La posibilidad de encontrarse con algún descerebrado en la vida no es para nada desdeñable. La posibilidad de cruzarse con uno en el tuiters es, si cabe, previsible. Ahora bien, que el principal partido de la oposición tenga a bien retuitear la primera barbaridad que el supuesto descerebrado haya maquinado, eso es harina de otro costal.
Veamos; Óscar Puente, alcalde de Valladolid del PSOE, implanta una nueva estrategia de movilidad en la ciudad. Una medida que, como es obvio, suscita críticas y alabanzas. Un vecino no está de acuerdo y opta por empalabrar su contrariedad de un modo, si se quiere, un tanto vehemente: "Si nos juntamos treinta valientes podemos tomar el ayuntamiento de Valladolid y acabar con el alcalde al estilo Mussolini, con su Claretta Petacci y todo".
Hasta aquí la barbaridad. Un comentario a todas luces fuera de lugar que cualquier demócrata censuraría de inmediato. O no.
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En efecto, la cuenta del Partido Popular tuvo a bien retuitear semejante disparate y luego, a renglón seguido, encomendarse a un supuesto "tono irónico" para después acusar al alcalde de tener "la piel muy fina".
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Como era de prever, las reacciones no se han hecho esperar:
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