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Rigoberta Bandini cantando su tema 'Ay mamá'.
Rigoberta Bandini fue una de las favoritas del Benidorm Fest 202. (Fuente: RTVE)
Rigoberta Bandini cantando su tema 'Ay mamá'.
Rigoberta Bandini fue una de las favoritas del Benidorm Fest 202. (Fuente: RTVE)

Chanel vs. Rigoberta Bandini: la ‘madre’ de todas las batallas de Eurovisión

Chanel Terrero ganó el Benidorm Fest con su canción ‘SloMo’, que obtuvo numerosas críticas por vencer a su máxima oponente, Rigoberta Bandini con ‘Ay Mamá’, caracterizado por un potente mensaje reivindicativo.

Helena Celma

Hace escasos días, Radio Televisión Española (RTVE) presentó la nueva selección de artistas que participarían en el Benidorm Fest 2023, el festival que tiene como objetivo escoger el representante de la próxima edición de Eurovisión, cuya sede será Liverpool. Con esta segunda edición se intenta dar continuidad a un proyecto que engancha, que motiva y que anima a los españoles y las españolas a participar en el proceso de selección del próximo representante. 

Eurovisión 2022 fue un absoluto boom en España, justo cuando hacía años que el interés general de los ciudadanos por este formato eurovisivo había descendido notablemente. RTVE, con el objetivo de hacer el proceso de selección más participativo y más interesante para los espectadores, decidió cambiar un poco las cosas (y bendita decisión).

El representante, en vez de salir de Operación Triunfo o de una gala mucho más sencilla, salía del Benidorm Fest, un festival con dos semifinales y una gran final en la que votaban público y expertos. Algo así como el festival de San Remo de Italia, salvando las distancias y las diferencias. Esto era precisamente un reclamo de los eurofans desde hacía tiempo, y les salió a pedir de boca por el impacto y el engagement que consiguieron, a pesar de que les lincharon a críticas. 

Rodolfo Chikilicuatre en Eurovisión.
Quién sabe si Rodolfo Chikilicuatre hubiera llegado a Eurovisión si hubiera habido un Benidorm Fest. (Fuente: Giphy / @Eurovision_RTVE)

Para el Benidorm Fest, dos candidatas partían como favoritas: Rigoberta Bandini, con ‘Ay Mamá’, y las Tanxugueiras, con ‘Terra’. No obstante, el voto del jurado profesional acabó dando la victoria a Chanel, con su ‘SloMo’. Ríos de tinta se han escrito sobre esta victoria, porque no fue popular -en el propio sentido de la palabra- y porque cuando la gente se siente engañada, recurre a las redes sociales para soltar toda su mala baba.

Chanel explicó que tuvo que cerrar su cuenta de Twitter “por su salud mental”, ya que la cantidad de odio que vertieron los eurofans en esta red social no fue ni medio normal. Porque tan inmensurable es la devoción que se profesa por un favorito, como el odio que gana aquel que se lleva la victoria en contra de la apuesta popular. ¿Lo curioso de todo? Que Chanel acabó ganándose la opinión pública y, los que tanto criticaron su victoria en el Benidorm Fest, acabaron demandando el primer puesto en la gala final de Eurovisión. 

Chanel vs. Rigoberta Bandini, un enfrentamiento artificial 

El principal “crimen” que cometió Chanel fue ganar a aquello que representaba el progreso. Porque la canción de Rigoberta era un canto feminista, tal y como explicó ella en un post. “Para mí, esta canción trasciende la maternidad y habla de nuestro poder como mujeres. Algunas mujeres creamos vida con nuestros cuerpos, otras no, pero de alguna manera todas somos una”, argumentaba la cantante. 

“Rigoberta representa un modelo de mujer empoderada, pero en un sentido más reivindicativo. Iba contra tabúes que actualmente se ciernen sobre la mujer, como la depilación o los pechos. Su canción era un mensaje para normalizar estos elementos”, nos contaba Lucía Ferrero, experta en Eurovisión con casi 90.000 seguidores en TikTok

Por otro lado, Chanel presentó una canción en la que se sexualizaba a la mujer, hablando sobre el poder femenino a la hora de seducir. Una letra que no tenía tanta profundidad en comparación con la de ‘Ay mamá’, y quizá fue eso lo que le hizo ganarse tanto odio. “El tipo de mujer que representa Chanel es un tipo de mujer empoderada que puede hablar en un sentido más sensual. Si esto lo hubiera hecho un hombre, no compararíamos a los dos candidatos sobre quién es mejor o peor”, explicaba Ferrero.

Chanel justificaba así el punto de vista feminista de su canción: “‘SloMo’ no habla de prostitución sino de una mujer como yo, empoderada, que se sube al escenario en chándal o en chanclas si hace falta, e incluso así se siente la más sexy del mundo. Eso es feminismo, y libertad de expresión”, comentaba la artista en una entrevista con Vanity Fair.

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Las críticas entorno al tema de la prostitución surgieron a raiz de lo que la política socialista Lidia Guinart explicó en la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. “La normalización de la mercantilización del cuerpo de las mujeres no parece el mejor de los mensajes para representar a una televisión pública sobre la que, como ya hemos indicado en repetidas ocasiones, pesa la obligación legal, pero también ética, de ser ejemplo en el camino hacia la plena igualdad real entre mujeres y hombres”, señaló.

Porque la verdad es que las dos canciones hablaban del empoderamiento femenino, pero desde puntos de vista extremadamente distintos. Mientras que una resaltaba la importancia de la mujer mediante la figura de la maternidad y del cuerpo femenino –No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza-, la otra apelaba al feminismo por la vertiente más sexual –Les vuelvo loquito’ a todos los daddie’, voy siempre primera, nunca secondary-.

No obstante, lo que de verdad influyó a la hora de enfrentar a las dos candidatas fue el hecho de que las dos eran mujeres. Así lo certificó la experta en Eurovisión: “El primer motivo por el que los fans y la prensa las enfrentaron hasta el punto de llevar el tema al Congreso fue porque eran mujeres”. 

No es necesario que las mujeres estén enfrentadas.
Mucha opinión pública prefiere enfrentar a las mujeres, cuando lo mejor sería empoderarlas a las dos. (Fuente: Giphy / @IntoAction)

Lucía también añadía un segundo foco de conflicto para los fans: “La canción de Rigoberta era muy reivindicativa, con un mensaje muy potente y que alza la voz en contra de situaciones actuales, ya que se siguen censurando los pezones de la mujer en Instagram, por ejemplo. Además, creo que la mujer empatizaba mucho más con el mensaje de la canción de Rigoberta que con ‘SloMo’, que la letra no lleva un mensaje tan reivindicativo”. 

Por lo tanto, fueron dos formas diferentes de hacer acopio del feminismo, y ninguna era mejor que la otra en este sentido, tan solo diferente. Pero eso no justificaba el comportamiento de algunos fans y el ‘hate’ que dejaron ir en las redes sociales, para nada. Porque se puede estar en desacuerdo sin necesidad de tirar por suelo el trabajo que realizaron y las propuestas que hicieron, que visto lo visto, fueron un auténtico éxito -más de 32 millones de reproducciones de ‘Ay mamá’ en Spotify y más de 58 millones ‘SloMo’, juntando las dos versiones-.

¿Y lo mejor de todo? Que ellas se mantuvieron unidas durante el festival y ajenas a todo enfrentamiento. De hecho, cuando finalizó el Beniform Fest, se publicó un vídeo en el que aparecían las dos “contrincantes” dándose un abrazo y citándose para ir a hacer una calçotada en el futuro. 

Vaya, que el enfrentamiento fue algo externo por parte de los fans y la prensa, porque en vez de disfrutar de dos propuestas increíbles, preferimos -me incluyo porque yo también caí en la trampa- alabar a una y desechar a la otra. Craso error y bendito aprendizaje para las próximas ediciones.