'Espejo Público' invita a un juez para hablar de okupas y desmonta todos sus bulos para sorpresa del programa

Publicado el 26 de agosto del 2022

Cualquier desconfiado diría que en programas como Espejo Público y sucedáneos se alimenta el temor de la gente a que les ocupen la casa. Ya sea porque curiosamente aparecen anuncios de alarmas y productos de seguridad justo después de esos bloques o por la manera en la que cuentan las historias y el tipo de colaboradores que llevan.

Esto suele conllevar que los profesionales a los que invitan refuercen sus teorías y la rueda siga girando. Pero puede ocurrir que alguien esté de vacaciones y no puedan llevar a sus invitados habituales con el riesgo de que su sustituto no les siga el juego.

Aquí entra en escena el juez de instrucción Diego Álvarez, al que probablemente no vuelvan a llamar. Para sorpresa del programa, lejos de interpretar el papel de juez desamparado al que la ley no ayuda y poco puede hacer contra los okupas, se dedicó a explicar la realidad del tema con argumentos apabullantes.

El juez explicó que si a alguien le ocupan la casa y realiza la denuncia, los protocolos de actuación legales suelen ser muy rápidos para el desalojo. Ya sea porque los propietarios residen allí, la utilizan como segunda vivienda o porque está en venta o alquiler.

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También desmonta bulos que se propagan desde este tipo de programas como que no hay un plazo de horas en el que ya no se puede hacer nada, o que si los okupas pagan las cuotas de comunidad ya no se les puede desalojar.

Además, explica el quid de la cuestión. La mayoría de casas ocupadas en las que surgen problemas legales son propiedad de bancos o fondos de inversión (algo que por cierto, encarece los alquileres), que no realizan la denuncia correspondiente. Y los principales damnificados son los vecinos que nada pueden hacer si la propiedad no la presenta. O en su defecto, propiedades de gente que no utiliza la vivienda para nada y tampoco presentan la denuncia. "Mucha gente prefiere acudir a la televisión que a la comisaría", explica.

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Todo este argumentario deja atónitos a los allí presentes, que esperaban alguien que reforzase sus intenciones y no que las echase por tierra. Esto deja imágenes hilarantes como la presentadora y un colaborador con mucho afán por interrumpir intentando saber más de leyes que un juez que se dedica a este tipo de casos.

La intervención de este juez se ha convertido en el recurso favorito de algunos tuiteros para las próximas cenas familiares. Para que el típico familiar preocupado por que le ocupen (probablemente migrantes) la casa que no tiene, durante las vacaciones que no puede pagar, pueda oírlo de la boca de un profesional que se dedica a ello.