Este jueves había sesión de control en la Asamblea de Madrid y cada vez que eso ocurre pasan cosas. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no defrauda casi nunca: repite sus soflamas populistas de ultraderecha semana tras semana. Este jueves, sin embargo, ha habido un cambio de guion: Ayuso y la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, se han enzarzado por las reyertas juveniles ocurridas en Madrid el pasado fin de semana. Las dos se han lanzado muchos reproches en un clima en el que flotaba la campaña electoral en Castilla y León.

Todo ha comenzado cuando la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, ha aprovechado su pregunta en la sesión de control sobre la Agenda 2030 para denunciar el problema de la "inmigración ilegal" que, según ella, está causando "verdadero terror en nuestros barrios" y que es consecuencia, ha dicho, de "la política blanda de PP y PSOE y del buenismo progre".

Monasterio ha exigido a Ayuso que cierre los centros de menores extranjeros no acompañados y ejerza "su obligación de proteger a los madrileños y deje de echar balones fuera" culpando al Gobierno de Pedro Sánchez.

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Esas palabras de Monasterio no le han gustado nada a Ayuso. La presidenta madrileña se ha puesto como una fiera y ha cargado duramente contra Monasterio por "mezclar" los menores extranjeros no acompañados con la seguridad. Tampoco acepta que se relacione a estos menores extranjeros con los sucesos "puntuales" que se han producido en Madrid.

"Son bandas juveniles que son españolas", ha espetado Ayuso a Monasterio. Ayuso ha añadido que, en el caso de las bandas latinas, "son inmigrantes de segunda generación, tan españoles como [Santiago] Abascal, como usted o como yo".

Un discurso que suscribiría sin problemas la izquierda, pero entonces, ¿por qué Ayuso sigue estando tan próxima a Vox? No se entiende muy bien, tal como le ha recordado el representante del PSOE. Por cierto, este es el momento en que Ayuso le canta las cuarenta a Monasterio.

Como hemos hecho dicho antes, un discurso que suscribiría coma por coma cualquier progresista. Pero ya les advertimos que todo es un espejismo. La misma Ayuso que este jueves se ponía tan digna con Vox es la misma que en septiembre de 2020 acusó a los migrantes de la subida de contagios de covid en Madrid.

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Además, en esta misma sesión de control Ayuso se ha dedicado a hacer lo que mejor sabe: practicar el populismo sin pudor y sin medida. Lo hizo este jueves al afirmar que sólo falta que pongan un salario mínimo vital a los etarras para salir de prisión por dejar de matar. Seguro que cada lector tiene en mente algunas de las afirmaciones un tanto estrambóticas de Ayuso.

Por eso, en este caso y tirando de refranero, lo que flota en el ambiente es la sensación de que la cabra tira al monte. Esa es al menos la sensación de muchos tuiteros. Muchos de ellos no terminan de creerse a Ayuso.

Quien está mujer y donde está la Ayuso de verdad?

— Me llamo Mulo (@AbreCesar23) February 10, 2022

Traducción: 'No os preocupéis, cuando os necesitemos, nos comeremos nuestras palabras'.

— L'Avi🔻 (@AviJuan_) February 10, 2022

Se está centrando porque sabe que sustituirá a Pablo Casado.

— Ricardo Fernández 🇪🇸 (@rikifern) February 10, 2022

P A C T A D O

Quién se crea esta discusión tiene un problema

Es fácil de entender

— PAT GROMENAUER (@jescabcob) February 10, 2022

El vodevil de la derecha española a costa de nuestros impuestos, con la representación de la ultraderecha dura y la ultraderecha moderada, esos son los papeles que se han repartido hoy. Eso si, de acuerdo 100% con las palabras textuales que Ayuso ha dicho.

— baxtoVK (@vallekas75) February 10, 2022