Juan Gómez-Jurado traumatiza a los tuiteros con "los mayores desastres de la literatura infantil jamás publicados"

Publicado el 01 de agosto del 2022

Para la literatura hay que valer, pero es que para la literatura infantil, además, hay que tener tacto y estar alerta a todas las posibilidades.

Uno que vale para la literatura es Juan Gómez-Jurado. El escritor ha aprovechado el descanso veraniego para compartir un hilo con "los mayores desastres de la literatura infantil jamás publicados".

En el hilo, Gómez-Jurado recoge los títulos, ilustraciones y diálogos más desafortunados de la literatura infantil: juegos de palabras, dobles sentidos e ilustraciones que mandarían a varias criaturas a terapia.

En su selección hay ilustraciones que pretenden enseñar cómo orinan los elefantes dependiendo de si son macho o hembra, otras que muestran una escena más propia de una comedia romántica para adultos que de un libro infantil o directamente, libros que tratan sobre la caca.

Pero en todo esto se destacan dos secciones: los títulos con dobles sentidos y las imágenes impregnadas de pedofilia.

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En el primer apartado hay un ejemplo que no tenía salvación. Un libro sobre Winnie the Pooh con un título imposible: Pooh gets stuck. Esto se podría traducir como "la caca (en inglés, poo) se queda atascada", pero si en lugar de Pooh llamaran al oso Winnie, el resultado sería aún peor. Tal y como señala Gómez-Jurado, weenie en inglés significa "pene".

Hay otros ejemplos similares como Dick, Dick, What did you lick? (Dick, Dick, ¿Qué has lamido?), donde obvian que desde hace siglos, en inglés, Dick no es solo un nombre sino otra forma de referirse al pene. Lo mismo ocurre con una ilustración de un león comiendo un plátano y un diálogo que dice "chúpalo".

El otro apartado que destaca es el de las ilustraciones que tendrían que pasar por los servicios de protección al menor. Desde osos de peluche voyeur a posiciones extrañas entre adultos y niños.

Si alguien estaba pasando un verano apacible, ya se ha encargado el maestro del thriller (y ahora del terror) Juan Gómez-Jurado de añadirle una dosis de trauma.