejor, o al menos ayudan a entender mejor las cosas, y en las últimas horas los tuiteros han señalado un ejemplo: Casado diciendo que no hay esclavitud en el sector del campo español y criticando al Gobierno por pedir inspecciones, y la Guardia Civil deteniendo el mismo día a 14 empresarios agrícolas en Granada por presuntos delitos contra los trabajadores, cuyos obreros supuestamente vivían en condiciones cercanas a la esclavitud.

Tras verlo, muchos tuiteros se acordaron de las palabras del líder del PP:

El líder del PP, Pablo Casado, mandaba este martes un mensaje al Gobierno, hablando del campo español: "En este sector no hay esclavitud, lo digo muy en serio". Y añadió: "No se pueden admitir las acusaciones falsas e inadmisibles del Gobierno de España al sector del campo acusándolo de que hay esclavitud y que hay infraempleos, etc. Después, como viéndolo venir, puntualizó: "Si los hay, los jueces tendrán que hacer su tarea como en cualquier otro sector".

El pasado mes de mayo la patronal agraria también exigía la dimisión de la ministra de Trabajo por pedir que se investigue si hay esclavitud en el campo. El ministerio dirigido por Yolanda Díaz había ordenado a la Inspección que investigase en esta campaña agraria los excesos de todo tenor, desde infracciones administrativas hasta delitos. Incluso delitos de trata de seres humanos y situaciones de posible "esclavitud".

Según la noticia que este martes recogieron varios medios como El País o La Vanguardia, más de 50 personas fueron detenidas en una operación de la Guardia Civil en varias explotaciones agrícolas del Llano de Zafarraya. Como resultado, 14 empresarios agrícolas fueron detenidos por presuntos delitos contra los trabajadores y 29 migrantes denuciados por estancia irregular. Según las informaciones muchos de los inmigrantes trabajaban jornadas de 10 horas seguidas, siete días a la semana y por un salario que no iba más allá de los 5 o 6 euros por hora, no tenían contratos ni seguridad social y vivían en condiciones infrahumanas.