Cada día se envían más de 5 mil millones de emojis a través de las redes sociales. Están por todas partes. El 92% de los usuarios de internet los utilizan a diario y gracias a ellos nos podemos hacer entender en todo el mundo. Estos simpáticos emoticonos nacieron a finales de la década de los 90 de la mano del japonés Shigetaka Kurita. Por aquél entonces, en el servicio de mensajería tan solo se podían escribir mensajes de 250 caracteres, por lo que era complicado llegar a transmitir la intencionalidad de un mensaje con tan poco espacio.
Entonces, Kurita pensó que con la aparición de emojis se podría expresar mejor las emociones y los matices que quería aportar el emisor. Así que ese fue el origen de una colección de emojis que en 2022 ya alcanza casi los 4.000 símbolos.
Los emojis son mucho más que un “dibujo” programado al azar. De hecho, existe un organismo internacional que coordina el desarrollo de los emoticonos, el Consorcio Unicode. Dentro de este organismo sin ánimo de lucro conviven doce miembros que pagan cuotas con derechos de voto: Apple, la corporación Meta (propietaria de Facebook, WhatsApp e Instagram), Google, Amazon, Microsoft, Netflix, Adobe, Salesforce y SAP (dos empresas de diseño de software estadounidense y alemana), Yats (una startup que vende el derecho a usar una combinación de emojis como nombre de usuario), el Gobierno de la India, el de Omán, la Universidad de Berkeley y la Emojipedia.
As reported by @WABetaInfo, support for Emoji 14.0 emojis such as 🫠 Melting Face and 🫶 Heart Hands is now in beta for @WhatsApp for Androidhttps://t.co/IAahiILGA0 https://t.co/soef5B0WXL pic.twitter.com/4nbEuRZTfr
— Emojipedia (@Emojipedia) March 28, 2022
Por lo tanto, cada vez que se decide lanzar un nuevo emoji, debe contar con el beneplácito de estos miembros. Y tal es la importancia de estos pequeños símbolos que existe hasta una ‘emojipedia’ para describir cada uno de ellos e incluso visualizarlo en cada una de las plataformas -no son iguales los de Apple y los de Android, por ejemplo-.
Desde hace ya unos cuantos años, se ha intentado que los emojis que aparecen en nuestros móviles tengan un valor más social y profundo igualando en la gran mayoría de ellos los emoticonos que hacen referencia a hombres, mujeres y el género no binario.
Este acto de representación es tremendamente importante, porque parece que lo que no se ve no existe. Pero la igualdad no es tan solo de género, también es de etnias, ya que desde prácticamente los inicios de los emoticonos, Unicode dio la oportunidad de que cada dibujito de personas pudiera ser de un color diferente: desde el blanco puro hasta el negro oscuro.

En esta línea, en 2016 la estudiante de 15 años Rayouf Alhumedh llevó a cabo una campaña para que se incluyera un emoji de mujeres con ‘hijab’, con el objetivo de que las mujeres árabes también tuvieran representación en el mundo de los emoticonos. «En la era de la digitalización, las imágenes han demostrado ser un elemento crucial en la comunicación. Con toda la diversidad que hay en este mundo, debemos estar todos representados», comentaba la estudiante, originaria de Arabia Saudí. Finalmente, logró que se hiciera caso a su petición y que se satisficiera su demanda.
Por lo tanto, queda más que claro que la representación es importante, no solo en los medios de comunicación y en las películas, sino en cualquier otro ámbito, como los emojis.
Bomberos, bomberas y bomberes
Existen una gran cantidad de emojis: animales, alimentos, deportes, vehículos, símbolos, banderas, profesiones, personas… Y precisamente, en las dos últimas categorías han ampliado el catálogo hasta tener, por ejemplo, bomberos, bomberas y bomberes, cada uno con la posibilidad de escoger un color de piel diferente.
Y no lo ponen precisamente porque haya muchas bomberas. De hecho, la asociación SERBOMBERA realizó un estudio en 2018 sobre la proporción de hombres y mujeres en esta profesión, y de los 20.041 miembros que forman parte de este cuerpo, tan solo 168 eran mujeres, lo que representaba un 0,83%. Es una cifra irrisoria, pero el hecho de añadirlas en los emojis ya ayuda a crear consciencia de que “existen”, aunque sean pocas, pero ahí están, luchando codo a codo con los hombres.

Lo mismo sucede con las profesiones de policía, personal de la obra, detective, médico, cocinero, soldador, pintor, superhéroe… Todos estos emojis están triplicados para incluir a hombres, mujeres y no binarios, ya que todos ellos merecen sentir su parcelita de representación.
El embarazo en hombres
Una de las adquisiciones más sorprendentes fue la de un hombre embarazado, algo que sorprende a más de uno. Una de las personas de las redes sociales que ejemplifica el por qué de este emoji es Rubén Castro, una persona transmasculina que ha conseguido tener une hije a los 27 años.
Ver esta publicación en Instagram
“Cuando lo vi pensé que no podía ser cierto, y después pensé en cuánto lo iba a utilizar. Ojalá hubiera llegado un poco antes para haberlo podido usar durante mi embarazo”, nos explicaba el padre, quien añadía que “solo con ver los emojis, ya empiezan a formar parte del imaginario colectivo”.
Gracias a la publicación del hombre embarazado, Rubén tuvo la posibilidad de presentar su caso a miles de personas a través de Instagram. “Una chica que tenía una comunidad de 80.000 seguidores y yo hicimos un directo en el que conté mi experiencia, así que pude llegar a bastante gente y ese día, gracias al emoji, un montón de gente descubrió nuestra existencia”. Por lo tanto, queda más que demostrado que la presencia de emojis ayuda a normalizar ciertas situaciones o elementos de la sociedad que no se conocen o no se tienen en cuenta de primeras.
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Otro ámbito en el que los emojis han permitido dar un paso adelante en materia de visibilidad ha sido en el ámbito familiar. El Consorcio ha creado una gama de posibilidades, en las que se incluye una familia heterosexual, de lesbianas y de homosexuales, con uno o dos hijxs. Por lo tanto, sencillos pasos como estos permiten que, cada vez más, los diferentes tipos de familia, de género y de etnia estén presentes en nuestro día a día y se normalicen más.