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Mara Jiménez
Mara Jiménez, conocida en Instagram como @croquetamente__, es escritora, artista multidisciplinar y activista contra la gordofobia. Foto: Cedida por Penguin Random House.
Mara Jiménez, conocida en Instagram como @croquetamente__, es escritora, artista multidisciplinar y activista contra la gordofobia. Foto: Cedida por Penguin Random House.

Mara Jiménez: “Con la gordofobia pasa como con el feminismo, una vez te pones las gafas moradas ya no puedes mirar hacia otro lado”

Es una de las caras visibles del activismo contra la gordofobia, un movimiento que lucha contra la discriminación que sufren las personas gordas. Su perfil de Instagram, @croquetamente__, acumula casi medio millón de seguidores. Allí habla sobre temas como la autoestima y la relación con el cuerpo. Tras el éxito de su primer libro, Mara Jiménez presenta ‘Más yo que nunca’, una guía para aprender a quererse a uno mismo.

Laura Cuesta

La última vez que la entrevistamos tenía 170.000 seguidores en Instagram. Ahora, supera los 450.000. Mara Jiménez no ha parado de crecer desde que en 2021 se creó su perfil @croquetamente, en el que comparte su propio contenido de divulgación sobre Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), autoestima y gordofobia. Hoy, junto a otras compañeras, es una de las activistas contra la gordofobia más conocidas en nuestro país. 

Más allá de su papel como creadora y divulgadora de contenido en redes sociales, Mara Jiménez es escritora y artista multidisciplinar. Actualmente participa en Gordas, la obra de teatro que coprotagoniza con su compañera Teresa López Cerdán. En 2022 lanzó su primer libro, Acepta y vuela, donde contó abiertamente su historia personal: los trastornos de conducta alimentaria, el bullying, la gordofobia y la baja autoestima que durante años se apoderaron de ella. 

Ahora presenta su segundo libro Más yo que nunca, una guía para aprender a quererse a uno mismo en la que Jiménez recopila todos los aprendizajes que ha ido adquiriendo a lo largo de su vida. Días antes de que este saliera a la venta, pudimos volver a entrevistarla. Esta vez, nos habla sobre el lanzamiento de su segundo libro, la importancia de quererse a una misma, cómo el discurso gordófobo sigue reproduciéndose en los medios generalistas y si sigue mereciendo la pena seguir alzando la voz pese al odio de las redes.

Quedan pocos días para el lanzamiento de ‘Más yo que nunca’, tu segundo libro. En este ofreces una guía para aprender a quererse, una novedad que se aleja de lo biográfico de tu primer libro, ‘Acepta y vuela’. ¿Cómo has vivido ese cambio?

Acepta y vuela es un libro completamente autobiográfico, donde cuento las experiencias que me han marcado en mi proceso. Sin embargo, Más yo que nunca está más pensado para que la gente pueda pasar a la acción en lo que respecta a su relación con el cuerpo. Al final es un libro menos de mi historia y más de todo lo que he aprendido. El objetivo era poner todos estos aprendizajes al servicio del resto para que las personas lo utilicen en su propio camino. En este segundo libro la gente va a descubrir a una Mara mucho más escritora que persona. He podido poner una parte de mí mucho más creativa, pedagógica y divulgativa. Aunque la gente está muy acostumbrada a escucharme en redes, creo que la experiencia de leerlo en papel va a ser muy diferente. Estoy muy contenta porque creo que se va a apreciar una evolución muy grande en mi proceso de escritura. 

Hace unos días compartiste en Instagram: “Más yo que nunca es el faro que hubiera necesitado para alumbrar mi camino”. No tuviste acceso a este libro pero, ¿qué otros recursos has utilizado para conseguir quererte a ti misma?

El tema de la lectura ha sido algo que me ha acompañado muchísimo. Desde muy pequeña soy una gran lectora y la verdad es que leer muchos libros de personas que hablaban de su experiencia me ha servido mucho. Al final de mis dos libros siempre he dejado un anexo con un montón de recursos que a mí me han servido y son tanto libros como podcasts y cuentas de Instagram que han sido un refugio para mí. Con Más yo que nunca he intentado hacer la guía que yo hubiera necesitado. Como yo digo, este libro es uno de esos recursos que nos sirven para llenar el botiquín que puede ayudarnos a crecer y a evolucionar como persona. 

 

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En el libro recoges la frase “por querer valer, te olvidas de ser” y reflexionas sobre esa idea tan extendida de “cuanto más hago, mejor soy”. ¿Cómo desprendernos de esa cárcel que nos hace creer que valemos por nuestro trabajo y no por lo que somos en esencia?

Al final todo eso es fruto de cómo hemos sido educados. Creo que estamos en una era de la productividad en la que parece que cuanto más hacemos, cuantas más horas trabajamos, cuanto más esfuerzo dedicamos, nos estaremos convirtiendo en mejores personas y más válidas. En el capítulo que hablo sobre esto precisamente reivindico la importancia de valorar lo que realmente somos. Es decir, lo que aporto al mundo y lo que soy como persona más allá de la productividad, que creo que está completamente sobrevalorada. 

Has explicado que Más yo que nunca es “un mapa para volver a uno mismo y quererse”. De hecho, los contenidos del libro están divididos en los distintos puntos de un mapa que uno debe recorrer para llegar a ese último objetivo, que es quererse a uno mismo. En tu caso, ¿estás ya en la última parada del recorrido?

Sin duda me siento en esa última etapa, aunque por supuesto tengo mis malos momentos en los que parece que todo lo que he trabajo no sirve para nada y todo lo que he aprendido ha caído en saco rato. La vida no es lineal y es importante entender que los cambios y los altibajos son naturales en la vida. Gracias a Dios y después de mucho trabajo personal, puedo decir que he conseguido quererme lo suficiente como para tocar fondo y ser capaz de resurgir.

 

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Eres escritora y artista multidisciplinar, aunque muchos te conocen por tu papel como creadora de contenido en Internet. En uno de tus posts recientes dices: “Estoy aquí para invitarte a pensar diferente, a deconstruir tus creencias sobre los cuerpos gordos, la belleza o la salud”. ¿En qué momento decidiste que este iba a ser tu objetivo en redes sociales?

Cuando empecé con @croquetamente__ conocía muy poco acerca del activismo contra la gordofobia. Pero con esto pasa como cuando te pones las gafas moradas de feminismo y ya no puedes mirar a otro lado. A mí me atravesó el activismo contra la gordofobia y aquí estamos. Sencillamente, no me queda otra. Me encantaría poder hacer un contenido muy distinto que no tuviera nada que ver con esto, con el que no tuviera que pelear para que la gente nos entendiera. Pero lo tengo que hacer porque mucha gente todavía sigue negando nuestra realidad. Siento que no es algo que haya elegido, sino que es mi deber como persona. Como otras activistas, tengo que defender nuestros derechos y que la gente por fin entienda lo que merecemos las personas gordas como seres humanos. 

 

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Una de las múltiples cosas que denuncias en tu perfil es la cultura de la dieta, que nos ha hecho creer que un cuerpo gordo es un cuerpo insano. Este tipo de discursos también se reproducen en los medios de comunicación. Hoy justo se está hablando de las palabras de Bibiana Fernandez en un programa de Telecinco, quien ha dicho textualmente: “Yo pediría otra vida para ser gorda porque paso mucha hambre, y me gustaría poder comer muchas cosas de las que me privo”. ¿Qué peligros tiene reproducir estas ideas en los medios generalistas?

Estos discursos lo único que hacen es perpetuar unas ideas preconcebidas de cómo somos las personas gordas, cómo nos alimentamos y cuáles son nuestros hábitos. Con las palabras de Bibiana Fernández caemos una vez más en la ignorancia y el prejuicio que hay para con las personas gordas. Desde el activismo contra la gordofobia nos matamos por borrar de la sociedad este estereotipo. Sería genial que la gente se abriera realmente a conocer nuestra realidad y nos escuchara con el corazón, porque es muy injusto tener que escuchar este tipo de cosas. Obviamente es su responsabilidad y su decisión personal liderar su vida desde la vergüenza y la culpa, algo que por supuesto respetamos. Las activistas no señalamos al individuo, porque cada uno lo hace lo mejor que puede con las herramientas que tiene. Al final esto es un problema del sistema, que nos educa de una manera determinada para seguir con estos prejuicios. Pero expandir estos mensajes desde los medios de comunicación es tremendamente peligroso, estigmatizante y violento para las personas gordas.

Además todo esto va más allá de la salud física y el cuerpo. Estamos hablando de personas que pueden sufrir problemas de salud mental por los comentarios y experiencias que tienen que vivir “simplemente” por el cuerpo que tienen. Ahora justo se acerca el verano y empiezan la problemática operación bikini o, lo que quizás es peor, el no querer ir a la playa para que nadie vea tu cuerpo. ¿Algún consejo para todas esas personas que temen la llegada del calor?

Lo fundamental es que intenten nutrirse de mensajes positivos sobre la diversidad corporal. Pueden buscar perfiles en redes sociales que hablan de estos temas y se darán cuenta de que no están solas y que muchas hemos tenido esos pensamientos y hemos conseguido viajar hacia otro lugar. Las personas tienen que saber que ellas también pueden hacerlo, aunque no sea fácil. La red de activistas contra la gordofobia nos beneficia a todas y estamos ahí para recoger a quien lo necesita, para apoyarlas y dar un sostén. Es importante entender que no hay nada malo en nuestros cuerpos. 

 

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Sin duda, tu activismo está ayudando a muchas personas. En uno de tus últimos vídeos hay comentarios de diferentes usuarios que te agradecen directamente tu labor. “Mi hijo de 9 años ha querido oír entero el reel y se ha emocionado y ha dicho que se va a tratar a sí mismo como tú lo haces”, dice una usuaria. “A mis 50 años he llegado a tu cuenta gracias a mi sobrina, porque nunca me he querido a mí misma. Cuando engordé, mi trauma empeoró, pero ya tengo mi guía para quererme. Gracias”. ¿Eres consciente del impacto positivo o da un poco de vértigo esta responsabilidad?

Lo que da verdadero vértigo es el hate que recibimos. Estos comentarios me emocionan y me llenan el corazón. Son estas palabras las que te recuerdan el “para qué” estás haciendo lo que haces. Yo estoy aquí por la niña que fui y por las que no pueden alzar la voz porque ya no están, bien porque se han suicidado o por haber entrado en un quirófano intentando entrar en el molde estético de la sociedad y no han salido. Mientras alguien lo necesite, voy a seguir trabajando en esta línea. 

Hay comentarios positivos, pero la exposición y el trabajo en redes sociales conlleva enfrentarse también a comentarios de odio que no solo atentan contra tu discurso sino que, en ocasiones, te atacan directamente. ¿Cómo lo gestionas?

Es muy difícil. Como antes mencionabas, al final esto no va de salud física, ni siquiera de salud mental, va de respeto por el ser humano. Las personas gordas no merecemos el trato vejatorio y discriminatorio que recibimos. En redes recibimos delitos de odio casi a diario y eso hace que nuestro trabajo sea verdaderamente complicado. Es una lástima que una labor bonita se vea tan empañada y no te quede otra que protegerte y alejarte cada vez más del medio. Es tan violento recibir este tipo de mensajes que una se acaba cansando un poco. 

 

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Entre las últimas campañas de odio está la de varios haters acusándote de que, con el discurso contra la gordofobia, tanto tú como otras compañeras activistas os estáis lucrando económicamente. Hace unos días tuviste que salir a explicar que la realidad es un poco distinta y que muchas marcas lo que quieren precisamente es distanciarse de las polémicas. ¿Sigue mereciendo la pena alzar la voz y ser una cara visible del movimiento contra la gordofobia?

Que alguien crea que se saca un beneficio de recibir odio a diario y de ser discriminadas e invisibilizadas en nuestra sociedad es ridículo y denota mucho la ignorancia de nuestro país. Ahora mismo merece la pena seguir por mensajes como los que me has leído anteriormente. Mientras haya personas que me manden comentarios así y compartan mi mensaje, voy a quedarme. Creo que me terminaré yendo cuando sienta que ya no hay necesidad de seguir haciendo activismo o, quizás, cuando el odio me pese demasiado. Pero de momento voy a seguir, por mi comunidad y por las que todavía no han llegado.