Ana Rosa Quintana, de risas con Almeida mientras se vanagloria de su sectarismo

Publicado el 31 de mayo del 2023

La derecha (también la mediática) anda ufana tras los resultados electorales. Los principales líderes políticos conservadores pasean sus rostros dichosos por las pantallas y se someten a todo tipo de parabienes por parte de periodistas afines, altavoces de la crispación y agitadores ultra.

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Y en ese safari mediático, en esa interminable tertulia trumpista, brilla con luz propia Ana Rosa Quintana, líder de opinión de toda esa franja demoscópica que va del centro derecha a la caverna ultra. Un espectro ideológico que encuentra en la periodista la verdadera voz de sus anhelos.

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Ahora, tras la incuestionable victoria electoral del Partido Popular, todo son risas. El trabajo surtió efecto. Difundir bulos, manipular vídeos y gráficos, insultar a políticos de izquierdas y justificar el acoso fascista a sus casas ha tenido su recompensa. La sintonía es evidente y los servicios se agradecen.

A veces basta con una sonrisa cómplice, como la que le dedica la periodista al munícipe en el vídeo que les mostramos a continuación; otras, en cambio, la deuda queda saldada con una Medalla de Honor, como la que le concedió Almeida hace apenas unas semanas, momento que Quintana aprovechó para evidenciar el racismo que encarna.

"Estamos intentando hablar con todo el mundo… Bueno, con todo el mundo tampoco", le espeta la periodista al recién elegido alcalde. Una frase que entraña, en sí misma, todo lo que el periodismo no debe ser. Y es que si a algo obliga este oficio denostado es a hablar con todas las partes.

Como lo oyen, Ana Rosa Quintana parece jactarse en directo de su propia parcialidad. Y las redes, como era de prever, no caen de su asombro:

Vienen tiempos duros. La escudería mediática de la derecha (la ultra y la centrada parecen ya indistinguibles) se ha echado al monte y sus adalides, con Quintana a la cabeza, andan muy sobrados. Paciencia.

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