Los 'haters' en el mundo del 'gaming': una lacra que sigue muy presente
Casos como el de Elesky, la streamer que tuvo que retirarse de un torneo por la cantidad de ‘hate’ recibido, ponen de manifiesto que es necesario tomar medidas para frenar el exceso de críticas.
Helena Celma
El mundo de los videojuegos está hecho para que personas de todas partes puedan pasar algunos ratos libres divirtiéndose a través de una pantalla. Juegos de acción, de rol, deportes, carreras, lucha… todos ellos sirven para pasar un rato entretenido, solo, con amigos o familia o incluso con desconocidos, independientemente del sexo, la etnia o la edad.
Gracias a las redes sociales, el mundo del gaming ha ido cogiendo cada vez más fuerza. Inicialmente, en YouTube los usuarios podían hacer ‘gameplays’, o lo que es lo mismo, grabarse mientras jugaban a cualquier juego, y lo colgaban en la plataforma para compartirlo con sus suscriptores. Algunos de los más famosos a nivel nacional son ElRubius, que en su canal acumula más de 12 millones de seguidores o Vegeta 777, quien suma más de 34 millones de suscriptores.
De YouTube se ha pasado a otras plataformas como Twitch, donde los streamers pueden ver en directo las reacciones de sus seguidores, y por desgracia, cada vez más con los usuarios que tiran ‘hate’ (odio) a aquellos que tan solo quieren mostrar al mundo sus habilidades en algún juego o, que simplemente, les apetece pasarlo bien y demostrarlo al resto del mundo.
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Un estudio elaborado por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) señalaba que las mujeres son, con mucha diferencia, las que más comentarios negativos reciben por su género. No hay que olvidar que los videojuegos son un mundo que, tradicionalmente, se ha asociado al hombre. Por lo tanto, hay personas que continúan basándose en este tópico tan retrógrado para insultar a las mujeres gamers.
Lo más llamativo en este sentido es que el 41% de las personas que juegan a videojuegos en España son mujeres, según datos de la Asociación Española del Videojuego (AEVI). Por tanto, "odiar" a casi la mitad de la población que juega por una cuestión de género es algo que no tiene ningún sentido.
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Por ello, es lamentable comprobar que un 58% de las jugadoras optan por ocultar su género para evitar el acoso. Esta cifra es un claro indicador de la magnitud del problema, ya que refleja una autocensura de género, impuesta por el miedo a ser atacadas. El anonimato y la impunidad en las plataformas de videojuegos facilitan este tipo de comportamientos, permitiendo que los acosadores actúen sin tenerle miedo a unas posibles represalias.
En cuanto al perfil de los acosadores, mayoritariamente se trata de hombres con estudios básicos, lo que sugiere que la falta de educación y concienciación se convierten en un factor determinante en el comportamiento tóxico machista.
Los "haters" tienden a utilizar los videojuegos como una vía de escape donde proyectan sus frustraciones y prejuicios, canalizando su odio hacia las jugadoras por ser vistas como intrusas en un espacio que consideran propio. Las consecuencias de este acoso continuado acaban haciendo mella en las gamers, ya que puede tener graves efectos sobre su salud mental. El estrés, la ansiedad y, en el peor de los casos, la depresión que pueden llegar a sentir no es algo que deba ser tomado a la ligera, por lo que se necesita hacer un esfuerzo colectivo para que los episodios de ciberacoso cesen en el mundo de los videojuegos.
Elesky, uno de los ejemplos más claros
Si hay un caso que demuestra el ciberacoso que pueden llegar a sufrir las gamers, este es sin duda el de la streamer Elesky. La asturiana es pianista, pero también dedica parte de su tiempo a hacer directos jugando videojuegos.
El año pasado, Ibai Llanos organizó un torneo de Pokémon y Elesky le ganó una partida, pero recibió tal avalancha de odio y comentarios negativos que decidió retirarse.
“Me he visto completamente abrumada por los comentarios de odio, había algunos bastante salvajes y me ha superado”, lamentó la asturiana.
El hecho de ganar a uno de los streamers más importante del momento, siendo una mujer, fue lo que lo detonó ese torrente de odio. Pero es que esta situación se puede trasladar a cualquier otro ámbito: las mujeres deben demostrar el doble para que se las tome con la misma consideración que a los hombres.
Grito de ayuda
El caso de Elesky se produjo en 2023, pero el ciberacoso es algo extendido desde hace años. El 1 de septiembre del 2021, los creadores de contenido de Twitch de todo el mundo decidieron no hacer stream como protesta por la cantidad de odio que recibían en la plataforma.
La huelga, promovida bajo el hashtag #ADayOffTwitch (“Un día sin Twitch”), apuntaba directamente hacia Amazon, para que tomaran medidas contra los mensajes de odio por parte de grupos homófobos, racistas o machistas.
La iniciativa la pusieron en marcha los streamers de habla inglesa, pero se extendió rápidamente por toda la comunidad hispana de Twitch. La protesta sirvió para que Twitch eliminara 7,5 millones de cuentas falsas y bots y reconociera que necesitaba mejorar mucho en este aspecto.
Sin embargo, los años han pasado y el problema sigue candente. Los usuarios que no entienden el significado de las palabras “respeto” y “educación” insultan, y los gamers tienen que lidiar con una cantidad exagerada de insultos por motivaciones diversas.