Robin Williams en estado puro: los tuiteros recuperan la actuación del actor que salvó una gala de premios
Tremending
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Todo aquel que ha conocido a Robin Williams le define como un actor muy divertido y talentoso, pero sobre todo, le recuerda por su gran corazón.
En 2003, una gala de premios se dirigía al completo desastre, hasta que el actor salvó el espectáculo con un ejercicio de improvisación memorable.
Todo comenzó con un premio a mejor actor. Estaban nominados Jack Nicholson, Daniel Day-Lewis y el propio Robin. La votación acabó en empate entre dos, Nicholson y Day-Lewis. Williams, que parecía el gran perdedor de la noche, acabó siendo el ganador.
Vamos por partes. Salma Hayek anunció el empate, por lo que los dos ganadores debían subir a dar su agradecimiento. Algo que ya es bastante inusual de por sí, a lo que hay que sumarle que Jack Nicholson subió como Jack Grealish en la celebración de la Champions.
Nicholson empezó a derrapar hasta que se iluminó y llamó al escenario a Robin Williams, el tercero en discordia y el que resultaría como salvador de la noche. El cómico salvó la papeleta nada más subir: "Lo que Jack está intentando decir es que está tan feliz de estar aquí que podría cagarse encima".
Ya tenía al público en el bolsillo, y a pesar de los intentos involuntarios de Nicholson de cargarse la velada, Williams apareció al quite en el momento exacto y con el chiste exacto. Así, sacó todo su arsenal sobre su tercer puesto entre dos ganadores y arrancó una carcajada tras otra al público.
La gala ya estaba descontrolada y Nicholson estaba decidido a terminarla por todo lo alto. Su discurso no iba a ninguna parte, y de repente, se sacó de la manga un chiste sexual que habría dejado al público helado si Robin Williams no hubiera estado por allí para sacarle otra vez del embrollo.
Los premios se convirtieron en una sucesión de jardines en los que Jack Nicholson se iba metiendo, saltando de charco en charco y en los que Robin Williams actuaba de botas de lluvia para que no se mojase los pies sacando todo su repertorio. Hasta se sacó de la manga una retransmisión de golf.
"Ellos son actores grandiosos. Yo, sólo un actor peludo", concluía. Aunque todo el mundo en la sala sabía que había sido el gran salvador de la noche y el más grandioso de todos.
"Podría haber rechazado amablemente la invitación de Nicholson, o haber subido, hacer un chiste y regresar a su mesa. Pese a perder, con su generosidad, su grandeza y su talento, convirtió una aburrida gala, que pudo acabar en desastre, en una noche inolvidable", detalla el tuitero que ha recuperado el vídeo.
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