La fiesta onírica de Ginebras y Billie Max
Ginebras presentan en el Teatro Eslava de Madrid su segundo disco. Seas un desastre de persona llena de ansiedad, quieras bailar la típica canción o simplemente pegarte una buena gozadita, disfrutarás subido a esta montaña rusa musical.
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Un programa de Iker Jiménez, luces de neón, un hombre de hojala pero en Plastidecor y... se lio. Así arranca el segundo disco de Ginebras, que verá la luz este viernes 24 de marzo. ¿Quién es Billie Max? es la gran pregunta que le da nombre y el primer tema de una playlist de 11 pistas, editada por Vanana Records. Su letra nos sumerge en un relato onírico (y muy loco) que bien podría ser una de esas épicas fiestas que se le atribuyen a Ernesto Sevilla. Magüi (guitarra y voz principal), Sandra (guitarra solista y coros), Raquel (bajo) y Juls (batería) nos llevan una vez más con ellas de farra para que vivamos con ellas la noche de nuestra vida. La novedad es que, en esta ocasión. quemamos la pista en un sueño compartido. Y aquí viene otro interrogante inevitable: ¿es posible soñar al unísono?. Ginebras es la prueba de que hay fantasías que merece la pena vivir de la mano, aunque sea con los ojos cerrados.
Hace casi dos años y medio que lanzaron Ya dormiré cuando me muera, su primer álbum. Desde entonces, la carrera de la banda parece no tener techo. Tras cerrar un año apoteósico de conciertos con La Típica Gira, el grupo ha anunciado que el 12 de octubre harán su propia versión de la gran Fiesta Nacional con una actuación en el Wizink Center de Madrid. La cita llega precedida de dos llenazos absolutos en La Riviera, la grabación de un sencillo en el mítico estudio Abbey Road , actuación en los Premios Ídolo y una primera toma de contacto con el público internacional en México. Imposible no caer rendidas y entrar en fase REM, donde todo parece posible. Ya nadie frenar sus sueños, como mucho la alarma del despertador y las obras de la capital. Aún así, no habrá martillo pilón que nos taladre el oído lo suficiente como para olvidarnos de la gozadita que se viene esta noche con la presentación del nuevo repertorio en el Teatro Eslava de Madrid. Sandra y Magüi nos adelantan en esta entrevista algunas de las claves de las canciones con las que los daremos todo.
Los sueños, desde el principio, han sido muy importantes en vuestra andadura como banda. Especialmente los de Sandra, porque de un Tequila que se le apareció entre brumas, acabó surgiendo el nombre de Ginebras. ¿Os queda alguna quimera que todavía parezca imposible de alcanzar?
-MAGÜI: Nos falta una gira por Latinoamérica. Hemos estado en México ahora en noviembre, pero ha sido muy rápido, muy exprés y nos encantó. Puestas a pedir, también queremos hacer la incursión en el cine, sobre todo porque tanto Sandra como yo estudiamos para eso. Nos encantaría como que nos dieran un Goya a la mejor canción original. Oye, por soñar que no quede.
-SANDRA: Hemos cumplido sueños en muy poco tiempo. Los creamos y los realizamos súper rápido. Por ejemplo, nos apetecería muchísimo hacernos un concierto en La Riviera y al mes siguiente, llenamos la sala dos veces. Está siendo de locos.
Eso también se refleja en vuestras canciones. En una entrevista que concedisteis a Mondo Sonoro contabais que muchos títulos surgen antes incluso de que haya una letra, en ese duermevela.
-SANDRA: Hay un mundo de vigilia, donde estás un poco entre me voy a dormir y no, que te trae a la cabeza melodías y un montón de ideas que a veces hacen que te levantes de la cama para escribir. También es guay la metáfora, porque Ginebras es un sueño. Nuestro sueño.
-MAGÜI: ¿Quién es Billie Max? es una auténtica fumada, una locura en la que no se sabe muy bien qué está pasando. Ese es un poco nuestro momento. Lo que estamos viviendo parece irreal.
En este disco hay una canción, que ya conoce el gran público, porque fue uno de los adelantos junto con Desastre de persona y Alex Turner, que se llama Ansiedad. ¿Cómo habéis llevado este subidón a nivel salud mental?
-MAGÜI: Mal. La ansiedad, muy mal. Han sido unos años muy intensos en los que hemos tenido que enfrentarnos al síndrome del impostor, a las inseguridades de cada una y, de verdad, los lunes negros han sido súper reales durante todo este año. Es muy raro estar el sábado petándolo en un festival, a tope, y levantarte el lunes en la cama de tu casa. Es una sensación muy rara. Al final, nos dimos cuenta de que necesitábamos un seguimiento.
-SANDRA: Si intentásemos mirarnos la cabecita de vez en cuando, de la misma forma que vas al médico por lo sea, nos iría bastante mejor. Tener psicólogo personal ayuda, pero si luego tienes que trabajar en grupo, necesitas ayudita por ahí, porque a veces creemos que nosotras solas podemos con todo y no. Así que tuvimos ayuda de una coach con la que trabajamos la comunicación dentro del grupo y no nos ha ido mal. Yo empecé a darme cuenta de que tenía ansiedad gracias a mis compañeras, que lo exteriorizaban y pude darle explicación a lo que me estaba pasando.
Hablamos del impacto de la presión cuando llega el éxito, pero poco se habla del capítulo anterior, de lo que supone vivir la precariedad de la música, cuando los bolos no dan para pagar facturas. En varias ocasiones habéis comentado que hacíais un desdoble de identidad, como los superhéroes: Ginebras, de gira y community manager, fisioterapeuta, editora musical e ingeniera, respectivamente, durante el resto del tiempo. ¿Cómo se lleva esa dicotomía?
- SANDRA: Es un trabajo muy complicado. Hace nada discutía con mi abuela porque me decía que esto no era un trabajo. Es una cuestión matemática. No puedes estar centrada en todo, todo el tiempo, y si quiero estar al 100% en Ginebras, hay que apostar por eso, aunque verte volcada solo en la banda también da mucho vértigo, porque hoy estamos aquí, pero mañana puede no quedar nada. Hay que ir plantando cara a este tipo de cosas paso a paso, y no hay un manual.
-MAGÜI: Nosotras hemos podido dejarlo todo para dedicarnos a esto, somos muy afortunadas y estamos súper agradecidas, Hay mucha gente que no puede vivr de la música, pero este mundo es una montaña rusa.
En el tema En bolas hacéis mención de los coños no depilados, ¿es vuestro recadito para torpedear los cánones normativos en las canciones?
Este 8M reivindicasteis en vuestra cuenta de Twitter que las comparaciones entre bandas en las que todas las integrantes son mujeres son ridículas y contribuyen a enfrentaros. ¿Por qué creéis que se repiten estos paralelismos forzados?
Si hubiera un omeprazol que protegiera de la acidez de estómago que causan algunos comentarios, ¿cuándo tendríais a mano la pastillita?
-MAGÜI: Creo que en las pruebas de sonido. Siempre aparece algún técnico que parece que tiene que darte la aprobación o explicarte cuál es la sexta cuerda y te dan ganas de decirle: "mira, no".
-SANDRA: Tampoco vendría mal cuando estamos un poquito flojitas o con problemas personales. Esos días, el mejor omeprazol es no meterte en redes sociales, porque cualquier cosilla te puede hacer mal y tener que subirte a cantar como si nada, es difícil. Sabemos que tenemos que salir a hacer felices a la gente y, a veces, estás fatal y te preguntas: ¿cómo coño lo hago?, ¿la peña lo notará?.
Vosotras siempre habéis dicho que bebéis de The Beatles, la música de los 60, y en una de las canciones de este disco, He resucitado a Elvis, decís que si es verdad que está vivo y anda por Benidorm, que se marque una colabo con vosotras. ¿Con qué otros artistas, muertos o vivos, os gustaría grabar?
-MAGÜI: Molaría todo haber cantado con Amy Winehouse o con The Beatles, eso seguro. Elton John está vivo, mira, quién sabe...
-SANDRA: Nosotras hemos sido fan de mucha gente y lo seguimos siendo, así que se nos apetecen mil historias, queremos grabar con todo el mundo y no se pueden sacar todo el rato colaboraciones. A veces, llegan propuestas súper guays y, joder, no podemos porque tenemos otras cinco por delante. Todo irá llegando.
En la presentación del documental, ya adelantabais que este disco va de fiesta y de llorar. ¿A qué tema le tenéis más ganas de directo?
-MAGÜI: Yo le tengo ganas a Muchas gracias por venir, por ver qué pasa y descubrir la atmósfera que se creía al final. Nunca hemos hecho algo así.
-SANDRA: A mí me apetece mogollón Qué gozadita, porque es un tema que va de un festival al que fuimos con nuestros amigos y me mola mucho la idea de tocarla con ellos ahí abajo. Rapapa también es muy bailonga. Habrá que ver cómo funcionan en directo. Esa es una de las sorpresas más guays de estrenar disco, descubrir qué hace vibrar a la gente fuera de Spotify. Vintage o Metro de Madrid informa no han tenido tanto éxito en la plataforma y sin embargo, en directo, es una locura.
Cerremos la entrevista como vuestros conciertos, con un homenaje a vuestro fandom. Esa legión que mantiene la autodefinición de fans emergentes por aquel tema de los inicios, ¿qué momento de subidón os ha regalado?
-MAGÜI: Se me pone la piel de gallina y sólo se me vienen festivales con momentos míticos, la Sala Malandar, Interestelar, Granada... Pero hay cosas más pequeñas que igual son más simbólicas y es lo que no vas a olvidar jamás. Estábamos en León y nos avisaron para que saliéramos a saludar a una chica muy pequeñita. Cuando llegamos, estaba temblando y llorando. Nos dijo que, gracias a nuestras canciones, había sido capaz de salir del armario y que por fin era libre, era feliz y se lo había podido contar a toda su familia. Nos volvimos emocionadas.
-SANDRA: Hay gente que se tatúa cosas y flipas, pero saber que lo que estas contando tus historias y que eso que haces es trascendente para alguien, es de los mayores subidones.