Los tuiteros desmontan el mantra de la derecha con la "cultura del esfuerzo" tras las palabras de Ayuso

Publicado el 25 de octubre del 2022

Entre los principales timos de nuestra era, los tónicos crecepelo, los príncipes nigerianos que piden dinero por internet y la cultura del esfuerzo. No porque no haya que esforzarse para cualquier cosa importante de la vida, que es evidente, sino por quién y para qué se utiliza reiteradamente ese discurso.

Se lo hemos escuchado decir a la CEOE, a empresarios multimillonarios y a políticos de derechas (y ultraderechas). Y siempre es para empeorar las condiciones de los trabajadores, pedir o justificar recortes al estado de bienestar o criticar a sus oponentes políticos. Es un argumento que además tiene la ventaja de ser muy popular, porque a todo el mundo le gusta escuchar que los que vienen se esfuerzan menos de lo que ellos lo hicieron.

Y ahora, cómo no, se lo hemos escuchado a Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho un bochornoso discurso en el que ha dibujado una juventud sin "tesón" ni "paciencia", "que lo tiene todo" y que está "aislada socialmente". Según Ayuso, los jóvenes "han perdido la cultura del esfuerzo" por "las sucesivas leyes educativas que han convertido la educación en España en un gran fracaso".

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Ayuso hablando de la falta de "cultura del esfuerzo". No es un sueño, es realidad.

La cultura del esfuerzo es un mantra al que la derecha se ha abonado desde hace años, que suena más a intento de convencer a la gente de que sus precarias vidas son culpa de que no trabajan.

Y como hay que predicar con el ejemplo, ahí están la cultura del esfuerzo de Toni Cantó, la de los reyes, la de los banqueros hijos de banqueros y los empresarios hijos de empresarios. O la de los políticos que solo han trabajado de políticos.

En Madrid también conocen muy bien la cultura del esfuerzo de Cristina Cifuentes, por ejemplo.

Por supuesto no faltan los mileuristas que compran el argumento.

El enésimo discursito de la cultura del esfuerzo ha tenido su respuesta en las redes sociales.

Y ahora los culpables de todo son los jóvenes, que lo tienen todo, como dice Ayuso; no están preparados para una guerra, como dice Pérez Reverte, y no se van a vivir a 40 kilómetros de su trabajo, como dice Bernardos. Todo culpa de los jóvenes.

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